28/03/2024 - Edición Nº2926

Politica

El falso concepto histórico de la Universidad para todos

01/06/2018 | (Por Fabricio Moschettoni, editor de Impulso Baires) – Nuestro país está en una situación mejor que varios estados latinoamericanos en cuanto al acceso a la educación universitaria, pero la educación pública integral viene excluyendo históricamente a millones de argentinos. Los dichos de la gobernadora María Eugenia Vidal, que despertaron tanta polémica, abren un debate que podría ser constructivo y convertirse en el puntapié inicial para políticas inclusivas que beneficien a millones de excluidos que siempre fueron utilizados por el populismo con el fin de perpetuarse en el poder.




La definición de la gobernadora María Eugenia Vidal en el Rotary, cuando dijo “todos sabemos que nadie que nace en la pobreza llega a la universidad” posiblemente haya necesitado más fuerza explicativa, pero no hace otra cosa que desnudar un problema histórico de la Argentina, y es la utilización de la pobreza por décadas enteras para eternizar modelos políticos absolutistas.
Esa frase de la gobernadora, que otorga la gran oportunidad para debatir el modelo de sociedad que deseamos para el futuro, muestra la crudeza de una realidad. Hay que afirmar con todas las letras que los regímenes populistas que gobernaron el país siempre necesitaron de pobres, constantemente fabricaron pobres.
Por ejemplo, en La Plata, una ciudad universitaria por naturaleza, hay decenas de miles de vecinos que nunca podrán llegar a la universidad pública sencillamente porque debieron desertar en la educación inicial o la media. En la capital bonaerense hace varios años que se conformaron más de cien asentamientos producto de la pobreza extrema, en donde faltan servicios básicos, y en donde los chicos, en lugar de pensar en una carrera universitaria, tuvieron que dejar sus estudios para ver cómo colaboraban con el plato de comida diario en el seno familiar.


Los caídos del sistema en un ejemplo


Por estas horas leí mucha estadística sobre la Universidad, y ejemplos de acceso a carreras universitarias de personas de bajísimos recursos. En mi caso voy a aportar otro eje, también con números. Estaba leyendo una nota del 2004, del diario La Nación, que se tituló “Dejaron el colegio más de 100.000 chicos bonaerenses”, y tenía como fuente un informe de la Dirección de Cultura y Educación, que afirmaba que “el 12,93% de los 788.591 alumnos -uno de cada ocho- que en 2003 comenzaron el polimodal dejó de estudiar por diversos motivos. Si se incluye a los repetidores, sólo terminaron de cursar 688.230 chicos”.
Y en ese momento, el director general de Cultura y Educación, Mario Oporto, -ex diputado del PJ-, describió la situación: “primero se lo debemos al fracaso escolar, ya que muchos chicos dejan de estudiar ante la posibilidad de repetir de grado. El segundo motivo es que algunos alumnos se quedan cuidando a los hermanos para que los padres puedan ir a trabajar. El tercer factor de deserción se genera cuando los chicos encuentran algún trabajo para ayudar en sus casas”.
Cuando repasé las declaraciones de Vidal pensé en eso, en los pibes que dejan de estudiar de manera temprana por causas de la pobreza exclusivamente. Y está claro que ellos jamás van a llegar a la Universidad.
En La Plata, a veinte cuadras de sedes universitarias la pobreza representada por años de abandono del Estado, aún duele. Gente que vive en veras de arroyos hace muchísimos años, que no tiene agua potable ni cloacas, ni tampoco una conexión legal de electricidad. Gente que vive en piso de tierra, con humedad, con frío y calefaccionados con artefactos improvisados que muchas veces ocasionan tragedias.
De esa pobreza hay que hablar. Pobreza extrema que no tiene dos años, ni tres, ni cuatro. Que tiene décadas, y que fue siempre alentada por el puntero de turno, que a cambio de un plan se adueñaba de sus vidas y de sus elecciones.
Por eso, las declaraciones de Vidal son bienvenidas. Y el debate hay que abrirlo, junto con nuestras cabezas, y no tener miedo a que por la forma de pensar que tengamos se nos tilde de insensibles o enemigos de los principios que dieron origen a la célebre Reforma Universitaria de 1918.
Leía una declaración de la Federación Universitaria Argentina, conducida por el estudiante de Derecho de la UNLP, Bernardo Weber, que decía: “La educación no es un privilegio de ricos, es un derecho de todos”, y agregaba: “No podemos permanecer ajenos o indiferentes ante los dichos de la gobernadora, en los cuales se expresó acerca de las nuevas universidades públicas señalando que ‘todos sabemos que nadie que nace en la pobreza llega a la universidad’, dichos frente a los cuales expresamos nuestro rechazo”.
Los jóvenes dirigentes universitarios tienen razón, también, en defender su mundo académico, pero más allá de sus fronteras hay un tercio de la sociedad que sufre demasiado, y que los mira de lejos. La universidad pública es gratuita y está bien que así sea, y se mantiene con el esfuerzo de los impuestos que pagamos todos los argentinos. Del impuesto que también paga el hombre que levanta cartones para comprar algo de comida y llevarla a la mesa familiar, y que por esos alimentos paga el Impuesto al Valor Agregado. Seguramente, ese hombre de la economía informal, si no se lo incluye, nunca podrá ver a sus hijos o a sus nietos en la universidad pública.
El problema posiblemente no sea tanto la multiplicación de nuevas universidades en épocas anteriores, sino la fabricación de pobres y de considerar como política de Estado el asistencialismo en lugar de apostar a la movilidad social en sentido ascendente.
Por otra parte, los dichos de Vidal desnudan una cruda realidad de hace años de la Argentina, y tienen que ver con un esquema universitario público y gratuito para sectores medios, para una interesante burguesía nacional, pero imposible de acceder para aquellos pobres de toda pobreza material, hijos del populismo atroz que imperó por años.

Aníbal metió el bigote

En el marco de esa expresión sincera de Vidal comenzó el operativo tendiente a desvirtuar, a confundir todo, a etiquetar y a difamar, al punto tal que el ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, -provisto de un enorme odio y rencor después de haber experimentado el fracaso electoral más categórico para el PJ-, indicó en declaraciones a Radio 10: “la bestialidad que dice la inútil de la gobernadora está basada específicamente en posiciones que la muestran como una voz de catequista y un corazón más fascista que Mussolini”.
¡Se nota mucho, Aníbal!. Odio, rencor y prepotencia brotando hasta por los bigotes.


Un concejal platense, también dejó algún punto interesante

 

Una frase directa, -aún con un estilo que terminó alimentando más polémica-, la dejó el concejal radical platense Raúl Abraham, al decir, entre otras cosas que apoyaba los dichos de Vidal, y responsabilizó al populismo de haber montado “un plan sistemático para esclavizar a la sociedad”.
Abraham también habló, en un mensaje breve pero contundente publicado en redes sociales, que muchas universidades nuevas fueron instaladas políticamente, e incluso que quiere saber qué hicieron con la forma de administrar recursos. Y la verdad que no está mal el pedido ¿O acaso no hay varias causas judiciales en donde se investigan consultorías y cuestiones de esa naturaleza?.
Pero el joven edil fue cuestionado, incluso hasta por el mismo Aníbal Fernández, en una situación en donde en lugar de debatir se lo etiqueta, tilda o acusa.
Este viernes, Abraham dijo en declaraciones Impulso Baires: “quiero dejar en claro lo que dije y pienso para no que no se preste a confusiones”.
“Y tengo el orgullo de poder asegurar que mis acciones son coherentes con lo que pienso”, sentenció.
Agregó: “considero que el Estado debe dar garantías para que la ciudadanía tenga acceso real a una vida digna, con salud, educación, inclusión y seguridad”.
“Defiendo firmemente la educación pública gratuita en todos sus estamentos y por consiguiente las Universidades públicas, laicas, gratuitas y reformistas”, puntualizó.
Agregó: “también considero que el Estado debe ser garante para que se cumplan de manera efectiva los derechos de todos los ciudadanos, lo que lamentablemente no se hizo en esta Provincia durante décadas, porque cuando un pibe no come, cuando no tiene cloacas, cuando el sistema educativo de la provincia se deteriora año a año, ese pibe tiene un derecho que no puede ejercer”.
“Producto de las mezquindades políticas, heredamos una Provincia con serios déficits que van mas allá del sistema educativo: barrios enteros sin servicios, un 30% de la ciudadanía viviendo por debajo de la línea de la pobreza y la droga y la delincuencia enquistada en nuestro territorio. Eso es lamentablemente lo que nos dejaron aquellos que decían gobernar para los que menos tienen”, enfatizó el concejal.
“Hoy luego de muchas décadas, esas deudas sociales que tiene la Provincia y nuestra Ciudad comienzan a ser saldadas, porque hay un Estado que trabaja verdaderamente por la inclusión”, subraya.
“En nuestra ciudad, en un trabajo conjunto de los gobiernos nacional, provincial y municipal avanzamos con la urbanización integral del barrio Puente de Fierro, en Altos de San Lorenzo; Nuevo Abasto; Malvinas I y II, en Melchor Romero; y El Mercadito, en Tolosa; cinco obras que van a mejorar la calidad de vida de más de 3.500 familias de la ciudad”, dijo.
Luego indicó: “también subsidiamos a más de 70 clubes de barrio que brindan una importante contención a los jóvenes, y duplicamos el número de becas estudiantiles y el monto que cada uno de ellos recibe porque eso permite el cumplimiento efectivo de los derechos. Sabemos que todavía queda mucho por hacer, pero estamos transitando ese camino”.
“Tengo el orgullo de haber estudiado en un jardín, una primaria, una secundaria y una universidad pública; sé que por eso soy un privilegiado. Y por eso trabajo día a día para construir una ciudad más inclusiva, que garantice el acceso a sus derechos a quienes más lo necesitan”, dijo.
“Eso es lo que quise expresar, eso lo que siento, lo que hice toda mi vida y lo que voy a seguir haciendo”, concluyó.

El desinterés añejo de la política en resolver la pobreza


En rigor, lo que hace Vidal es dejar en evidencia el desinterés que tuvo la política durante muchísimos años para sacar de la pobreza más extrema a varias generaciones. Y casualmente Aníbal fue protagonista y ejecutor de gran parte de esas gestiones políticas obsoletas, desgastadas y que necesitaron fábricas enteras de pobres para subsistir.

Universidad y oportunidades

El sistema universitario debe ser una oportunidad para todos. Leía estadísticas y trabajos del año 2016 que despiertan entusiasmo. Publicaba Chequeado.com que en la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) el 72% de los egresados era primera generación de universitarios de su familia, o que en la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), ubicada en Florencio Varela, el 85% de los estudiantes eran primera generación.
Dos ejemplos de los muchos que podrían citarse, y deben celebrarse por supuesto, pero a la par debemos ver los otros números fatales por los que hay que trabajar.
En este marco de nuevas universidades, me pareció interesante un concepto de Guillermo Tamarit, titular de UNNOBA, quien fue consultado por el diario Democracia de Junín, sobre las declaraciones de Vidal acerca de la apertura de nuevas universidades: “esto estuvo en discusión, porque además hay universidades que están a seis kilómetros una de otra, y también, en muchos casos, hubo un alineamiento político para la apertura de esas universidades. Ahora lo que nosotros rescatamos dentro de este sistema es que esto ya es una realidad, y aún el gobierno de Cambiemos, en aquellos proyectos que incluso estaban en proceso de desarrollo, los continuó, por lo tanto para nosotros es un tema cerrado; y siempre es bienvenida una universidad. Por supuesto, nos gustaría que esto sea planificado, que las ofertas y los desarrollos territoriales formaran parte de un plan general y no de, muchas veces, atender políticas partidarias. Pero es un debate que clausuró este mismo gobierno cuando le dio continuidad a todas estas instituciones, que fueron creadas por ley. Efectivamente esto sucedió, y efectivamente también tenemos que avanzar sobre esta realidad y para nosotros siempre es bienvenida una nueva institución para seguir desarrollando la educación superior”.

Lo que debe venir

Sería importante que esta polémica no se apague y sea reemplazada por otra nueva dentro de algunos días. Lo mejor que puede pasar es que se sigan aportando ejes y se construya una conciencia colectiva en donde se entienda que el deber tiene que ser sacar a los pobres de la pobreza extrema de décadas, incluirlos, bajar la deserción escolar y lograr que una carrera universitaria sea un derecho para todos y no solo para un sector.