La quema

El humo de las llamas que arrasan los humedales del delta del Paraná llegó a Buenos Aires. Como tigrense del alma, amanecer día tras día con las noticias de la expansión de los incendios en el Delta del Paraná me genera impotencia. Sobre todo, porque sabemos que se debe a la acción de cierto grupo de productores agropecuarios que buscan mayor territorio para aumentar su producción.

Los humedales, al no tener protección jurídica, terminan exponiéndose a las malas prácticas y ambiciones de las personas que no tienen una conciencia ambiental. Actualmente, el daño ocasionado es comparable al de los incendios del Amazonas del año pasado. Cuesta comprender que existan individuos que destruyan su entorno y no piensen en sus hijos, nietas, bisnietos y en la sociedad toda. 

Tenemos la posibilidad histórica de ser la primera generación que comience a producir, gobernar y planificar con una perspectiva ambiental. Entender que los déficits ambientales también pesan en nuestra cotidianidad y que el cambio climático es la mayor externalidad negativa a la cual nos enfrentamos día a día. Tristemente, el monóxido de carbono que producen los autos en India, las fábricas en China y las industrias en EE. UU también nos afecta a nosotros; y por este motivo, las soluciones deben ser globales.

En este sentido, el proyecto de ley de humedales viene a dar una respuesta: debemos proteger jurídicamente a nuestro ambiente. Cuando creemos que hay zonas que no le pertenecen a nadie, nos olvidamos de proteger lo nuestro y más libertad le damos a quienes quieren dañarlo. Tanto en Entre Ríos, como en San Juan y en Tigre, el ambiente debe ser una prioridad y voy a trabajar, todos los días, para lograrlo.

 Vicepresidente de Trenes Argentinos y Concejal del Frente Renovador de Tigre para ImpulsoBaires.com.ar