Más de 9 de cada 10 platenses descree en la justicia, pero dos referentes del sector lideran en imagen

La empresa especializada en estudiar el comportamiento de la opinión público, DC Consultores, viene midiendo desde casi principio de año distintos aspectos de nuestra vida en sociedad, y también consulta la imagen de referentes platenses destacados en diferentes ámbitos: ciencia, política, arte, ayuda social, deporte y justicia, y luego de varios meses de análisis seguramente al equipo que dirige Aníbal Urios le va a quedar un enorme material para estudiar sobre qué nos pasa, y por qué reaccionamos como lo hacemos.

En mayo, sobre 823 casos a dispositivos móviles preguntó a vecinos de La Plata sobre la imagen que tienen de la justicia, el 91.6% dijo que negativa, y el 8.4% aseguró que positiva. Contundente rechazo del funcionamiento de un servicio que debe estar para que cada uno de nosotros tengamos lo que nos corresponde según las fuentes del derecho que rige nuestra vida diaria.

Y en últimos tres meses, Urios midió alrededor de 30 figuras de la Ciudad y también a los gobernantes. Sacando a los tres titulares de gobiernos, el presidente Alberto Fernández, el gobernador Axel Kicillof, y el intendente Julio Garro, DC Consultores se concentró en una variada nómina de personas, y resulta que el diferencial entre imagen positiva y negativa arrojó a los diez mejores: la abogada Ana Mon encabeza con + 22.8, la sigue de cerca  el fiscal Marcelo Romero con 20.4, luego hay un empate en el tercer lugar entre el ex juez Luis Federico Arias y el titular de La Plata Solidaria, Pablo “Colo” Pérez, con + 11.6%. Más lejos ingresan el vicepresidente de la UNLP, Martín López Armengol, + 10.6; el diputado de JxC Daniel Lipovetzky, con + 9; el escribano Mariano Penas, con + 8.6; el ex concejal Julio Irurueta, con 8.5; la diputada y funcionaria comunal Carolina Píparo, con 8.2; y el ex concejal y titular de CNRT, José Ramón Arteaga, con 6.9%

En el gráfico adjunto se puede ver claramente cada dato, porque es cierto que hay diferentes niveles de conocimiento de la opinión pública, pero de todos modos nos concentramos en algunas apreciaciones como por ejemplo que los cinco primeros son referentes que nunca tuvieron actuación política u otros que sí lo hicieron pero se destacan en ámbitos sociales: Mon, Romero, Arias, Pérez y López Armengol.

Luego, en sexto lugar aparece el macrista Lipovetzky como el primer político que tiene un cargo institucional con mejor diferencia de imagen.

Y si vamos al eje de la nota encontramos que entre los tres primeros posicionamientos, el segundo y el tercero son referentes del ámbito judicial (enumero tercero a Arias porque a pesar de empatar en diferencial con Pérez tiene más nivel de conocimiento). Marcelo Romero, reconocido fiscal que participó de casos de fuerte notoriedad pública como el de Carolina Píparo por ejemplo, y además es un abanderado de corrientes más bien duras del plano ideológico; y Luis Arias que en su paso como titular del Juzgado en lo Contencioso Administrativo número 1 de La Plata se destacó por denunciar a los ex gobernadores Daniel Scioli y María Eugenia Vidal.

Ambos, -Romero y Arias-, son el agua y el aceite en el plano ideológico, pero sin embargo tienen una enorme imagen positiva, gran consideración de la ciudadanía y los dos están unidos por un denominador: honestidad.

El fiscal Romero bien puede calzar en una candidatura de sectores de centro más inclinados a la derecha; y el ex juez Luis Arias lo hizo y lo podría hacer con más claridad desde la centroizquierda.

Y seguramente quedará más para la sociología, la filosofía o la ciencia política observarlo y analizarlo, pero es notoria la inteligencia del conjunto social en donde en una instancia dice: “la justicia funciona mal, es lenta, no es justa, no le creo”; y enseguida separa a quienes cree que son funcionarios honestos y los premia.

En el sistema político actual es muy difícil que los Romero o los Arias puedan tener éxito. De hecho, el fiscal fue muchas veces mencionado como candidato y nunca se concretó, y el ex juez lo intentó haciendo una excelente elección aunque sin poder quebrar las estructuras rígidas, o los llamados “clubes de amigos” de los pasillos partidistas. 

Arias, incluso, fue víctima de la política tradicional cuando se lo destituyó, y la prueba es que toda la corporación (el arcoíris de colores) se unió para sacarlo de un juzgado estratégico que supo incomodar tanto a Scioli como a Vidal, o sea al poder de turno. Incluso, el 13 de mayo de este año hubo una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia que obligó al Jurado de Enjuiciamiento a que admita y tramite el Recurso Extraordinario planteado por él, y eso significó en ese momento la suspensión como magistrado y n o la destitución definitiva.

“Desinfección del fanatismo"

 Para tener una idea mayor a mi apreciación periodística, unas horas antes de hacer la nota le pedí al licenciado Aníbal Urios que me brinde su opinión al respecto, y me pareció importante compartirla de manera íntegra, porque dijo: “la pandemia no solo nos hizo preocupar y reflexionar sobre nuestro modo de vida y costumbres, sino que también puso en evidencia y en manifiesto las fisuras y los problemas de nuestras instituciones; ejemplo: ante la decisión planteada por el presidente de reformar la justicia, elaboramos una encuesta para medir la sensación de la opinión pública. Sin sorprendernos en lo más mínimo, calificó a ésta de pésima, lenta e injusta. Desde el mes de marzo venimos desarrollando distintas mediciones para poder entender las distintas sensaciones y preocupaciones de la realidad cotidiana, a sabiendas que la disyuntiva economía-salud marcaba la agenda, decidimos ir un poco más en profundidad, y empezamos a preguntar (preguntas abiertas) los principales problemas dónde se destacó la corrupción como el principal y el fin de ciclo de políticos, en este último caso la respuesta fue Mauricio y Cristina”.

“Logramos entender que para la opinión pública, como tituló el diario Perfil, "Cristina, Mauricio y una grieta que le importa un pito a casi nadie". A contramano el 20% que vive "de" o "para" ese círculo vicioso del poder político le importa esa realidad paralela llamada "grieta". Mientras discuten, como pasó recientemente, Alberto y Mauricio sobre cuestiones frívolas, y el fanatismo aplauden los dichos de uno o del otro, el restante 80% los mira desde una realidad totalmente distinta, desde el asombro. Parados desde allí, decidimos armar un panel de distintas personalidades publicas y medir sus imágenes, lo interesante y que sostiene nuestra idea, es que las primeras con mejor aceptación son personas q poco o casi nada han incurrido en la política y dos de los primeros pertenecen o pertenecían a un sector (justicia) , pero con una diferencia, se posicionaron desde la rebeldía o la claridad”.

“En definitiva , la opinión pública nos está dando un perfil de cuáles deberían ser sus representantes”, deslizó y agregó: “sabemos que los encargados de armar las listas son los partidos o los lideres y recurren a otras características distintas para elegir sus candidatos”.

“Lógicamente después los votamos , con premisas tales como.. " no tenia opción, no quiero que gane tal o cual"… cosa que sucede hace muchos años”, aportó.

“Elegimos a uno porque no queremos que gane el que no quiero. Como analogía final, debemos desinfectarnos... no solo del covid”, concluyó.