16/04/2024 - Edición Nº2945

Politica

Punto de vista

3 de febrero: Dos batallas, un destino

03/02/2020 | La Batalla de San Lorenzo del 3 de febrero de 1813, y la Batalla de Caseros del 3 de febrero de 1852 marcaron capítulos importantes en la historia de nuestro país. Un análisis del doctor Diego Barovero en los siguientes párrafos.


por Diego Barovero * / Para ImpulsoBaires.com.ar


La Batalla de San Lorenzo(3 de Febrero de 1813).

En 1812 durante el Gobierno del Primer Triunvirato del Río de la Plata, llegó  al país del Teniente Coronel Don José Francisco de San Martín, quien había realizado una brillante carrera militar en España y luchó con vigor frente a los ejércitos napoleónicos que habían invadido la Península Ibérica. El notable correntino desembarcó en la Fragata inglesa “George Canning”, el 9 de Marzo, junto a otros notables Patriotas. Luego, una vez reconocido su grado de “Teniente Coronel”,  San Martín recibió, del Primer Triunvirato, el encargo de formar un escuadrón de caballería,  que más tarde sería  el famoso Regimiento de Granaderos a Caballo.

El Teniente Coronel  San Martín, quién fue secundado por Don Carlos María de Alvear y Don José Matías Zapiola, entrenó a sus tropas con las nuevas tácticas que había aprendido en Europa. El cuerpo por el creado tuvo su bautismo de fuego en el Combate de San Lorenzo, el 3 de Febrero de 1813, en una barranca muy próxima a la ciudad de Rosario (Santa Fe). Allí, cuando los realistas se aproximaron al Convento, dos columnas de Granaderos los rodearon.  La comandada por San Martín atacó de frente, mientras que la dirigida por el Capitán oriental Justo Germán Bermúdez y el joven Teniente porteño Manuel Díaz Vélez los atacó por detrás, en una maniobra estratégica brillante. Paralelamente, mientras San Martín marchaba al frente de su pelotón, una bala hirió su caballo que cayó de lado aplastando sus piernas, quedando inmóvil y expuesto. Cuando un soldado realista se aprestaba a matar al Libertador, el Granadero puntano  Juan Bautista Baigorria, se interpuso abatiendo al soldado enemigo e iniciando una heroica defensa de su Jefe. Luego, mientras el Soldado  Baigorria mantenía alejados a los españoles de San Martín, el Granadero correntino  Juan Bautista Cabral liberó al Teniente Coronel de la presión de su caballo.

Finalmente, en aquel acontecimiento, las tropas patriotas vencieron a las realistas pese a la desventaja numérica: los hombres de San Martín eran 120 contra los 300 que comandaba Antonio Zabala.

El triunfo de San Lorenzo consolidó el ideario independentista, rodeó de  enorme prestigio la figura de San Martín y recuperó para estos pueblos  como objetivo prioritario, lograr la libertad y la emancipación Sudamericana.


La Batalla de Caseros, el final de la etapa rosista en el Río de la Plata (3 de febrero de 1852).

En 1850, cuando todos los intentos por derrocar al Gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas habían fracasado, se levantó en su contra el Gobernador de Entre Ríos Justo José de Urquiza. El viejo aliado del Restaurador (de las leyes), envió una circular al resto de las provincias instándolas a aceptar la renuncia del hombre fuerte de Buenos Aires. Así, el 1 de mayo de 1851, anunció directamente su ruptura con Rosas y la reanudación de las relaciones exteriores. El cambio de Urquiza se debió a las políticas que estaba llevando el Restaurador que perjudicaban al Litoral, entre ellas, la más importante era la de puerto único (el porteño) que impedía a las demás provincias comerciar libremente con el mundo y poder vender sus productos. Además, Rosas dilataba la convocatoria a un congreso general constituyente para organizar el país, que era la aspiración del litoral y del resto del territorio.

El levantamiento de Urquiza, fue acompañado por Corrientes. En el exterior, contó con la importante ayuda militar de Brasil, que buscaba el libre paso por los ríos interiores para comerciar directamente con la Mesopotamia, y del Uruguay, que estaba sitiada por Buenos Aires.

Además, los rioplatenses exiliados que se habían refugiado en su mayoría en Uruguay, se sumaron entusiastamente a la iniciativa.

El ejército de Urquiza, que se llamó Ejército Grande, inició las operaciones en diciembre de 1851. Primero invadió Santa Fe, donde ocupó la provincia sin encontrar resistencia, ya que el gobernador Pascual Echague retrocedió hasta Buenos Aires para unirse a Rosas.

El choque que de los dos ejércitos se produjo el 3 de febrero de 1852 a la altura de Caseros (donde hoy está la estación El Palomar). Rosas contaba con 22 mil hombres y 60 piezas de artillería; Urquiza con 24 mil soldados y 50 piezas de cañones. El ejército aliado (llamado “Ejército Grande” del que Domingo Sarmiento fue boletinero ) arrolló al porteño luego de entablar un furioso duelo de artillería. Poco antes de terminar la batalla y cuando se descontaba la derrota, Rosas se alejó con un pequeño contingente. Fue perseguido y casi lo atrapan, pero logro escapar, aunque fue herido en un dedo de un balazo.

En mismo día de la batalla, Rosas redacto su renuncia. Lo hizo sobre un papel que apoyó sobre sus rodillas en un sitio que estaba muy cerca de donde se encuentra la Plaza Constitución. Tras la misma, pidió asilo en Inglaterra, lo que fue aceptado por el embajador de ese país. A la noche fue conducido, junto a sus hijos Juan y Manuelita, a una fragata que lo condujo directamente a Gran Bretaña.

El 20 de Febrero, Justo José de Urquiza hizo su entrada triunfal en Buenos Aires. Poco antes había disuelto la legislatura rosista y nombrado Gobernador Provisional de la Provincia a Vicente López y Planes.

Posteriormente, firmó un convenio con las provincias del litoral y Buenos Aires, que se llamó Protocolo de Palermo, por el cual se hizo cargo de las Relaciones Exteriores y de los asuntos generales del país, con vistas a concretar la organización del territorio, en base a la sanción de una constitución Nacional.

* Diego Alberto Barovero, presidente del Instituto Nacional Yrigoyeneano, abogado, profesor de historia y periodista.