20/04/2024 - Edición Nº2949

Economía

Terminal

Gastronomía está avisando que el crack económico en La Plata puede ser contundente

01/05/2020 | El 19 de abril se conoció el cierre del bar Pipistrello y este jueves la sorpresa llegó por el lado de la confitería París. La situación en el sector gastronómico de La Plata está a punto de generar un colapso de magnitud descomunal, mientras que las respuestas del Estado en todos sus niveles para el sector pyme es insuficientes y casi declarativo. El sector, que tuvo fuerte crecimiento en los últimos años y que jugó decidido al reposicionamiento de La Plata hoy puede desaparecer.


por Fabricio Moschettoni, editor de ImpulsoBaires / Twitter @FMoschettoni


El bar Pipistrello está ubicado en 46 entre 5 y 6, y el 19 de abril publicó en sus redes sociales que terminaba la actividad como producto de no poder soportar la baja en la comercialización que se dio desde el inicio de una cerrada cuarentena por el COVID-19. La firma lleva cinco años de antigüedad en el medio.

Este jueves, a pocas horas de iniciarse el Día del Trabajador, la tradicional confitería París mandó una comunicación por Whats App a sus empleados anticipándole lo que después comunicó en sus redes sociales: el inevitable cierre, y en el mensaje de despedida apuntó a la falta de apoyo estatal para el sector pyme.

En la semana, desde ImpulsoBaires.com.ar estábamos haciendo un repaso por la actividad gastronómica, y algunos propietarios de emprendimientos importantes ubicados en Diagonal 74 y zonas aledañas, puntualizaron que “la caída abrupta traerá consecuencias inminentes para todo el rubro, porque se hicieron inversiones muy elevadas para colocar al corredor gastronómico en un nivel competitivo equiparando a lo mejor de la oferta en la Ciudad de Buenos Aires,  y además hay costos altísimos de personal,  cargas sociales, alquileres que en algunos casos andan por alrededor de cien mil pesos mensuales, impuestos, servicios, marcas, y una seria enorme de erogaciones”, y sostuvieron que “la única respuesta que hoy tenemos es el tema del delivery pero no alcanza para nada, porque hay gente que quiere tomar un café en el salón, y no es lo mismo que llevarlo a su casa porque no lo piden. La gente se encuentra en los bares y la excusa es pedir algo, pero se encuentras a hacer un evento social rutinario como charlar, verse, compartir un rato, por lo que a domicilio es mínimo lo que se hace y es apenas una ayuda para resolver temas urgentes”.

Muchos de esos locales también sufren con crueldad el cierre de la administración pública: “ese ese el único sector que hoy por hoy tiene un ingreso asegurado, que podría mover un poco nuestra economía pero al estar paralizado obviamente no hay nada de consumo. Extrañamos el funcionamiento de la Justicia, de la Legislatura, de toda la administración. Para nosotros ese caudal de consumo era vital, y luego la actividad nocturna era la clave para estar parados”.

Al tiempo de responder cuánto tiempo más podrán aguardar un reinicio de actividad, desde el sector fueron contundentes: “en abril se pagaron sueldos como se pudo, agradecemos mucho a nuestros trabajadores por la paciencia y tolerancia, se habló bastante con las inmobiliarias en algunos casos para ir preparando el terreno para mayo porque ahí es en donde vamos a tener problemas reales. Y el futuro no sabemos cómo será”, y agregan que “las ayudas del Estado no llegan en su totalidad. En los bancos es muy difícil acceder a un crédito porque hay muchos emprendedores que ya tenían créditos tomados porque, insistimos, la inversión que se hizo es enorme, otros tienen carpetas atrasadas, algunos están sin ellas, y hay quienes además también deben algún impuesto y eso también fue una complicación. En paralelo, las cargas siguen existiendo y la verdad es que por ahora se patea la pelota para adelante lo que más se puede, pero ya vemos el final de la cancha y no tenemos jugadas mágicas para recuperarnos. Este partido lo vamos a perder por goleada a este ritmo, y lo peor es que vemos el final”.

Eventos, también en crisis

La gastronomía tiene algunas actividades que están vinculadas como por ejemplo los realizadores de eventos en vivo, sector que hace pocos días formó una agrupación reuniendo a productores. Ellos dijeron a ImpulsoBaires.com.ar que “tenemos la actividad en cero, no se trabaja nada y no tenemos ninguna ayuda del Estado. Somos productores que le damos trabajo a sonidistas, vestuaristas, vendedores de tickets, iluminadores, y a un montón de gente. Cada evento, por pequeño que sea, mueve a veinte trabajadores. Hoy estamos sin nada”. Esas palabras correspondieron a Alexis Turnes Amadeo, vocero de la flamante asociación.

En el plano nacional, la Asociación de Eventos de la República Argentina anunció que prevé un quiebre tan profundo que compromete al 1% del PBI nacional y que dejará sin trabajo a un millón de personas.

La situación es desoladora por todos lados, y el quiebre del sector gastronómico, además del coletazo a los eventos, también generará un golpe en el mercado inmobiliario local que ya se lo ven venir: “por más que hagamos un acuerdo con propietarios de locales para ofrecer alguna facilidad sabemos que estos números que se manejan para locaciones del centro son elevados y nadie podrá hacer frente bajo ningún punto de vista. Ahí si no trabajás no podés pagar, y si te atrasás no te recuperás más”.

En todo caso la única solución que se encuentra es la vuelta a la actividad, un diálogo sostenido con el sindicato gastronómico, la asistencia del aparato estatal y un pedido desesperado para cuando haya apertura: quienes tengan ingresos fijos que demuestren solidaridad consumiendo.

El fantasma de los años Noventa

El Gran La Plata teme empezar a revivir lo que fueron los años del menemismo en donde la región tuvo un promedio de desocupación de 20% y una subocupación del 11% (datos de octubre de 1995/INDEC). 

Datos del cuarto trimestre del año pasado muestran que la desocupación es de 7.7% y la subocupación de casi 12%, aunque pareciera que ese marco bastante manejable ya es parte del pasado y los números que se esperan van a subir en ascensor mientras que la asistencia estatal para reactivar la economía lo hará lentamente por una interminable escalera.