
La mirada de Jorge Joury
Donde la vacuna no llega: Un pueblo exhausto y hasta niños sufriendo tics
Después de casi 150 días de aislamiento, los infectólogos le aconsejaron al Presidente dejar de hablar de cuarentena y poner el foco en la necesidad de cuidados, dando a paso a una nueva etapa sanitaria, evitando que se repita un escena que ya no genera buenas expectativas en la población. Pero las secuelas de esta dura etapa, están a flor de piel. Todos hemos perdido algo. Los más mayores, un pedazo de vida. Y también hay consecuencias psicológicas. Por el temor a ser contagiado o a contagiar, sufrimos ansiedad, sensación de frustración y aburrimiento. Saturación por la abundancia de informaciones negativas. Y preocupación por la situación de los familiares y amigos. Estas son solo algunas de las manifestaciones más frecuentes derivadas del prolongado aislamiento social que llevamos.