La mirada de Jorge Joury
El canciller que dio el mal paso y hoy tiene fecha de vencimiento
Por estas horas, hay quienes aseguran que Felipe Solá está al borde de la tarjeta roja. Por lo pronto, el Presidente ya no le atiende el teléfono.Es que después del papelón mundial que protagonizó, no hay espacio para mayores explicaciones. Lo salvaron de la horca mediática, los ecos de la muerte de Diego Maradona. Sino el canciller era una fija para ocupar la tapa de todos los diarios. Parece ridículo, pero aunque Solá, con sus salidas de libreto, a esta altura colma la paciencia presidencial, ese es justamente el fino hilo que lo sostiene en el cargo. La realidad marca, que Alberto Fernández no quiere entregarle un premio mayor al kirchnerismo que se viene quedando con cada uno de los sillones estratégicos que cambian de dueño. El tropezón del canciller se encuentra entre los escándalos jamás vistos y escuchados en la historia diplomática argentina. Haber inventado un diálogo que nunca existió entre Fernández, y el presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden, no sólo no fue real sino que además Solá no formó parte de la conversación. La pregunta es si lo hizo por despecho, para vengarse porque alguien del entorno presidencial se la vendió cambiada y le dijo que vaya a la Quinta de Olivos, cuando el diálogo se estaba desarrollando en Casa Rosada.