29/03/2024 - Edición Nº2927

Politica

Punto de vista

Día Internacional de los Trabajadores 2020, un fasto para reflexionar

01/05/2020 | "Hoy no es un día de festejo es un gran día para reflexionar, las muertes no se festejan" decía Crisólogo Larralde, quien inspiró el celebre articulo 14 bis de la reforma de 1957 de la constitución nacional del 1 de mayo de 1853.


por Ricardo Ferrer Picado – Fernando Bernardino


También afirmaba que en base a aquel artículo, que para el marxismo dice: “La libertad es un prejuicio burgués”, mientras para el fascismo “la libertad es un cadáver putrefacto en el Estado”. El peronismo decía: “La libertad no sirve para comer”. Nosotros decimos que la libertad es lo único que sirve, que da derecho de comer por el hecho de haber nacido; que hay derecho de comer para conservar la vida; para ennoblecerla con los actos de cada mañana y de cada tarde...".

Desde su establecimiento en la mayoría de países (aunque la consideración del día festivo fue en muchos casos tardía) por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago. Estos sindicalistas anarquistas fueron ejecutados en Estados Unidos por participar en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. A partir de entonces se convirtió en una jornada reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido general que es celebrada en mayor o menor medida en todo el mundo.

En Estados Unidos, Canadá y otros países no se celebra esta conmemoración. En su lugar se celebra el Labor Day el primer lunes de septiembre en un desfile realizado en Nueva York y organizado por la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo (Knights of Labor, en inglés). El presidente estadounidense Grover Cleveland auspició la celebración en septiembre por temor a que la fecha de mayo reforzase el movimiento socialista en los Estados Unidos desde 1882. Canadá se unió a conmemorar el primer lunes de septiembre en vez del primero de mayo a partir de 1894.

La fecha se fue consolidando cada vez más hasta que el 28 de abril de 1930, el presidente Hipólito Yrigoyen decretó el 1° de mayo el día del trabajador en todo el territorio nacional.

El ánimo que inspira este fasto es dedicar un tiempo y un espacio para reflexionar como ciudadanos que tenemos los derechos por el que ofrendaron sus vidas muchos. Es solo bajo estas condiciones que creemos oportuno compartir nuestras inquietudes, dudas y preocupaciones ante un mundo que inexorablemente parece derrumbarse o por lo menos sus imaginarios. Este año las medidas de distanciamiento social dispuestas por el Ejecutivo Nacional a raíz de la pandemia de COVID-19 lo impiden. Sin perjuicio de esto intentaremos recuperar algo de esto por medio de la palabra escrita.
 
Algunos imaginarios y el trabajo a futuro
 
La idea de una sociedad capitalista occidental organizada sobre núcleos familiares con uno o dos trabajadores por grupo con casa, hijos y confort ya estaba en crisis en los  70.

La idea de que los Estados tienen capacidad de crear o regular el mercado del trabajo es solo una promesa de campaña, hoy en día ese poder reside en corporaciones financieras e industriales. Estás dirigen y controlan tanto la producción, distribución como la comercialización de productos al ritmo que le permiten las tecnologías de la información y comunicaciones.

La misma idea de ejércitos de trabajadores industriales solo existe en algunas partes del mundo y mucho en la memoria de todos. A estas ideas sumamos algunas realidades, la primera en el tiempo es el fin de la matriz energética basada en combustibles fósiles y la más apremiante es el cambio climático junto al colapso de ecosistemas marinos y terrestres.

El Estado

Si alguna vez el estado liberal fue imprescindible para defender la dignidad de sus miembros legitimantes y fundantes, los ciudadanos, otrora en la posguerra el estado de bienestar, para luego triunfar le estado social que tiene como alternativa al estado subsidiario, quizás haya llegado la hora de un Estado Legítimo para procurar garantizar las oportunidades y no retroceder en conquistas, con goce pleno de independencia entre los tres poderes y plena vigencia de los derechos individuales, sociales, del trabajo, colectivos y difusos.
 
El trabajo hoy

Por estos días vivimos un escenario previsible pero inesperado. Una pandemia suma más presión a los trabajadores en el mundo y los trabajadores no registrados son los que peor la pasan. Es lógico pensar que en Latinoamérica, donde predomina la desigualdad y la precariedad, crezca con cifras inéditas la pobreza y el desempleo. Solo como consecuencia de esta y a corto plazo la OIT espera una reducción del empleo formal estable del 7% pero sabemos que el impacto en el mundo del trabajo será mucho mayor. De estudios recientes se estima que en el mundo el 60 % de los trabajadores son informales, alrededor de 2.000 millones de personas ocupan un empleo informal, la mayoría en países emergentes y en desarrollo. La gran mayoría no cuenta con protección social, derechos en el trabajo y condiciones decentes de trabajo.

Dijimos que el 60% de los trabajadores del mundo no están registrados pero en nuestro imaginario muchas veces estos son un márgenes complementario, lógicos y necesario del sistema, en palabras de Marx cumplen el rol de ejército industrial de reserva regulando el mercado de trabajo. Lo cierto es que la amplia mayoría de los trabajadores que se encuentran desclasados y sumidos a un sinnúmero de status que configuran decenas de categorías. Dicha circunstancia resulta paradójico ya que son los mayores consumidores de bienes y servicios de producción masiva. Vivimos tiempos en que la reducción de los costos laborales es donde se centran todos los esfuerzos para maximizar ganancias o garantizar la supervivencia de algunos emprendimientos. 

Cuánto tiempo más es posible conservar este escenario en que pujan tantas fuerzas y tan importantes?

Cuan necesario será aprender de la historia y abrirnos más allá de nuestras fronteras, afirmarnos como bloque del Mercosur para aumentar la escala nacional y negociar para gravitar con nuestros productos sin que nos impongan condiciones. Somos quienes tenemos las condiciones para alimentar al mundo, y también quienes podemos complementar con valor agregado e integrar universalmente cadenas de producción, enseñando al mundo que se puede y debe hacer en el irrestricto respeto a la libertad, pues sin ella no hay nada.

(*) Miembros de la catedra Libre José G. artigas para la Integración UNLP