16/04/2024 - Edición Nº2945

Politica

El debate

Cuatro consultores observan la transición en Argentina y los desafíos del nuevo gobierno

09/11/2019 | Sin desatender el plano continental con las inestabilidades políticas, económicas e institucionales, cuatro consultores dieron su punto de vista sobre la transición en Argentina, exponiendo también cuáles serán los desafíos a futuro. Jorge Joury (periodista de larga trayectoria), y los consultores políticos Gustavo Córdoba, Lucas Romero y Esteban Regueria, hablaron con Fabricio Moschettoni, en “Transición 96”, por Radio 96.7 de La Plata.


por Redacción



Jorge Joury (actual columnista del portal DiarioFull.com.ar , ex secretario de redacción del diario El Día, uno de los fundadores de Diario Popular, e integrante de los staff de los diarios Clarín, Crónica, entre otros)


Al ser consultado sobre la mirada de la transición más allá de las fronteras, opinó que: “hay cambios en el continente. Lo de Chile desató alarmas, y hay muchos gobiernos que ven esto como un llamado de atención. Pero también hay buenas noticias en el plano económico para el gobierno de Alberto Fernández como por ejemplo que Donald Trump (presidente de EEUU) decidió mantener buena relación con el gobierno entrante como lo hizo anteriormente con el del (presidente Mauricio) Macri, y mientras tanto la región ya mira con cierto dejo de espanto como (presidente de Brasil) Jair Bolsonaro quema puentes lógicos con Argentina, mientras que Alberto Fernández cuida las formas en este aspecto, y no se quiere pelear con un socio estratégico como Brasil. Hay una frase que dice ´si vas por miel no pienses en patear las colmenas´, y todo el proceso puede resumirse en reuniones y comunicaciones que se cruzaron entre la Casa Blanca, el FMI y Argentina”.

“En México Alberto Fernández tuvo encuentros claves con el gobierno de Trump. Uno de ellos fue almorzar con Mauricio Claver, director de Asuntos para el Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad de Washington, y es un jugador clave. Peor también hubo contacto con otro hombre clave del Departamento de Estado que se manejó en reserva, y allí Alberto Fernández recibió apoyo de Washington. Trump fue determinante en la relación con el FMI”, dijo.

“La estrategia Argentina está en decirle al FMI que le dieron a un gobierno más de 56 mil millones de dólares sin cumplir con cuestiones básicas, por lo tanto se pedirá que no haya exigencia para pagar en la inmediatez”, sostuvo.

Sobre la gobernabilidad parlamentaria y el encuentro entre Emilio Monzó y Sergio Massa en Diputados, dijo: “eso fue un paso estratégico. Massa le pidió a Monzó que las primeras leyes que envíe el gobierno electo, entre ellos el Consejo Económico y Social, no tropiecen con el voto opositor. Viene una etapa de racionalidad política en Argentina muy interesante, y los que analizamos la política vamos a ver una radiografía positiva. Hay que dejar atrás la antinomia peronismo – antiperonismo. La situación del país es muy pero muy grave, y por eso Hernán Lacunza, el ministro de Economía, dijo que las dos herencias no son deseables, ni la que Cristina Kirchner le dejó a Macri, ni la que Macri le deja a Fernández”.

“El que la tiene más complicada es Axel Kicillof, porque a pocos días de asumir recibirá vencimientos de deuda que preocupan porque son en dólares. Uno es un bono de 260 millones con fecha de vencimiento 17 de enero, y otro vence el 26 de enero por 277 millones", dijo.

En ese sentido agregó: "eso es preocupante porque si se tiene en cuenta la reunión de transición, se blanqueó que la Provincia tiene compromiso de deuda de entre 50 y 70 mil millones de pesos. Desde la gobernación dicen que son 50 millones, pero el equipo de Kicillof dice que son 70 millones. En el Frente de Todos le pidieron a María Eugenia Vidal le pida a Mauricio Macri ese dinero”, dijo.

“El gobierno de Vidal garantizó que el pago de estatales está garantizado hasta diciembre, cosa que no pasó cuando ella asumió porque debió pedirle recursos a Macri”, sostuvo.

 

Gustavo Córdoba  (Director de Zuban – Córdoba y Asociados)

 

Al ser consultado sobre cómo observa el proceso de transición, dijo: “hay un intento del gobierno saliente de mostrarse entero y mucho más sólido de lo que parecía con el resultado de las PASO. De alguna manera lo logró porque el resultado electoral muestra que consiguieron un 40 por ciento de las adhesiones del país independientemente de los manejos económicos y de la mala praxis en la política económica de la gestión”.

“Hay una idea de un voto ideológico combinado con clasista, que en las categorías académicas ya lo habíamos dejado prácticamente de lado y sin embargo hemos visto como ha resurgido de manera extraordinaria, viendo la coincidencia que hay en el valor de la tierra en Capital Federal o Córdoba con la densidad del voto a (Mauricio) Macri”, agregó.

Luego dijo que “me quedo con la idea de que hay un esfuerzo del gobierno entrante de empezar a manejar las expectativas. Hay una idea de que el 11 de diciembre ya con la barita mágica Alberto (Fernández) empieza a solucionar los problemas, que de alguna manera el gobierno actual está tratando de soslayar y discutir el relato de cómo es la herencia que va a recibir el próximo gobierno”.

Y puntualizó: “creo que la obligación que tiene el próximo gobierno, -y es paradigmático porque esta victoria lejos de otorgarle derechos a Fernández le otorga un sinnúmero de obligaciones-, es manejar el consenso, o sea ampliar la base de sustentación política del gobierno. También tiene que manejar el disenso para que no generen una tensión adicional los probables cortocircuitos que haya en la coalición gobernante, que los va a haber y tenemos que pensar en términos de que el Frente Renovador no va a perder su identidad ni será absorbido por el peronismo, y lo mismo con el kirchnerismo en donde por ejemplo no van a dejar La Cámpora para pasar a ser peronistas tradicionales”.

“Manejar las expectativas a la gente es importante. Disenso y consenso son herramientas para que de alguna manera se bajen las expectativas. Las condiciones objetivas de la economía le van a dar un condimento muy dramático a los meses que vienen y si el gobierno no plantea un gran pacto económico y social le va a pegar en el palo. La situación de la Argentina exige a los grandes actores sentarse en una mesa para acordar por el bien común”, dijo.

Sobre la oposición próxima y su liderazgo, dijo: “es muy temprano para hablar de que Mauricio Macri sea el líder de ese conglomerado opositor. Hay que analizar quiénes ganaron y quiénes perdieron dentro de Cambiemos. Por supuesto (Horacio Rodríguez) Larreta es un ganador, (Alfredo) Cornejo es otro ganador, y Macri perdió su elección. Creo que no va a ser simple reconocer la disputa opositora. No obstante hay que reconocer que ese 40 por ciento es un partido de derecha institucionalizado que le garantiza a la democracia argentina un nivel de estabilidad inédita, hay que ver que tiene figuras potables como María Eugenia Vidal que pueden tener una reválida electoral en la provincia de Buenos Aires, ella puede ser candidata en las elecciones intermedias y garantizar un piso de gobernabilidad a todos los actores de esa fuerza”.

Acerca del papel de Mauricio Macri y un eventual pase a la provincia de Buenos Aires, dijo que “todavía (conocer el rol) puede ser prematuro. Creo que la única estrategia que tiene Macri es esperar un eventual fracaso del gobierno de Alberto Fernández para tener de alguna manera una reválida y decir ´vieron, a ellos tampoco les resultó fácil gobernar´. Macri tendrá una agenda judicial complicada, hay un cambio de contexto en el poder de Argentina que lo va a agarrar a él en una situación sumamente delicada, y recordemos que él asumió estando procesado, y en la actualidad sin contar las causas que se le inicien luego de que deje el poder, tiene cerca de 96 pendientes. Él tratará de encabezar la oposición para disimular la agenda judicial, pero le va a resultar complejo y difícil”.

“Hay una Argentina altamente polarizada, y si revisamos los resultados electorales de los últimos 40 años nos vamos a encontrar con que este es el segundo más polarizado. Indudablemente eso tiñe a toda la actividad política, social y económica del país. Es inevitable que lo pensemos en término de grieta. Está claro y es una obligación que la política Argentina abandone la grieta a la hora de gobernar generando consensos y negociando los disensos internos. La grieta es buena para ganar elecciones pero para gobernar es una máquina de impedir”, indicó.

Luego dijo que los partidos políticos se van debilitando en el tiempo, y que hoy la Argentina tiene “dos grandes coaliciones. Una de centro izquierda y la otra de centro derecha, y habrá que acostumbrarse a ver la política en esos términos por los próximos tiempos”.

En cuanto al contexto de la región continental con incertidumbres políticas, económicas y sociales incidiendo sobre Argentina, dijo: “hay un componente que es la cuestión temporal, los gobiernos creen que manejan poder los años que le toca gobernar y la verdad que en realidad el poder es más efímero. Estamos acostumbrado a ver quizá manejo de poder a lo largo del tiempo y no entendemos lo que pasó en Chile, con un presidente recientemente reelecto que sufra la pérdida de poder instantánea como fue no entender el proceso social y político que se desató a partir del aumento del boleto del metro. Lo mismo pasa en Ecuador, y creo que en Argentina lo que nosotros tenemos que ver como un espejo son lo niveles de insatisfacción de los ciudadanos con respecto a los beneficios de la democracia y sobre todo los económicos, porque puede haber una clase privilegiada que ignora los sacrificios de la clase pobre y ahí está uno de los condimentos esenciales, no solo escuchan a los pobres, no los entienden sino que pareciera que los retan por su condición,  y ahí hay una de la claves de la democracia en la región, que necesitamos tener una clase de dirigencia que entienda ese fenómeno para que lo de Chile sea un recordatorio para entender que no puede haber un proceso de crecimiento dentro del capitalismo sin atender a las clases más humildes”.

 

 

Lucas Romero (Director de Synopsis Consultores) 

Acerca de su mirada sobre este proceso de transición, dijo: “un politólogo polaco, Adam Przeworski, decía que esto de las alternancias de las democracias es ciertamente como la ´incertidumbre institucionalizada´, y me parece que esta transición refleja muy bien ese concepto porque efectivamente en lo formal de lo que corresponde al proceso institucional estamos avanzando hacia la asunción de un nuevo gobierno con un diálogo cordial entre gobierno saliente y gobierno entrante. Ahora en términos de definiciones sobre cómo va a ser la política pública en general y en particular de la económica todavía no tenemos grandes precisiones y creo que es un poco lo que está acompañando este proceso que es cordial en lo formal pero sin definiciones en lo concreto”.

Sobre cómo queda el bloque de gobierno en cuanto a la armonización del poder interno, dijo que “cuando los historiadores estudien el proceso electoral argentino del 2019 posiblemente identifiquen dos factores explicativos. Por un lado el proceso económico y esta fase contractiva que estamos sufriendo en la economía que claramente fue un condicionante del proceso electoral, porque es prácticamente pensar que un oficialismo con casi 24 meses de caída sostenida del salario pudiera alzarse con el triunfo. El otro es más político y tiene que ver con el nivel de unidad que se llegó en el universo peronista”.

“El 10 de diciembre cuando Alberto Fernández asuma va a enfrentar esos dos desafíos: por un lado, resolver el problema económico, y por el otro conservar la unidad lograda a través del Frente de Todos y transformarlo en una coalición de gobierno. La aclaración que hay que hacer es que si bien los dos se influyen mutuamente, el círculo se construye sobre  la base de qué tipo de resultados puede encontrar Alberto Fernández en términos económicos, y si los encuentra rápidamente es posible que consolide a la coalición de gobierno y facilite su liderazgo ante una coalición heterogéneo, pero si se demoran podría ocasionarle algún problema en cuanto a su popularidad y eso debilitar el frente interno en el sentido de mantener unido al peronismo. Pongo el foco en lo económico”, dijo.

Acerca de declaraciones de sectores más radicalizados como los representados por Juan Grabois en cuanto a dar plazos al gobierno, dijo: “el resultado electoral deja un escenario mucho más equilibrado del que nos imaginábamos el domingo 27 por la mañana, y eso tiene claramente consecuencias en el escenario y condiciona un poco más a Alberto Fernández en estos desafíos que planteaba de conseguir resultados económicos para consolidar políticamente a la coalición de gobierno. Leyendo ese resultado no sería recomendable para Alberto Fernández comenzar un proceso de kirchnerización de la identidad de su gobierno, o si se quiere de inclinarse a tener posturas radicalizadas, y claramente debe ser más centrista o moderado. Del mismo modo en la oposición sería un error para Mauricio Macri antiperonizarse o confrontar en ese clivaje peronismo – antiperonismo”.

Y dijo que si bien los votos del Frente de Todos provienen de sectores kirchneristas, “para gobernar Alberto Fernández debe pararse en el medio. El desafío es moderación”.

“También con este resultado hay desafíos para los sectores más radicalizados de ambos espacios, porque en algún punto cada uno de ellos sabe que si fuerza posturas está forzando el final o termina beneficiando al otro. Ahora, todos están forzados a convivir conjuntos o morir separados”, subrayó.

Acerca del repunte de Macri entres las PASO y las generales, y su posible rol de liderazgo, dijo: “creo que le pasa algo parecido a lo que le pasó a Cristina Fernández de Kirchner en 2015, ella se fue muy bien con la gente y recordemos esa Plaza de Mayo del 9 de diciembre con acompañamiento popular, pero muy mal con los dirigentes porque rápidamente el peronismo empezó a marcar distancias y diferencias, y recordemos a gobernadores o al Grupo Esmeralda de intendentes, y recordemos que en 2017 compitieron separados. Acá pasó algo parecido, y la campaña del  ´Sí, se puede´ ayudó a consolidar su liderazgo personal sobre la base electoral en la identidad no peronista y antikirchnerista, pero se  va mal con los aliados porque no les dio lo que le correspondía, no los escuchó, y los maltrató mientras gobernaba. Pero el desafío para Macri es conservar este apoyo popular que le puede dar la mayoría dentro de la minoría, porque en algún punto esa gente que alimentó las marchas claramente son una mayoría dentro del 40, pero no son el 40. Si Macri conserva esa mayoría dentro del 40 puede aspirar a seguir teniendo protagonismo como lo hizo Cristina, pero me imagino una conducción más colegiada”.

Sobre si se puede hablar más de coalición ideológicas que de partidos tradicionales, dijo que “el sistema de partidos sufrió un deterioro muy grande desde el punto de vista de su institucionalización en la crisis del 2001. Desde allí en Argentina es difícil hablar de sistema de partidos y es más fácil hablar de coaliciones de competencia electoral. Pareciera  que el espacio político se organiza en función de que surge un liderazgo con potencial electoral, ese liderazgo constituye la coalición electoral que  después se transforma en una  coalición de gobierno. Ese proceso lo vimos desde el 2001 hasta acá con combinaciones muy disparatadas de partidos políticos que formaron parte de espacios disimiles y diferentes, y claramente con liderazgos personalistas en donde la figura central ordena el espacio. No hay partidos políticos que le den estructura ósea a esos espacios”.

“Ahora pareciera ser que esos espacios de competencia son más homogéneos ideológicamente. Hoy Juntos por el Cambio y Frente de Todos no son partidos políticos pero parecieran ser ecosistemas políticos que reúne a actores con cierta similitud ideológica. Habrá que ver si esto ayuda a consolidar este formato más partidista, porque están dadas las condiciones como para que esta competencia más bipartidista se consolide en el tiempo. Habrá que  ver si se consolida en 2021”, dijo.

Sobre la situación política del continente desde México al sur, dijo: “en comparación con lo que uno podía ver décadas atrás, da la sensación que la política exterior de los países quedó subordinada a las necesidades domésticas. Muchas veces se actúa pensado hacia adentro y no aprovechando condiciones exteriores para perseguir objetivos de interés nacional. El caso de Brasil es muy claro, pareciera que tanto Jair Bolsonaro como Alberto Fernández fomentan esa confrontación pensando más en su electorado doméstico que pensando en objetivos estratégicos nacionales. Para los dos países es inconcebible pensar confrontar. A ninguno le conviene confrontar pero sin embargo la tenemos”.


Esteban Regueira (Clivajes Consultora)

Sobre el proceso de transición, opinó que “es bastante ordenado dentro de todo en referencia con otras transiciones en Argentina. Hubo un buen gesto por parte del presidente (Mauricio Macri) al momento de reconocer rápidamente la derrota el domingo 27 y mostrarse abierto a una reunión de transición y desde la otra parte Alberto Fernández rápidamente accedió a esta reunión, enviándose emisarios de ambos lados. Lo mismo pasó en Provincia de Buenos Aires”.

“Se ve que de ambos lados se comprende la compleja situación económica y social de Argentina”, dijo.

Acerca de si un resultado más parejo que el esperado y su influencia para obligar a una transición más madura, dijo: “con este resultado, Alberto Fernández va a tener un Congreso mucho más dividido, más polarizado porque al haber mejorado JxC los resultados con respecto de las PASO, puede ganar mayor presencia en Diputados, tiene una presencia importante en Senadores entonces claramente habrá más acuerdos.  Por eso vimos ahora la reunión entre Emilio Monzó y Sergio Massa, y se dio desde ese lado una forma de negociar de otro modo”.

Sobre la oposición y el liderazgo de Macri, dijo: “a mi me parece que internamente van a surgir inconvenientes. Es difícil ver a Macri como un líder de oposición, y además se podrían esperar internas. Larreta quedó como la persona más fuerte en el  riñón puro del Pro porque obtuvo la reelección con un margen muy grande siendo el primer Jefe de Gobierno electo en primera vuelta, y hay un recambio político importante. María Eugenia Vidal quedó herida porque no pudo mejorar la situación, aunque hay que aclarar que en 2015 tampoco había hecho una gran elección porque sacó 39 puntos. También Alfredo Cornejo dio vuelta la elección en Mendoza”.

En cuanto al crecimiento de Mauricio Macri que si  bien no le alcanzó a él pudo salvar muchos intendencias, dijo: “el crecimiento se puede entender a nivel intendencias en donde varios intendentes pudieron retener esas municipalidades, y se me viene a la cabeza el caso de  (Julio) Garro (LaPlata), (Néstor) Grindetti (Lanús), o (Diego) Valenzuela (Tres de Febrero) en donde ellos pudieron dar vuelta la elección, pero a nivel nacional lo que lo favoreció a Macri es entender esta elección como una segunda vuelta, como si fuese un balotaje. En las PASO hubo un resultado tan amplio que muchos votantes para las elecciones generales se inclinaron para el lado de Macri para que exista una oposición más fuerte”.

Acerca de la mayor participación en las generales, dijo que “siempre hay un crecimiento (natural)”, y dijo que a Macri le dio buen resultado “apuntar a la grieta, a dividir, a arrastrar al votante que no fuera peronista”.

“La elección del Frente de Todos fue similar que la de agosto, es muy poco lo que crece. Pero Macri arrastró más votantes”, dijo.
Sobre la región continental y las alianzas que podría generar Argentina, dijo que “el tema de México es volver a mostrarse con los líderes más progresistas de la región. El tema de Brasil es distinto y el discurso combativo de Bolsonaro no podrá seguir más adelante. Entre Argentina y Brasil hay una dependencia mutua, y no se podrá estar mucho tiempo sin ella”.

“Tarde o temprano las relaciones volverán a crecer porque las dos se necesitan, sobre todo por la crisis de la región”, opinó.

“Hay una situación compleja para América Latina porque quedó muy dividida entre gobiernos progresistas o populistas, y otros de derecha”, dijo.

En cuanto a la foto de Monzó y Massa dialogando por agenda parlamentaria, opinó que “es muy interesante por la crisis económica. Lacunza ya avisó que la herencia será pesada, así que se necesita diálogo y lo veo como un buen desafío para la política argentina. Hay que encontrar puntos de negociación”.