24/04/2024 - Edición Nº2953

Economía

La mirada de Jorge Joury

Con la deuda atada, Alberto logró renacer y se acerca la hora de un plan económico

04/08/2020 | Cuando las encuestas marcaban que venía con los números en baja, Alberto Fernández subió sus acciones y logró renacer. No quería ser el presidente del default y lo logró. El sábado a la mañana le dio la orden a Martín Guzmán y su ministro de Economía ensayó una mueca de aprobación y reconectó su teleconferencia con los intermediarios entre el país y los acreedores con deuda emitida bajo legislación internacional para llegar al final de la película. A partir de ahora, la negociación por la reestructuración de más de u$s 60.000 millones de bonos bajo legislación extranjera quedará como un ícono en la línea histórica del Presidente. Será una especie de mojón que probablemente lo ponga al Gobierno, en la responsabilidad de darle carnadura política definitiva al plan de la reactivación económica. En sí mismo, esto llevará un desafío especial: poder ejecutar con precisión y eficiencia todo aquello que se decida en las mesas de diálogo.


por Jorge Joury *


Pero, a la vez, este pragmatismo tardío debe ser elogiado, aunque en el medio se hayan perdido varios meses de discursos estériles, porque un acuerdo con los bonistas permitirá que las empresas y las provincias se puedan refinanciar a tasas más razonables en un contexto de alta liquidez mundial. Esto permitirá que el Estado tenga menos presión sobre sus hombros en el plan de recuperación de la economía posterior a la pandemia del Coronavirus.

El paso que dio ahora el gobierno argentino, es fundamental para que el mundo vuelva a creer en la Argentina, pero no suficiente. Ahora AF deberá avanzar para que en el corto plazo se empíece a encender una luz al final del túnel. Será una manera de ir en búsqueda del  veranito prometido, una vez que la economía pueda despegar del sótano, y con los desequilibrios fiscales, monetarios y cambiarios acicateando el plan de salida.

Tal vez sea el momento de mostrar las cartas. Seguramente, el Fondo Monetario le preguntará a Argentina cuál es su plan de despegue y las medidas que va a implementar para ir en la dirección correcta. 
Por lo pronto, el organismo internacional recomendó mantener el valor del dólar, los controles de cambios y limitar las intervenciones del BCRA en esa franja. Hay quienes opinan que el punto más importante de la agenda de Guzmán será más sobre la mecánica que sobre la etimología del término plan económico: cómo planea revertir el déficit presupuestario de tres mil millones de pesos que el Ministro de Finanzas Raúl Rigo predijo para este año en una reunión con los diputados la semana pasada. Será lo primero que el FMI le pedirá a Guzmán cuando pida cancelar los 50 mil millones de pesos que el país tendrá que reunir entre 2021 y 2023. 

El FMI querrá garantizar esta masa de dinero para sus arcas y sólo aceptará refinanciar la deuda si Argentina se esfuerza por recuperar su solvencia y hacer que sus deudas sean sostenibles.
Para algunos economistas "Macri había dejado una mochila de deuda de 100 kg, el gobierno logró que ahora la mochila pese 54,8 y que se la ponga en 2025 en las espaldas".

El ex presidente es una suerte de campeón del endeudamiento. Se fue y dejó una deuda externa de u$s227.000 millones, convirtiendose en el jefe de Estado que más endeudó al país en los últimos 50 años. Al mismo tiempo, durante su gestión, se fugaron más de u$s88.000 millones.

El ala política del gobierno confía en cómo Guzmán llevará a cabo las negociaciones. Por el momento es más una esperanza que el producto de un concienzudo ejercicio con los números. En el entorno presidencial, sostienen que Guzmán tiene “contactos” y un lenguaje cercano al de los economistas del FMI. Comentan que existe una empatía que podría no haber tenido con los analistas de los fondos de inversión. “Guzmán se acercó a ellos con el manual macroeconómico y los acreedores con el valor de la oferta. Con el personal del FMI, se entenderán mejor, son más académicos”, indican algunos especialistas.  
Cuando estaba cayendo en las encuestas, seguramente ahora el Presidente tendrá un crédito anexo. Buscará capitalizar algo de apoyo político adicional. Lo va a necesitar para sentar en la mesa del acuerdo económico y social, y con mayor compromiso, a los principales actores de la economía, entre ellos el ex ministro de economía, Roberto Lavagna. 

Si algo pedían empresarios y banqueros al Presidente, era que cierre un acuerdo con Larry Fink y los suyos. Veían en ese gesto una vía de auxilio para recomponer una economía que acumula desequilibrios donde don de se la mire. Guzmán le pone el moño al acuerdo, pero también necesita aportarle al resto del equipo económico su propia cartera de anuncios, donde seguramente estará presente un aumento de la presión impositiva. El plan Procrear anunciado en las últimas hotas también refleja la reactivación añorada de la obra pública, con una inversión de $25.000 millones. Mediante 9 líneas se construirán 14 mil viviendas, se otorgarán 273 mil créditos para refacción y ampliación, y serán adjudicados 10 mil nuevos lotes con servicios en todo el país.

También se pretende consolidar el IFE como política de estado. Si se lo piensa, se empezará a gastar ahora y se verá si el año próximo sube un poco la recaudación. Esto lleva a pensar otras cosas, por ejemplo, el déficit, o la emisión. También, que al BCRA, en plena expansión monetaria, le queda quizás más de lo mismo. Esto significa que podrían sumarse más controles en la administración de la escasez de dólares, seguir emitiendo pesos y continuar con la colocación de Leliq, mucho de lo cual fue reforzado en los últimos días con nuevas medidas.

En última instancia, además habrá que prestar atención al plan Kulfas, si se trata de una miniatura sectorial de baja intensidad, o si en cambio, se contemplan las grandes necesidades de los principales sectores productivos de la Argentina. Hay una larguísima tira de pedidos de parte de los empresarios que esperan respuesta.

A todo esto, desde varios sectores del oficialismo buscan bajar la sensación eufórica de haber logrado el primer triunfo político y económico de Alberto Fernández. "Falta aún. No hay nada que descorchar.Todavía no superamos el Covid",  reflexiona una fuente gubernamental. 

En principio da otro aire también a la puesta en marcha del nuevo plan Procrear y además impulsa el proyecto de moratoria impositiva que quiere aprobarse en el Congreso. El Ejecutivo dejó trascender un paquete de 60 medidas para reactivar la economía que en los próximos días irán revelando.

De esta manera, el oficialismo ahora pasa a dominar la agenda al menos por un tiempo. Esto da cierta calma política ante la presión de los sectores de la oposición que reclaman con urgencia un plan económico del Gobierno. "Hay que ir con tranquilidad. Paso a paso", reflexionan  en Balcarce 50 sobre lo que vendrá en materia económica y la futura negociación con el Fondo Monetario Internacional. 

 

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político. Para consultar su blogs, dirigirse al sitio: Jorge Joury De Tapas.