25/04/2024 - Edición Nº2954

Politica

Contrapoder

La última carta del Gobierno vuelve a ser las candidaturas testimoniales

17/07/2021 | En un escenario peleado como el que anticipan las encuestas, el Gobierno ya tiene una carta oculta en la manga para las próximas elecciones legislativas. Por estas horas, los nombres en danza se multiplican.Y algunos hasta agitan el rumor de que en última instancia se apelará a las candidaturas testimoniales si el escenario se complica. Es el recurso con el que algunos albertistas intentan justificar una eventual imposición de la candidatura de Santiago Cafiero, a pesar de la resistencia del Presidente. También suenan como cabezas de lista Sergio Massa, Máximo Kirchner y el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis.


por Jorge Joury


Por el momento son solo versiones interesadas, que funcionarios nacionales le atribuyen tanto a La Cámpora como a Massa, el socio de Máximo Kirchner. Otros allegados al Presidente buscan construir la idea de que si Cafiero termina liderando la lista será una demostración de reconocimiento a Fernández y su gestión. Son los que más agitan la versión de la candidatura testimonial. En cambio, la oposición cuenta con mayores figuras de peso para exhibir en el pentagrama electoral.

En este marco de dudas, la intranquilidad sobrevuela la Casa Rosada. Sobre todo, cuando el jueves los escuderos albertistas se tropezaron con la tapa negra y de duelo del diario Clarín, marcando a fuego los 100 mil argentinos muertos por la pandemia. Es el equivalente al saldo trágico de 154 guerras de Malvinas. Y para colmo de males se les apareció Mauricio Macri tomando centralidad y cañoneando a lo más alto del poder con las desgracias que produjeron. Durante un reportaje que le concedió a Jony Viale, Macri no solo recordó las palabras del Presidente cuando disparó que prefería un 10% más de pobres que 100 mil muertods.No solo marcó que hoy tenemos las dos cosas, sino la ineficiencia operativa y el fracaso del plan de salud. El Gobierno sabe que la oposición también le recordará a cada paso, no solo el vacunatorio vip, sino el asado que no llegó y el desastre económico y educativo producto del aislamiento prolongado que se pasó de la raya.

Con las elecciones legislativas en puerta, en el Frente de Todos reconocen que la pelea será ajustada, sobre todo en las provincias más importantes del país. Surge por ello la necesidad de ganar en el territorio bonaerense por lo  más que se pueda, para lograr la mayoría propia en el Congreso, algo que hoy parece difícil, pero no imposible. En la mesa chica del oficialismo reconocen que con las vacunas solas no alcanza, pero también tienen en claro que sin las vacunas no se puede. Creen además que las elecciones estarán fragmentadas en dos partes. El argumento que sostiene la gestión en las primarias es distinto al de las generales.En las PASO, que se desarrollarán el 12 de septiembre, el aumento en la escala de vacunación será una noticia positiva que empuje un posible triunfo peronista. No obstante, para el 14 de noviembre, cuando se lleven a cabo las elecciones generales, el fenómeno de vacunación se licuará y el gobierno de Alberto Fernández tendrá que mostrar que la recuperación económica tan anunciada se puede ver reflejada en las calles y los bolsillos.

Lo que quieren mostrar en el peronismo es que la disputa por los lugares en la lista de candidatos es una pelea ajena, que solo le pertenece a Juntos por el Cambio, donde se abrió la discusión para ver quién conduce el espacio en los próximos dos años. Por eso, las definiciones sobre el armado de listas se demoran hasta ver la última encuesta. Lo importante en este momento, sostienen los asesores, es seguir mostrando gestión. En especial la sanitaria.En el oficialismo se multiplica la rosca para enderezar la discusión por las listas, en un marco donde prevalecen las dudas y aumentan las especulaciones. Así como las candidaturas testimoniales están en el mazo, se tiran al aire posibles nombres para ganar tiempo, pero la definición no está tomada  y  llegará recién a fines de la semana que viene, reconoció un intendente con llegada a la información que circula por los despachos de la Casa Rosada.

En la provincia de Buenos Aires sigue vigente la idea de que el sello partidario es más importante que cualquier candidato. Hay una razón simple. En las encuestas mide mejor el Frente de Todos que cualquier nombre propio.

Por eso en la Casa Rosada se inclinan por la estrategia de que los principales candidatos que estén en la primera línea de combate sean Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof.

Están convencidos que la elección bonaerense no se les escapará y aluden a que la unidad es la clave para el triunfo. La última elección de medio término que ganaron fue en el 2005. Cortar esa racha después de un año y medio de pandemia y crisis económica sería un logro en sí mismo. Pero hay nubarrones en el horizonte, principalmente donde Cristina Kirchner tiene su fortaleza electoral. Pese a la ayuda social que baja del Gobierno, en esa populosa geografía la pobreza y la falta de trabajo pegan fuerte. De las  treinta y tres municipalidades que representan apenas el 0,5% del territorio nacional llegan señales de los grandes dramas que atormentan al país. De las quince millones de personas que viven allí -el 29% de la población y casi el 40% de los votantes-, el 51% es pobre y el 15% indigente. Según el Indec, el organismo que elaboró a principios de año las estadísticas que mencionamos, caer en la indigencia significa no contar con los ingresos suficientes para cubrir una canasta de alimentos capaz de satisfacer un umbral mínimo de necesidades energéticas y proteicas. Significa no tener ni siquiera la comida suficiente como para poder llegar a ver el día siguiente. A diferencia de una gran parte de la población pobre, que suele estar alcanzada por distintos planes de protección social o integrada al mercado informal de trabajo, los que no cumplen con el mínimo de necesidades proteicas suelen quedar demasiado lejos de la mano del Estado y ni que hablar del mercado. Son los marginados del sistema. De allí que la vicepresidenta pidió reforzar la ayuda. En cuanto al voto de los jóvenes, 8 de cada 10 quieren irse del país si contaran con los recursos, arrojó una encuesta. Además, la clase media y los jubilados, que en gran parte votaron por la cuota de moderación y las esperanzas que ofrecía Alberto Fernández, también hoy están decepcionados. Hay muchas otras cuestiones en juego que sería tedioso enumerar. Lo cierto es que la madre de todas las batallas volverá a ser la vedette. Pero el final está abierto para todos los gustos y escenarios.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP.