20/04/2024 - Edición Nº2949

Mundo

Mirada internacional

La firma de Trump y el recelo de la Vieja Europa

12/05/2018 | La exagerada firma de Donald Trump se adapta perfectamente a la personalidad del magnate, cuya decisión de retirar a Estados Unidos del pacto atómico con Irán ha revivido los antiguas diferencias entre Israel y su enemigo persa.


por Alberto Galeano, agencia Télam


Son los primeros síntomas de una medida adoptada unilateralmente por el presidente estadounidense -resistida por Francia y Alemania-, que ha hecho más inseguro a Medio Oriente.
Las consecuencias están a la vista: después de atacar posiciones iraníes en Siria, en respuesta a un ataque de Teherán contra los Altos del Golán, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pidió al gobierno de Bashar al Assad que eche a las fuerzas iraníes que operan en su territorio.
Con una firma desmedida, Trump retiró el 9 de mayo pasado a Estados Unidos del acuerdo firmado entre Irán y el Grupo cinco más uno, formado -además de Washington- por Francia, China, Rusia y el Reino Unido más Alemania.
Sin embargo en los últimos días algunas cosas han cambiado para la estrategia del magnate: Europa ya no cree en la Casa Blanca.
"La época en la que podíamos confiar en Estados Unidos ha pasado", dijo la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, durante la entrega del Premio Carlomagno al presidente francés, Emmanuel Macron.
La frase de Merkel recuerda otra parte de la historia mundial, cuando Francia y Alemania se opusieron a la invasión de Irak, llevada a cabo por el gobierno del ex presidente republicano George W. Bush en 2003, para derrocar a Saddam Hussein.
Washington acusaba a Hussein (quien luego fue ahorcado tras ser juzgado por la matanza de 148 chiitas) de tener armas de destrucción masiva que jamás fueron encontradas.
En aquellos días, el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, se refirió despectivamente a Berlín y a París, llamándolos la "Vieja Europa".
Macron, a su turno, también aludió a Trump: "Algunas potencias han decidido incumplir su palabra. Estamos ante grandes amenazas y Europa tiene el deber de mantener la paz y la estabilidad en Medio Oriente".
Trump, por otra parte, se apresta a cumplir el lunes otra de sus promesas de campaña para llegar a la presidencia: el traslado de la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén, medida que se concretará el día del festejo la creación del Estado israelí.
Esta polémica decisión de Trump, realizada a pesar de las protestas de los palestinos que quieren declarar la capital de su futuro estado en Jerusalén Este, será copiada también por Guatemala, Rumania y Paraguay.
La ruptura del pacto nuclear con Irán se suma a otros hechos ya efectuados por el presidente norteamericano, como el alejamiento de Washington del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y del convenio del cambio climático de París.
Trump también prometió retirarse del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan), que firmó Washington con México y Canadá.
Con respecto a Irán, lo cierto es que el gobierno persa está cumpliendo con el documento que congeló por diez años el desarrollo de una bomba nuclear iraní, según corroboró el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
"Ni Irán ni Israel quieren una guerra. De hecho, la salida unilateral de Trump del acuerdo nuclear crea una nueva situación mucho más complicada. Es posible que Teherán busque coordinar con los países europeos, así como con Rusia y China, para seguir con el pacto sin EEUU", dijo a Télam el analista Arie Kacowicz.
Para este profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, los iraníes tratarán de presentar a Estados Unidos e Israel "como los verdaderos violadores del derecho internacional".
"Por eso, los iraníes actuarán con cautela en el tiempo cercano. Sin embargo, a largo plazo, la posibilidad de una guerra entre EEUU e Israel contra Irán no se puede descartar", opinó Kacowicz.
Varios analistas internacionales, entre ellos Thomas Friedman de The New York Times, sugieren la posibilidad de una guerra entre Israel e Irán.
Trump ha retrotraído la situación al día anterior al 14 de julio de 2015, día en que se firmó en París el pacto nuclear con Irán.
Lo hizo al firmar un documento con un rúbrica grotesca y afilada, mucho más grande que la que usaba antes de llegar a la presidencia, marcando el nuevo rumbo que Estados Unidos le quiere dar a su política internacional.
Su firma, en la que sobresalen tres picos centrales, al principio y al medio, concuerda con su envolvente personalidad, y es la que culmina cada una de las grandes decisiones del magnate.
Su autógrafo estará también presente en los documentos que probablemente firmará cuando se reúna el próximo 12 de junio, en Singapur, con el líder norcoreano Kim Jong-un, en un hito que marcará para siempre su presidencia, luego de estar al borde de una guerra nuclear con Corea del Norte.
Por este motivo, muchos republicanos creen que Trump ya hizo méritos suficientes para ser coronado con el Premio Nobel de la Paz.
Sus seguidores suelen comparar su presidencia con la de Barack Obama, el primer mandatario negro de Estados Unidos que recibió dicha distinción en 2009, seis años antes de firmar el pacto nuclear con Irán que ahora Trump acaba de abandonar.