26/04/2024 - Edición Nº2955

Politica

Contrapoder

Cristina articula la campaña, Máximo vigila,Kicillof ejecuta, pero hay semáforos en rojo

16/06/2021 | Hoy más que nunca queda claro que a Alberto Fernández lo pusieron en el lugar más alto del podio del FdT, pero no tiene liderazgo ni peso en las decisiones estratégicas. Cristina Kirchner, su creadora, ha encontrado la manera de gobernar el país desde las sombras y con bajo perfil. Lo hace desde la provincia de Buenos Aires, donde está su principal base electoral y su gran operador, el gobernador Axel Kicillof. Desde allí le hace marcar el paso a todos e impone un plan para tratar de ganar las elecciones legislativas. Ella ha comprendido que el miedo a perder es sabio y la unidad del peronismo es la matriz para encarar la temporada electoral lo mejor que se pueda pese al frío polar de la economía.


por Jorge Joury


Las elecciones de medio término están a tres meses de distancia. Frente a este escenario, Cristina le colgó a Kicillof el cartel de la máxima responsabilidad para defender su mayor cantera de votos. A diferencia de lo que sostienen en Casa Rosada,  el gobernador no cree que las urnas plebiscitan únicamente a la gestión nacional.  Sospecha que está en juego también la suya.

Quienes se sientan a la mesa en los encuentros de los lunes en la gobernación, a los que asisten Máximo Kirchner, Sergio Massa, Santiago Cafiero, Eduardo “Wado” De Pedro, Gabriel Katopodis, y algunos intendentes, observan que seguramente el gobernador hará valer su peso en la la madre de todas las batallas.

Otro de los jugadores clave que se va a meter de lleno en la campaña bonaerense es Máximo Kirchner. El Partido Justicialista comenzó a definir sus fechas internas para derivar en la conformación de listas para las PASO del 12 de septiembre, en las que el diputado tendrá amplio poder. Aunque no asumió formalmente la presidencia partidaria, el líder de La Cámpora tiene una hoja de ruta para llegar a las elecciones.

Uno de los intendentes de peso en la Tercera Sección electoral le confesó a ImpulsoBaires que " por legado de su madre, Máximo tendrá “la lapicera” para definir candidaturas, aunque algunos jefes territoriales querrán emparejar la balanza. “El PJ lo lidera él”, aclaró el informante. También se supo que el hijo dilecto, articula cada paso con Sergio Massa y Axel Kicillof . También habla mucho con los intendentes para monitorear el termómetro social en cada distrito y su principal espada es Martín Insaurralde, de Lomas de Zamora.

Lo que sorprendió en la gobernación, es que por primera vez Cristina Kirchner tiene peor imagen que el ex presidente Mauricio Macri en la provincia de Buenos Aires. El dato fue revelado en las últimas horas por Mariel Fornoni, socia directora de la consultora Management & Fit.

Pero ese no es el único semáforo en rojo. Otro se encendió en la Tercera Sección Electoral. Tiene que ver con que Alberto Pierri, el ex presidente de la Cámara de Diputados durante la gestión menemista y dueño de la señal de Canal 26, mandó a medir a Florencio Randazzo en esa zona inexpugnable del peronismo y le dio 17 puntos de intención de voto. Es importante el dato, ya que aún Randazzo  no está lanzado ni oficializada su candidatura. Se sospecha que esos votos, si la medición es acertada, pertenecen a sectores desencantados del Frente de Todos."Hay que poner plata urgente en los bolsillos de la gente", disparan las primeras espadas del Instituto Patria ante los peligrosos vientos de tormenta que se avecinan en el horizonte K en esa castigada geografía bonaerense .

Lo que deberían tener en cuenta esos asesores que no sufren ni frío, ni falta de comida, como tampoco de servicios básicos, es que la pobreza quizá constituya el escándalo más expresivo del país y pega con más fuerza en el conurbano profundo. Además, porque termina de derribar uno de los pilares de su propio mito: la abundancia alimentaria. Hace una semana, un informe de la UCA puso los pelos de punta. Alertaba, que si cuatro chicos se sientan a una mesa en la Argentina, sólo uno de ellos come todos los días.

En medio de todas estas variables, el Frente de Todos puso pausa a los conflictos internos y ahora centrará la campaña electoral en la llegada de vacunas y los anuncios de obra pública, cada vez con mayor intensidad.  

En materia de salud, el oficialismo se ha despertado y está subiendo la apuesta para inocular más gente. El sueño más preciado es coronar con una “tormenta de vacunas” para cambiar el humor social.
También de manera conjunta entre las primeras espadas de la residencia de la calle 6 y el Instituto Patria, se articula la fórmula para tratar de aliviar los bolsillos de una clase media semi fundida y al borde de la quiebra. Para cumplir con ese objetivo, no hay demasiada imaginación. Parte de la fórmula pertenece al libro gordo kirchnerista: guerra a los precios, continuar pisando las tarifas, las rebajas al gas en la zona costera, satisfacer a los gremios frente a las demandas salariales y mantener al Ministro de Economía, Martín Guzmán con la rienda corta, para que no intendente cambiar el rumbo.

La incógnita inconfesable en el Gobierno es si un empujón en la aplicación de dosis le va a alcanzar para lograr un indulto social en las elecciones. Las encuestas siguen reflejando el notable cambio de percepción sobre la gestión de la pandemia entre aquellos que fueron vacunados y quienes todavía esperan la bendición de la inyección protectora.  

No obstante, la guardia pretoriana K sabe que los sondeos de las últimas semanas muestran casi unánimemente que la principal preocupación pública ha dejado de ser la pandemia. Ahora la inquietud prioritaria es la situación económica. Pero, antes que nada, la inflación que se está llevando puestos los salarios y jubilaciones. La vuelta a clases en el territorio bonaerense, tampoco es casualidad.También tiene que ver con que las encuestas están marcando el fin de la paciencia de los padres, un numerazo que no hay que descartar que pueda influir en la elección.

Pero una de las metas principales es llegar a las urnas con una mejora gradual del consumo . Para eso hace falta poner como sea más plata en la calle en los meses previos a las legislativas. Para muestra, sobra un botón. Es lo que está sucediendo con los planes sociales. Entre los bonus, los ajustes trimestrales y otros beneficios (como adelantar el 20% de la AUH que corresponde a fin de año para este mes), la mejora de los ingresos viene superando ampliamente a la inflación. Sin embargo, nada alcanza en un Estado elefantiásico, que se ha convertido en una máquina de emitir moneda.

Para los principales operadores cristinistas, es la hora de los salarios. Pero el camino no es nada sencillo. No olvidemos que del otro lado del mostrador están las empresas. muchas de las cuales están al límite, por la caída en las ventas y la enorme presión impositiva. Sin embargo, hay sectores que tendrían un margen mayor para otorgar aumentos que superen el 40% y se acerquen a la inflación real. Bancarios, construcción, industria, supermercados, alimenticias y compañías de logística, por sólo mencionar algunos casos, estarían en condiciones de sentarse a negociar para otorgar aumentos más altos en relación a lo previsto en las paritarias.

Una fuente cercana al oficialismo señaló a ImpulsoBaires que "la orden que bajó la Jefa, fue contundente. Basta de peleas y operaciones entre nosotros. Foco y acciones concretas”.

El punto de largada para la gran contienda, encuentra al Gobierno en el peor momento de imagen de la gestión. El termómetro de las encuestas muestran una sociedad en extremo pesimista sobre el futuro económico y que mira con angustia la cuenta de muertos por el coronavirus.

Los partes de prensa del Gobierno están plagados de fotos de bodegas de avión con cajas de vacunas y ciudadanos felices con motitas de algodón en el hombro. En junio esperan que se regularice el arribo de las AstraZeneca que fabricó Hugo Sigman en Escobar y que se mandan a México para su envasado. Las que debieron estar en enero. Y el Presidente tiene la promesa de que para julio comenzará a operar la planta de Richmond que despachará dosis de Sputnik V. Axel Kicillof se sumó al operativo al pactar con la farmacéutica india Bharat Biotech la eventual compra de la vacuna Covaxin, atada a mil condicionantes (desde barreras aduaneras hasta la aprobación regulatoria de la fórmula). En el fragor de la semana se llegó a analizar el anuncio de un acuerdo con Cuba para acceder a la Soberana, pero se optó por esperar.  
Al frente electoral que llegó al poder con la promesa de heladeras llenas y asado para todos, ahora lo interpela la frustración de sus propios votantes. La pandemia es un atenuante apenas. Lo describe un intendente kirchnerista del conurbano: “Nuestro votante es el tipo que no tiene para comer, que ve cómo los precios suben sin parar y al que nosotros le decimos que se tiene que quedar en casa. Nos viven puteando”. La expresión habitual con la que se chocan en los barrios populares o de clase media baja es aquella que alguna vez incomodó en público a Mauricio Macri: “¡Hagan algo!”.

Mientras tanto, Juntos por el Cambio, y particularmente el Pro, experimentan una disputa feroz que le impide capitalizar la caída del Gobierno en la consideración pública. Detrás de los dardos de Patricia Bullrich a María Eugenia Vidal y la resistencia de Jorge Macri a que Diego Santilli desembarque en la provincia de Buenos Aires se filtran las diferencias de fondo entre Horacio Rodríguez Larreta y Mauricio Macri por la orientación futura del proyecto que se propone reemplazar (otra vez) al kirchnerismo.

Los opositores sufren la falta de un liderazgo claro, como el que Cristina ostenta en el oficialismo. La lapicera no tiene dueño. Tampoco cuentan con la ventaja que da el Estado para ordenar un cierre de listas.

Les pasa en distritos que tienen a la mano para ganar, como la Capital y Córdoba, y otros que requieren una estructura fuerte para ganar, como Buenos Aires o Santa Fe. La opción de ir a una PASO de momento está a la mano, pero se percibe como riesgosa.

En este contexto de maremoto político y descreimiento, el mayor problema lo tiene el oficialismo. Mientras que el Presidente continúe con sus dislates y siga diciendo que los mexicanos salieron de los indígenas, los brasileños de la selva, pero los argentinos llegamos en barcos de Europa, es un pelotazo en contra. Si de algo no se vuelve, es del ridículo.

El error discursivo cayó como una bomba en pleno armisticio del Frente de Todos, que se encontraba en un proceso de blindaje tras las repetidas filtraciones de enfrentamientos internos sobre las políticas económicas y sociales. Todas las patas de la coalición gobernante habían acordado hacer un alto el fuego en las luchas internas para fortificar el frente en la antesala de la campaña. Sin embargo Alberto, el garante de la “unidad”, eligió otra música y se transformó en el blanco de las críticas de propios y ajenos. En el círculo íntimo del Presidente, no saben como pararlo para que no cometa más dislates y se siga devaluando.


Más allá de la voracidad electoral, la coalición gobernante antes debería socorrer al Jefe de Estado, para que no siga tropezando. Le quedan dos años y medio de gobierno y subidos a este barco estamos todos. Él tiene el mandato para llevarlo a buen puerto.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP.