El Estado ausente: Cien días de soledad, y van por más

Esta mañana había doce kilómetros de cola en el Puente La Noria en el debut de la nueva cuarentena. Las fuerzas federales se hacían cargo de todo, pero al final no se hicieron cargo de nada. Un jefe de operativo inmóvil en una camioneta y la gente preanunciando lo que podrá ser considerador un día de furia.

Llega el ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni en moto, baja caliente, va al centro del operativo y le dice de todo al jefe a cargo. Ahí logra que el hombre reaccione y agilice la cosa al menos para que una ambulancia pueda pasar después de intentarlo durante 20 minutos. Berni no está a cargo del operativo, porque es un asunto federal, pero sin embargo irrumpió, hizo lo que pudo y logró bastante. Al menos el bonaerense le puso sentido común.

Otro capítulo lo marcó el Mercado Central de Buenos Aires, administración tripartita entre Nación, Provincia y Ciudad de Buenos Aires, pero que está presidido por Nahuel Levaggi, un hombre allegado a Emilio Pérsico y a la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, con buena línea con Juan Grabois. Allí una comisión policial informó 89 casos de coronavirus entre una veintena de firmas que son operadoras en el predio. Sin embargo, afirman los trabajadores que hay muchos más casos. Nadie hace nada.

El Estado está ausente en estos detalles que tienen que ver con la calidad de vida inmediata de la gente. Que son detalles importantes porque  muestran la frontera entre la vida y la muerte: que una ambulancia pase rápido es sinónimo de salvar vidas, y que un predio como el Mercado Central tenga salubridad es señal de que los productos salen sanos.

¿Cómo puede ser que tuvieron cien días para armar un operativo de tránsito y no funcionó?, ¿Por qué no hay controles de salubridad más estrictos en el Mercado Cenrtral?, ¿Es seguro lo que comemos?, ¿Trabajan seguros los operarios?.

Mientras tanto, los políticos se matan para andar de recorrida por los dos mil asentamientos del conurbano haciendo de las suyas, y buscando sacarse fotos con los pobres, llevando un par que paquetes de fideos y yerba mientas salen corriendo a ver cómo la instantánea quedó “simpática” en Instagram.

Se necesitan políticos de menos selfies y más acción. De más barrio y barro y menos declaraciones. De entender lo que le pasa al que sufre, al que paga esta cuarentena con su laburo, al que no tiene un mango para su familia y estos días tampoco podrá salir a buscarlo.

Postales de la Argentina de hoy. Cien días de soledad, y van por más…