22/12/2025 - Edición Nº3560

Mundo

Beijing

Cómo las iniciativas de China están allanando un nuevo camino hacia un mundo mejor

12:21 | Xinhua -- Cuando los historiadores del futuro echen una mirada restrospectiva a esta transformación global no vista en un siglo y analicen la lógica subyacente de la evolución de las relaciones internacionales, sin duda reconocerán el 1 de septiembre de 2025 como un momento crucial: el día en que el presidente chino, Xi Jinping, propuso la Iniciativa para la Gobernanza Global (IGG).


por Redacción


Antes de esto, Beijing había presentado una serie de importantes iniciativas globales: la Iniciativa para el Desarrollo Global (IDG) en 2021, la Iniciativa para la Seguridad Global (ISG) en 2022 y la Iniciativa para la Civilización Global (ICG) en 2023. Junto con la IGG, constituyen un marco holístico para fomentar una comunidad de futuro compartido para la humanidad.

Cada iniciativa aborda un pilar fundamental de la cooperación global: la IDG busca sentar las bases materiales, la ISG está diseñada para salvaguardar la estabilidad, la ICG trata de fomentar el entendimiento común y la IGG pretende proporcionar la arquitectura institucional. Como señaló el secretario general de la ONU, António Guterres, las cuatro iniciativas globales propuestas por China "son totalmente compatibles con la Carta de las Naciones Unidas". Muchos países también las consideran como soluciones pragmáticas y constructivas a los retos globales contemporáneos.

Sin embargo, el mundo sigue fracturado en medio de una creciente ola de incertidumbre y turbulencias. Mientras que algunos abogan por el diálogo y la cooperación, otros se aferran al unilateralismo y a la política de bloques, lo que agrava las crisis de larga data y crea nuevos riesgos.

El desarrollo mundial sigue siendo frágil, caracterizado por el aumento de las disparidades entre el Norte y el Sur y agravado por la superposición de las crisis energética y alimentaria. En todo el mundo, más de 1.000 millones de personas siguen viviendo en condiciones de pobreza extrema. La seguridad se está deteriorando, con conflictos armados que alcanzan niveles máximos desde la posguerra, un aumento de los desplazamientos y una mayor dependencia de las sanciones y la disuasión militar por parte de cierto país.

Mientras tanto, el discurso del "choque de civilizaciones" parece eclipsar los intercambios entre ellas, al tiempo que la gobernanza global se ve erosionada por las retiradas de los tratados internacionales, las prácticas de desacoplamiento y la expansión de barreras que socavan la equidad y la igualdad, especialmente para el Sur Global.

La cruda realidad subraya la relevancia y la oportunidad de las cuatro iniciativas globales, poniendo aún más de relieve la necesidad de crear consenso internacional y reforzar la solidaridad.

Un llamamiento al desarrollo compartido

Como ha señalado el presidente Xi, el desarrollo es la llave maestra para resolver todos los problemas. La Iniciativa para el Desarrollo Global se centra en las necesidades de desarrollo compartidas de la humanidad, se alinea estrechamente con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible y aborda directamente los retos reales en el ámbito del desarrollo global. Esta iniciativa aporta la sabiduría y las soluciones de China para impulsar conjuntamente el desarrollo global hacia una nueva etapa de crecimiento equilibrado, coordinado e inclusivo.

Tras diez años, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se ha estancado. De sus 169 objetivos específicos, solo alrededor del 35 por ciento están camino de alcanzarse, mientras que casi la mitad avanzan de una manera demasiado lenta y el 18 por ciento han retrocedido.

A nivel mundial, el desarrollo se está revirtiendo en áreas clave. La pobreza extrema ha aumentado por primera vez en dos décadas, y la mitad más pobre de la humanidad posee solo el 2 por ciento de la riqueza mundial. Unos 2.600 millones de personas siguen sin tener acceso a Internet, y los países en desarrollo, donde viven dos tercios de la población mundial, solo reciben una quinta parte de la inversión mundial en energía limpia.

Además, las guerras y los conflictos han empujado a 140 millones de personas a una situación de inseguridad alimentaria aguda, mientras que las sanciones unilaterales siguen afectando gravemente a los medios de vida de miles de millones de personas.

Estos hechos alarmantes ponen de manifiesto fallos fundamentales en el desarrollo global. Algunos países desarrollados han dado prioridad a los intereses geopolíticos por encima de la cooperación, explotando los recursos para el desarrollo mediante sanciones, desacoplamiento y recortes de la ayuda. Al hacerlo, han traicionado el consenso universal de que el derecho al desarrollo es un derecho humano inalienable.

Una estructura de gobernanza global desequilibrada ha dejado durante mucho tiempo a los países en desarrollo en desventaja a la hora de configurar las normas internacionales, mientras que los bloqueos tecnológicos y las barreras comerciales siguen ampliando la brecha de desarrollo.

Mientras tanto, los mecanismos de cooperación multilateral se ven cada vez más debilitados por las acciones unilaterales, lo que conduce a una grave escasez de bienes públicos globales y a la falta de respuestas internacionales coordinadas.

Estas cuestiones no solo han aumentado el riesgo de fracaso de la Agenda 2030, sino que han puesto de relieve la urgente necesidad de adoptar medidas específicas para hacer frente a los retos del desarrollo global.

La IDG, propuesta en este momento crucial, ha ganado un enorme atractivo mundial al romper con el paradigma obsoleto en el que las grandes potencias dominan y las naciones más pequeñas se ven obligadas a depender de ellas. La iniciativa también promueve la acción colectiva con una actitud de igualdad y un enfoque sistemático, garantizando que todos los participantes se conviertan en beneficiarios del desarrollo.

Como impulsora proactiva de la iniciativa, China siempre se ha guiado por los "Seis Principios" y se apoya en plataformas como la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el Fondo para el Desarrollo Global y la Cooperación Sur-Sur, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras y el Nuevo Banco de Desarrollo, para potenciar la cooperación internacional en materia de desarrollo.

El Centro de Demostración de Tecnología Agrícola China-África aplica el modelo "enseñar a pescar", lo que ha dado lugar a un aumento medio del rendimiento de los cultivos locales de entre el 30 y el 60 por ciento, y ha beneficiado a más de un millón de agricultores, lo que constituye una manifestación tangible del concepto de desarrollo prioritario.

El ferrocarril China-Laos ha convertido a Laos, un país sin salida al mar, en un centro de conexiones terrestres, reduciendo los costes logísticos en más de un 30 por ciento y creando más de 100.000 puestos de trabajo. Por su parte, los centros conjuntos de innovación tecnológica China-Brasil han mejorado la protección ecológica y ampliado el acceso a la energía limpia de las comunidades remotas, promoviendo un crecimiento inclusivo impulsado por la innovación y la armonía entre las personas y la naturaleza.

Más allá de dar un fuerte impulso a la Agenda 2030, la IDG está revolucionando y remodelando los conceptos de desarrollo global. Su avance teórico radica en liberarse de la dependencia de los modelos de desarrollo occidentales convencionales, anteponiendo los intereses comunes de la humanidad y sentando una base sólida para construir una comunidad de futuro compartido para la humanidad.

Para que los dividendos del desarrollo lleguen de manera más equitativa a más personas en todo el mundo, las naciones deben ir más allá de sus estrechos intereses propios, aceptar las tendencias históricas, defender el desarrollo común, mantener la equidad y la justicia, y comprometerse plenamente con una cooperación de beneficio mutuo.

Un nuevo camino hacia la paz y la seguridad duraderas

El mundo actual está experimentando las mayores turbulencias y la mayor transformación desde el fin de la Guerra Fría. Con déficits crecientes en materia de paz y seguridad, la gobernanza de la seguridad global se enfrenta a graves desafíos. La comunidad internacional necesita urgentemente visiones y enfoques de seguridad que estén en sintonía con el espíritu de los tiempos.

La Iniciativa para la Seguridad Global ha surgido en respuesta a la situación actual, alineándose con el cambiante panorama internacional a través del concepto de unidad y abordando los retos de seguridad con un enfoque que beneficia a todas las partes. Se dedica a eliminar las causas fundamentales de los conflictos internacionales y a mejorar la gobernanza de la seguridad global.

Si echamos la vista atrás al curso del desarrollo humano, la búsqueda de la seguridad absoluta a través de la fuerza y la creación de un marco de seguridad exclusivo es, en esencia, una forma de "ley de la selva". La historia ha demostrado repetidamente sus peligros. Las terribles devastaciones de las dos guerras mundiales, así como la inestabilidad regional causada por la competencia hegemónica, derivaron de la búsqueda obsesiva de la seguridad absoluta y la aplicación brutal de la ley de la selva. Las naciones que explotan a otras y acosan a las más débiles acaban enfrentándose a un círculo vicioso de dilemas de seguridad o siendo barridas por las mareas de la historia.

Si observamos la situación actual, esta rígida doctrina de seguridad basada en la ley de la selva ya no está en sintonía con las tendencias de la época. En el mundo actual, la globalización económica se está profundizando, con los intereses de los países estrechamente entrelazados y sus futuros compartidos. La interconexión, la naturaleza transnacional y la complejidad de las cuestiones de seguridad son cada vez más evidentes, y ningún país puede permanecer aislado. Los intentos de violar los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, ignorar la voluntad colectiva de la comunidad internacional y perseguir unilateralmente la seguridad absoluta son movimientos contrarios a la corriente de la historia.

Como ha señalado el presidente Xi, la mentalidad de Guerra Fría solo destruirá el marco de paz mundial; el hegemonismo y la política de poder solo pondrán en peligro la paz del mundo, y la confrontación entre bloques solo exacerbará los retos de seguridad en el siglo XXI. Esta importante observación ofrece una visión profunda de las causas fundamentales de la difícil situación de la seguridad global.

La ISG se sustenta en "seis compromisos", concretamente: el compromiso con la visión de una seguridad común, integral, cooperativa y sostenible; el respeto de la soberanía y la integridad territorial de todos los países; el cumplimiento de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas; la seria consideración de las preocupaciones legítimas de todos los países en materia de seguridad; la resolución pacífica de las diferencias y controversias entre países mediante el diálogo y las consultas, y el mantenimiento de la seguridad tanto en los ámbitos tradicionales como en los no tradicionales.

En el ámbito de la seguridad tradicional, China ha promovido activamente la solución política de cuestiones candentes y es el mayor contribuyente de personal de mantenimiento de la paz entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.

En los ámbitos de la seguridad no tradicional, China ha participado y, a menudo, ha liderado la cooperación multilateral en materia de lucha contra el terrorismo, control de drogas y seguridad de la salud pública. También ha llevado a cabo numerosos programas de asistencia humanitaria, abordando las amenazas globales emergentes a través de la colaboración.

En materia de cooperación sobre la seguridad regional, China ha aprovechado plataformas como la Organización de Cooperación de Shanghai y la Conferencia sobre Interacción y Medidas de Construcción de Confianza en Asia para contribuir de manera constante a la estabilidad regional.

Comprometida con la construcción de una arquitectura de seguridad más equilibrada, eficaz y sostenible, China, junto con otros países, está siguiendo una nueva vía de seguridad basada en el diálogo, la asociación y la cooperación de beneficio mutuo, en lugar de la confrontación, las alianzas y los resultados de suma cero.

Cuando el multilateralismo se convierta en la característica definitoria de la gobernanza de la seguridad global y las consultas en pie de igualdad sean la opción compartida por todos los países para abordar las cuestiones de seguridad, la humanidad emprenderá sin duda un camino prometedor hacia la paz duradera y la seguridad universal. La marea de la paz y el desarrollo está destinada a avanzar con fuerza.

Un gesto hacia la diversidad de civilizaciones

En la actualidad, algunos países persiguen el unilateralismo y el proteccionismo, aferrándose a teorías como el "choque de civilizaciones" y la "superioridad de una civilización".

Cuando el distanciamiento entre civilizaciones, las fricciones culturales y los enfrentamientos sobre valores alimentan las tensiones y los conflictos entre naciones, suelen surgir una serie de problemas, que van desde el aumento de las diferencias en materia de desarrollo y el debilitamiento de las normas internacionales hasta el creciente desorden en la gobernanza global.

En respuesta a estos apremiantes retos, la Iniciativa para la Civilización Global ofrece una base cultural común para que los países aborden sus dificultades comunes.

"El mundo en el que vivimos es diverso y colorido. La diversidad hace que la civilización humana sea lo que es y proporciona una fuente constante de vitalidad y fuerza motriz para el desarrollo mundial", ha afirmado Xi. Esta importante declaración ofrece orientación para responder a las preguntas de cómo deben coexistir las diferentes civilizaciones y hacia dónde se dirige la civilización humana.

La ICG se puede resumir en cuatro principios comunes: respetar la diversidad de las civilizaciones, defender los valores comunes de la humanidad, dar importancia a la herencia y la innovación de las civilizaciones, y fortalecer los intercambios y la cooperación internacionales entre los pueblos.

Esta iniciativa hace frente a conceptos erróneos y prejuicios y promueve la igualdad, el aprendizaje mutuo, el diálogo y la adaptación mutua entre civilizaciones. También se opone a la arrogancia cultural y busca crear plataformas para diálogos equitativos, lo que permite que diferentes civilizaciones profundicen su comprensión mutua y avancen a través de intercambios y aprendizaje mutuos.

China siente un profundo respeto por la diversidad de civilizaciones y ha promovido intercambios más profundos y sustantivos entre ellas. El país ha puesto en marcha y apoyado plataformas de diálogo multilateral, como el Foro de Liangzhu, la Conferencia sobre el Diálogo de las Civilizaciones Asiáticas, la Reunión Ministerial del Diálogo entre Civilizaciones Globales y la Conferencia Mundial de Estudios Clásicos. Además, China contribuyó a alcanzar un consenso en la 78ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas para establecer el Día Internacional del Diálogo entre Civilizaciones. En junio de 2025, China acogió con éxito el primer evento mundial para conmemorar el Día Internacional del Diálogo entre Civilizaciones.

China también ha ampliado el diálogo sobre gobernanza y desarrollo a través de mecanismos como la Reunión de Alto Nivel del Partido Comunista de China en Diálogo con Partidos Políticos Mundiales, el Diálogo de Alto Nivel sobre el Desarrollo Global, el Diálogo sobre Derechos Humanos entre China y la UE y la Mesa Redonda China-Estados Latinoamericanos y Caribeños sobre Derechos Humanos.

Además, China ha firmado acuerdos de cooperación con más de 100 países en ámbitos como la cultura, el patrimonio cultural y el turismo, y ha impulsado la cooperación en materia de arqueología conjunta, protección del patrimonio mundial y traducción mutua de obras clásicas, salvaguardando sus propias raíces culturales y contribuyendo al mismo tiempo a la preservación del patrimonio común de la humanidad.

En un mundo cada vez más interconectado, la coexistencia, los intercambios y el aprendizaje mutuo entre civilizaciones son vitales para avanzar en la modernización global y enriquecer el mosaico diverso de la civilización mundial. La ICG ofrece un marco para que los países sigan caminos de modernización basados en sus propias tradiciones, al tiempo que se abren a la sabiduría compartida de la humanidad.

Un experimento audaz para mejorar la gobernanza global

Algunos países siguen aferrados a la creencia obsoleta de que "el poder da la razón". Su mentalidad y sus prácticas hegemónicas han frenado la reforma de las normas mundiales, lo que ha debilitado la capacidad colectiva del mundo para actuar ante un sistema de gobernanza global ineficaz.

Están surgiendo rápidamente nuevos retos, como la exploración de los recursos en aguas profundas, el uso comercial de las rutas marítimas polares, la definición de los derechos sobre los recursos del espacio exterior y los flujos transfronterizos de datos, pero las normas internacionales correspondientes siguen siendo en gran medida inexistentes o fragmentadas.

Al mismo tiempo, algunos países occidentales, aprovechando sus ventajas consolidadas, dominan las principales instituciones multilaterales de gobernanza económica y financiera global. Por el contrario, los países del Sur Global, que representan más del 80 por ciento de la población mundial y más del 40 por ciento de la producción económica mundial, siguen estando infrarrepresentados en las organizaciones internacionales, y sus legítimas preocupaciones no se abordan de manera eficaz.

Además, algunos países eluden o coaccionan los mecanismos multilaterales, recurriendo a retiradas y sanciones, lo que fragmenta aún más la gobernanza global.

Este continuo debilitamiento de la eficacia de la gobernanza ha provocado una provisión insuficiente de bienes públicos globales, lo que ha dejado las respuestas a muchos retos mundiales sumidas en deliberaciones prolongadas que no llegan a ninguna decisión y a decisiones que no son implementadas.

"Los países de todo el mundo son como pasajeros a bordo del mismo barco que comparten el mismo destino. Para que el barco pueda capear la tormenta y navegar hacia un futuro brillante, todos los pasajeros deben remar juntos. La idea de arrojar a alguien por la borda es simplemente inaceptable", dijo Xi en una ocasión.

Con esta vívida metáfora, el presidente Xi subraya la visión de una comunidad de futuro compartido para la humanidad, trazando un rumbo para mejorar el sistema de gobernanza global y promover el desarrollo común de la humanidad.

La IGG pretende abordar este déficit de la gobernanza. Aboga por la adhesión a la igualdad soberana, apuntando directamente a las deficiencias de un sistema en el que "unos pocos países toman las decisiones", y afirma que el futuro del mundo debe ser moldeado colectivamente por todos los pueblos. Independientemente de su tamaño, fuerza o nivel de desarrollo, todos los países son miembros iguales de la comunidad internacional, con derecho a participar en la gobernanza global.

La iniciativa pide que se respete el Estado de derecho internacional, al subrayar que las normas internacionales deben ser formuladas conjuntamente por la comunidad internacional y no monopolizadas por unos pocos países.

Aboga por normas que evolucionen con los tiempos, teniendo en cuenta las diferentes etapas de desarrollo y los intereses legítimos de los países.

Pide que se practique el multilateralismo defendiendo los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, reforzando el papel central de los mecanismos multilaterales, oponiéndose a la política de bloques y a la confrontación entre bandos, y promoviendo un sistema de gobernanza global más coordinado y eficaz.

La iniciativa promueve un enfoque centrado en las personas, haciendo hincapié en que el objetivo último de la gobernanza global es mejorar el bienestar de todos los pueblos. Busca abordar las cuestiones más directamente relacionadas con la vida de las personas, como el empleo, la educación y la atención sanitaria, de modo que los resultados de la gobernanza se compartan de forma más amplia y equitativa entre todos los pueblos.

Se centra en la adopción de medidas reales, da prioridad a la obtención de resultados concretos de la IGG y anima a los países a convertir el consenso en acción y a abordar los retos de la gobernanza mediante una cooperación pragmática.

Estos cinco pilares se refuerzan mutuamente y esbozan un marco claro para la reforma del sistema de gobernanza global.
Como guardiana del orden internacional y proveedora de bienes públicos globales, China ha impulsado la reforma de la gobernanza global mediante medidas prácticas, logrando avances concretos.

China participa activamente en la gobernanza ecológica global. Ha aplicado de manera plena y eficaz el Acuerdo de París y el Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal, ha anunciado su objetivo de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional de China para 2035 y ha propuesto el establecimiento de una Asociación Mundial de Cooperación para la Energía Limpia.

China también participa activamente en la formulación de normas de gobernanza digital. Ha presentado la Iniciativa Global sobre Seguridad de Datos, la Iniciativa para la Gobernanza Global de la Inteligencia Artificial (IA) y la Iniciativa Global de Cooperación para el Flujo Transfronterizo de Datos, trabajando para mejorar y perfeccionar el marco de gobernanza digital, de modo que la innovación tecnológica no se convierta en "un juego para los países ricos y los individuos ricos".

En respuesta a los persistentes desequilibrios de poder, China está promoviendo reformas muy necesarias en las principales instituciones multilaterales de gobernanza económica y financiera global, apoyando a los países en desarrollo para que amplifiquen sus voces y su representación. China también está impulsando la expansión de mecanismos de cooperación como el grupo BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghai, y está fomentando plataformas de cooperación Sur-Sur, como el Foro de Cooperación China-África y el Foro China-CELAC, lo que inyecta nueva vitalidad a la remodelación del panorama de la gobernanza global.

En consonancia con las necesidades de la coordinación multilateral, China apoya firmemente el papel central que desempeña las Naciones Unidas. Ha creado el Fondo de Paz y Desarrollo China-ONU y ha avanzado de manera constante en la cooperación relacionada. Además, junto con más de 30 países, China ayudó a crear la Organización Internacional para la Mediación, con sede en Hong Kong, contribuyendo al mantenimiento de la paz y la estabilidad mundiales mediante el Estado de derecho.

Las cuatro iniciativas globales propuestas por Xi han aportado la estabilidad y la previsibilidad que tanto se necesitan en un mundo en constante cambio. A través de esfuerzos sistemáticos, coherentes y prácticos, China ha demostrado que su desarrollo es inseparable del progreso del mundo en general y que se refuerza mutuamente con él.

Guiada por la visión de una comunidad de futuro compartido para la humanidad, China seguirá colaborando con todos los países, utilizando las cuatro iniciativas globales como marco unificador para abordar los retos mundiales, fortaleciendo la gobernanza global y construyendo un mundo caracterizado por la paz duradera, la seguridad universal, la prosperidad compartida, la apertura y la inclusión, y la sostenibilidad ecológica.