26/04/2024 - Edición Nº2955

Politica

Contrapoder

El misterio sobre la escasez de vacunas, la cepa de la improvisación y miopía de futuro

15/04/2021 | La actual situación del Gobierno en el plano sanitario es de franca debilidad. Da la sensación de que se impone el "anunciemos algo y después vemos". También se observa con mayor intensidad la bifrontalidad en el poder. Alberto Fernández recibe órdenes del Instituto Patria. No tiene herramientas propias para manejar la situación social, porque después de marchas y contramarchas y promesas incumplidas, pocos le creen. Ni siquiera puede acercar esperanzas de vida porque no tiene vacunas. Las dudas sobre la falta de vacunas está rodeada de un misterio impenetrable que agrava las dimensiones del fracaso. Lo que se sabe es que el Presidente hizo el 12 de agosto pasado una apuesta personal a la vacuna de Oxford/AstraZeneca, que produciría en el país el laboratorio maBxience, de Hugo Sigman, el líder de la industria farmacéutica local, ligado por diferentes puentes al Frente de Todos.


por Jorge Joury *


En aquel momento Fernández señaló que se trataba de un contrato entre privados. Pero el 6 de noviembre, el mismo día en que se publicó la ley sobre vacunas en el Boletín Oficial, el entonces ministro Ginés González García firmó con el Director General Adjunto de AstraZeneca, Greg Mueller, el contrato por el cual esa empresa debía suministrar 22.431.000 vacunas durante el primer semestre de este año. El Estado pagó por adelantado el 60% de esa provisión. Pero las vacunas no llegaron. Por razones que no se conocen se aceptó que el laboratorio las entregue a partir de marzo. Ese mes deberían haberse recibido 2.382.000 dosis. Pero no llegó ninguna. Para abril deberían estar disponibles 4.040.000.Pero brillan por su ausencia. La promesa es que algo llegará en mayo, cuando debería disponerse de otros 4.040.000.

Para junio el laboratorio prometió 3.451.000 y para junio 8.518.000. Imposible saber si cumplirá. En este marco, el vacunatorio vip  encandila aún más y expone al oficialismo. Y como si fuera poco, nadie sabe el paradero de miles de vacunas. Algunas fueron a parar a los brazos amigos del poder y otras se descartaron por perder la cadena de frío.Lo cierto es que al cabo de un año, Fernández está muy desgastado. Ha sufrido en el campo sanitario una pérdida del crédito incalculable. La contracara de esa pérdida es el temor a que se le desobedezca, que apareció después de su discurso. Terminó de hablar y estalló un cacerolazo. Ese temor se extiende a una insubordinación de varios gobernadores, como Horacio Rodrígues Larreta, ni siquiera fue avisado sobre los nuevos impedimentos. Mucho menos consultado sobre el cierre de escuelas.

Larreta confirmó  que la Ciudad presentará un amparo ante la Corte Suprema para defender las clases presenciales, pero la estrategia jurídica depende de la redacción final del decreto sobre las nuevas restricciones, que todavía no se publicó. El jefe de Gobierno porteño rechazó la posible intervención de las fuerzas federales de seguridad en el territorio de la ciudad de Buenos Aires. “Estamos ante un decreto que tiene fuerza de ley, eso hay que cumplirlo, pero rechazamos la participación del Ejército y de las fuerzas federales en la Ciudad. La Ciudad es autónoma y vamos a hacer todo lo que podamos para garantizarla”.

En lo que tiene que ver con el fuerte cacerolazo llegó hasta las puertas de la residencia presidencial de Olivos. También se extendió a algunos barrios de la Ciudad de Buenos Aires, el conurbano y La Plata. La tensión y la grieta se hicieron visibles en la región, donde se vivieron momentos de tensión en los balcones . Hubo insultos entre quienes rechazaban los anuncios del gobierno y quienes apoyan la gestión del Frente de Todos. Algunos incluso sacaron equipos de audio e hicieron sonar la Marcha Peronista.

Más allá de la serie de medidas que incluye la restricción de la circulación desde las 20 a las 6 hasta el 30 de abril en el AMBA, la noticia que generó mayor malestar fue la decisión de suspender las clases presenciales durante 15 días. Las clases no propagaron contagios y la suspensión contradice todas las recomendaciones científicas. Es conveniente señalar que el anuncio presidencial va en contra de las cifras oficiales de casos en las escuelas según la evidencia recabada a nivel internacional y de sus propios funcionarios.

El Gobierno a la mañana anuncia una cosa y a la tarde otra, como ocurrió esta vez con los colegios. Muchos se preguntan si la orden vino del Instituto Patria (Cristina) para apoyar la teoría del cierre total que propiciaba Axel Kicillof. Si es así. dejaron pataleando en el aire al propio Presidente y a medio gabinete que apoyaban otros criterios.Lo más grave, es que Alberto no puede dar certezas sobre el panorama futuro de la salud y es más, ofendió al sistema que más se prodigó en esta lucha contra el virus. Y aquí quiero detenerme, en la respuesta de un médico cirujano oriundo de Resistencia, Chaco, que le respondió al Presidente luego de que éste haya declarado al momento de anunciar las nuevas restricciones que "el sistema de salud se ha relajado". "Lo que está colapsada es la paciencia de la gente", replicó el doctor Julio Picón a través de un extenso hilo en la red social Twitter. Al hacer foco en los dichos de Fernández, comenzó diciendo: "Soy médico de Salud Pública, trabajo 68 horas por semana en guardias de emergencias. Y lo que se me ha relajado es el esfínter, por escuchar estas boludeces. Lo que está colapsada es la paciencia de la gente, que tiene que lidiar con turnos eternos para ser operados", continuó Picón. Tras esto dijo: "Lo que no da más es la tolerancia del personal de salud, al que se le rinde homenajes vacíos y se le nombra esencial, pero se lo sigue humillando".Resaltó que tampoco "se lo escucha en sus reclamos de mejora salarial, de insumos para trabajar mejor o de cómo diseñar una estrategia sanitaria". Sobre la segunda ola de coronavirus en el país, remarcó que "el virus es real" y que "la pandemia está azotando con dureza" pero que aun así "la situación social no da para más. Se dice que la vida es un valor superlativo. Los médicos así lo consideramos. Pero también hay un valor no menos importante: la calidad de vida", opinó a la vez que consideró también que "la calidad de vida es tener una buena educación, recibir a diario alimentación saludable y nutritiva, tener la posibilidad de recibir atención médica de calidad y trabajar en libertad".

Picón lamentó: "Trasladar las consecuencias de la mala administración a la población es de hipócritas". El médico cirujano pidió que "por favor, sean sensatos y coherentes. Actúen con la verdad. Si hay vacunas, díganlo y distribuyanlo. Y si no las hay, díganlo también. Lo que más exaspera es el nivel de improvisación con que se manejan. No me asusta una cuarentena estricta. Lo que me asusta es no tener rumbo", precisó para concluir diciendo: "Parece como que se va inventando sobre la marcha. Y en Salud, no sirve. El que no sabe lo que busca no sabe lo que encuentra".

El Presidente está aturdido, como un boxeador que recibió un golpe de nocaut. Dijo en campaña que venía a cerrar la grieta, pero en los días previos a estos últimos anuncios, se lo vió  perdiendo el equilibrio. Fernández, cargó el revólver cuando calificó de “imbéciles” y “miserables” a dirigentes de la oposición que cuestionaron las medidas. Los exabruptos no sirven cuando se trata de desactivar bombas. El jefe de Estado olvidó una vieja lección en la política: el primero que se enoja pierde. No es otra cosa que demostrar debilidad antes que autoridad y desacreditar el liderazgo presidencial.

 “Dictador”, “mala persona” y “barrabrava”. Todos esos calificativos brotaron como hongos venenosos a través de los micrófonos de los medios, por las redes sociales, la política, con el Presidente a la cabeza saturaron la atmósfera. Las respuestas desde la vereda de la oposición fueron inmediatas. Dejaron a cielo abierto un escenario pirotécnico frente a una sociedad agobiada por la acumulación de penurias e incertidumbres recargadas. La falta de autocrítica del gobierno nacional por la falta de vacunas y no saber cómo seguir, están generando una nueva cepa: la de la bronca. Nadie comprende que la República está herida y la política no se encuentre a la altura de las necesidades. Lo más doloroso, es que en este contexto no está garantizado que alguien que trabaja pueda comer, frente a un sistema populista que lo único que siembra son planes. No es conveniente que AF encienda las hornallas de la tensión social, porque el clima se calienta a niveles impensados. Más aún frente a un Gobierno poco creíble, sin plata y sin vacunas. En cambio, si desde su rol de Jefe de Estado Alberto no contesta o lo hace con mesura, le serviría para apagar el fuego y tabicar la crispación. El Presidente tiene todo el derecho a cruzar a la oposición. Pero no puede insultar o empujar como en aquella escena del restaurant cuando tiró al suelo al hombre que lo vino a increpar.

Difícil parece sostener por estas horas algunos slogans, como aquel que decía “volvimos para ser mejores” o “la pandemia nos une”.Hoy, en medio de la decepción, la gente está eligiendo dirigentes duros, capaces de patear la mesa, como Sergio Berni, Patricia Bullrich, José Luis Espert, Guillermo Moreno o Miguel Pichetto, por poner algunos ejemplos. La mayoría cree que la mano dura es la única forma de disciplinar al país. Mientras tanto, los casos de contagios de Covid rompen récords, la pobreza trepa a las alturas de vergüenza extrema y el humor social se concentra en emociones inquietantes, los principales dirigentes van a contracara de lo que hace un año les devolvió la confianza, la estima y el reconocimiento de la ciudadanía.

Sobre la discusión que se armó sobre la postergación de las Paso, resulta inmoral la foto que marca que los políticos pelean por un cargo mientras llega un desastre sanitario.El humor social frente al fracaso de la política que solo busca porotos electorales, está al límite.La última encuesta de Isonomía  muestra que las perspectivas negativas dibujan una curva en ascenso tan pronunciada en los últimos dos meses como las de contagio de Covid.Si el horizonte político se aleja y cunde la desesperanza, el temor o el agobio se vuelvan sentimientos demasiado compartidos y altamente peligrosos para la democracia. Es hora de que los políticos se despierten de la larga siesta y den un gesto que están del lado de la gente. Por ejemplo: ¿Cómo no se bajaron los salarios durante la cuarentena del 2020? . Otra: ¿Por qué estamos en el podio de la inflación más alta del mundo hace años?. O : ¿Cómo no pueden generar acuerdos comunes, políticas de Estado que trascienden los intereses facciosos y partidarios que representan?. Los partidos tradicionales se han quedado sin propuestas y no aparecen emergentes. Más allá del Covid, el mal que nos aqueja hoy es la miopía de futuro.
 
*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP.