19/04/2024 - Edición Nº2948

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La columna de Jorge Joury

Versiones sobre un plan económico que se cocina en secreto y se anunciaría en mayo

28/04/2020 | Son muchos los economistas que sostienen que sería apropiado que el Presidente convoque cuanto antes a especialistas de distintos pensamientos e ideologías para que diseñen un paquete de medidas para salir de esta crisis. Pero por lo que trascendió en las últimas horas, parece que la idea de crear un Consejo Económico Social no está en la cabeza de Alberto Fernández. En cambio, en los pasillos de la Casa Rosada circula con fuerza el rumor de que el ministro Martín Guzmán, titular del Palacio de Hacienda y Miguel Pesce, presidente del Banco Central, se encuentran trabajado en la redacción de un plan económico de emergencia, cuyo anuncio no pasaría de mayo.


por Redacción


Se comenta que son medidas que ponen el foco en fortalecer el mercado de capitales, estabilizar la cotización del dólar y bajar las tasas de interés. 

Hay quienes aseguran que todos los bancos, públicos y privados, nacionales y extranjeros, serán los grandes jugadores de este paquete que se cocina a fuego lento bajo el más estricto secreto.

El programa no estaría atado al fin de la pandemia, ni a la negociación de la deuda externa, sino que se dará a conocer cuando Guzmán y Pesce ultimen los detalles técnicos y Alberto Fernández entienda que se cumplen los requisitos necesarios para volver a poner en marcha la rueda virtuosa de la economía.

El Presidente está convencido que ya se emitió lo suficiente para aplacar los efectos devastadores de la pandemia, y que en plena crisis doméstica y global será muy difícil para la Argentina acceder al mercado de capitales en el exterior.

Con el riesgo país a más de 4.000 puntos básicos, los créditos a tasas razonables no existen para los tomadores locales.

A este difícil contexto financiero, se debe agregar la situación incierta en la negociación con los bonistas bajo legislación extranjera y la caída del precio del petróleo que enterró las esperanzas puestas en Vaca Muerta. El Presidente tiene en claro que no llegarán inversiones en la industria petrolera, que sufre hoy los embates del enfrentamiento protagonizado por Rusia y Arabia Saudita.

En el primer borrador de la letra final del futuro plan, se establecieron algunos frentes estratégicos. Uno de ellos focaliza en que el Tesoro  con el aval del Ministerio de Economía, emitirá series de bonos en moneda nacional que ofrecerá a los bancos.

La intención es revertir la lógica financiera de los últimos cuatro años. Es decir, que el Banco Central deje de colocar Leliqs a favor de la banca, y que las entidades compren los bonos emitidos por el Tesoro. A lo que se apunta, es que la tasa de interés de los bonos será superior a la inflación prevista para 2020.

Otra de las medidas pone el acento en que el Banco Central dictará resoluciones destinadas a bajar los niveles de encaje bancario y a permitir que las entidades puedan ampliar sus niveles de inversión en títulos soberanos de la Argentina.

De esta manera, explicaron en Olivos, la liquidez de los bancos se podrá derivar a los nuevos bonos y evitar así que presione sobre el tipo de cambio.

La intención es fogonear la baja continua de la tasa que se paga por las Leliqs y las de referencia para los créditos destinados a la pequeña y mediana empresa.

Todavía no hay certezas de como será el detalle final de las medidas, pero los datos de la realidad marcan que llegó la hora de tomar el toro por las astas. 

La economía muestra un aspecto desfalleciente. Se habla de una caída de la actividad económica de entre 7% y 8% del PBI para este año, con posibilidades ciertas de superar el 10%. La inflación de 40% para 2020 es ya una utopía, y llegó el tiempo de salir a defender un tope de entre 50% y 60% anual. La pobreza superará el 40% con posibilidades de trepar hasta el 50%. La recaudación se ubicará un 40% por debajo de los datos del primer bimestre y habrá un océano entre el volumen de ingresos públicos y la inflación. El desempleo será récord. Hay cantidad de pymes en situación terminal y grandes empresas en un momento crítico.

Muchos nombres importantes de la industria, el comercio y los servicios están cerca tirar la toalla, mientras gran parte de la clase política navega en las turbulentas aguas ideológicas de impulsar nuevos impuestos, algo que ya no tiene lugar en un país con demasiada presión impositiva. 

Es hora de poner manos a la obra, para evitar la otra pademia, la económica, que también puede dejar un tendal de muertos.