24/04/2024 - Edición Nº2953

Podcast

Editorial "Costo de vida"

Falta de agua: Cuando el Estado falla en garantizar un derecho humano elemental

09/03/2020 | Editorial de Fabricio Moschettoni para el programa “Costo de vida”, que se emite de lunes a viernes de 7 a 8 por Radio 96.7 de La Plata.


por Redacción


El agua es un recurso finito particular. Es necesaria para que podamos vivir, y sin ella sería imposible. Un informe publicado por el Foro Económico Mundial de hace algunos años me dejó la mejor descripción, cuando decía su autor “el vaso de agua que ha tomado hoy es la misma agua que bebió un dinosaurio hace millones de años”.

Hoy el eje del mundo está preocupado por el futuro del agua, y se enfoca en un problema que nos puede incluir perfectamente como región, es decir la repartija de la torta en cuanto a la utilización del recurso: 11% del consumo es para el uso doméstico, un 19% es para la industria y la generación de energía, y un 70% es consumido para la agricultura llegando al 90% en algunos países con poco nivel de desarrollo.

Ese mismo informe del Foro Económico destacaba un párrafo que alarma: “El uso de agua sin restricciones ha crecido a nivel global a un ritmo vertiginoso: dos veces más deprisa que el aumento de la población en el siglo XX.Y cuando estamos a punto de entrar en la tercera década del siglo XXI, la presión demográfica, el ritmo de desarrollo económico, la urbanización, la contaminación y la pérdida indiscriminada de agua debida a una mala gestión están ejerciendo una presión sin precedentes sobre la principal fuente de vida del planeta. Si a esto le añadimos el fuerte impacto del cambio climático y la transformación de las dietas, -del consumo de cereales y tubérculos hemos pasado al de proteínas animales, que requieren diez veces más agua para su producción- el resultado es que en muchas regiones ya no es posible el suministro de un servicio de agua fiable”.

Luego de esa introducción macro a un problema de recursos que nos debe conmover a nivel mundial, porque está comprometido nuestro futuro como especie si es que nos distraemos, quiero tocar un tema que tiene que ver con nuestros ámbitos, y que justamente el informe referido lo menciona cuando habla, entre las situaciones deficitarias de estos tiempos, de “pérdida indiscriminada de agua debida a una mala gestión”.

En nuestra Ciudad de La Plata estamos cansados de ver como la empresa ABSA S.A., que está integrado por más del 90% de capitales del Estado provincial y el resto lo tiene el Sindicato de Obras Sanitarias de la Provincia, viene a los tumbos desde su existencia como tal.

Falta de planificación, ausencia de inversiones significativas y cuestionables administraciones han hecho que el servicio no esté a la altura de lo que el usuario necesita. 

ABSA, en rigor, contamina arroyos, como el Del Gato, despilfarra agua por ausencia de mantenimiento de red, y no garantiza la presión suficiente para que los habitantes cuenten con ese recurso vital.

Esto no ocurre nada más que en la Región Capital, porque ABSA tiene presencia en unas 79 localidades de la Provincia distribuidas entre 52 municipios, o sea llegando a 786 mil usuarios.

El fin de semana que pasó, pobladores de la localidad de Stroeder, ubicada en el partido sureño de Carmen de Patagones, tuvieron que hacer una especie de asamblea popular durante el sábado al caer la tarde para analizar un plan de acción ya que hace alrededor de diez días que no tienen una gota de agua, y en ese marco el domingo se fueron desde horas de la mañana a colocar pancartas al costado de la Ruta 3, para además dialogar con automovilistas que aminoraban la marcha para interiorizarse del problema, o expresar su solidaridad.

ABSA no los atendió. Son una población pequeña, de unos 1800 habitantes aproximadamente, pero la empresa los abandonó y no les proveyó debidamente la respuesta suficiente como para abordar la prestación de un servicio básico insustituible.

Y lo peor para la gente de Stroeder es que el intendente municipal, José Luis Zara, les dio la espalda y no los acompañó encabezando el justo reclamo.

Pobladores que no pedían más que lo que les corresponde, y que de manera pacífica lograron algo de visibilidad para llamar la atención a las autoridades.

El gran debate del agua a nivel mundial del que hablábamos al principio de la editorial tiene entre sus puntos débiles la falta de gestión de los Estados para que el servicio básico llegue a la gente.

Lo irónico es que en el caso de Stroeder el recurso existe y está cerca, pero ABSA falló en la garantía de disponer los elementos básicos para poder distribuirlo correctamente.

Dejadez política, la del intendente, falta de operatividad, la de ABSA, condenan en este caso a toda una población, los dejaron literalmente tirados a la buena de Dios.

Por eso, cuando tanto hablo de gasto público, de optimizar prioridades por parte de los administradores públicos, también me refiero a esto. Vemos un Estado repleto de asesores y gastos superfluos en todos los niveles generando erogaciones millonarias del presupuesto público mientras que lo urgente no es atendido debidamente.

Buen comienzo de semana.