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El día que moría Perón, salía un nuevo diario platense, reveló Jorge Joury por la FM 96.7

24/08/2021 | El periodista Jorge Joury contó la extraña coincidencia de la salida de Diario Popular, el mismo día de la muerte del general Juan Perón. Pero lo más extraño y que es un dato que pocos conocen, es que en principio ese diario era local y llevaba el nombre de Diario Platense. Al ser entrevistado por “Decisión 96, la política en vivo”, el programa que conduce Fabricio Moschettoni por la FM 96.6 de La Plata, Joury dio detalles históricos que asombraron a la audiencia.


por Redacción



Este es parte de su testimonio, que también puede ser escuchado en el audio dentro de la nota: "Aquel primero de julio de 1974 me llamó Hugo Flucha, secretario de Prensa del por entonces gobernador de Buenos Aires, Victorio Calabró. Fue para avisarme que había muerto Perón. Pero aún habían decidido mantenerlo bajo siete llaves. Era media mañana. El general estaba muy enfermo. No obstante, la noticia me paralizó. Hasta allí, creo que era el secreto mejor guardado. Inmediatamente llamé a otros dos colegas de diarios nacionales y se manifestaron sorprendidos. Flucha me aclaró que Presidencia lo informaría al país después de las 13. El peronismo bonaerense pensaba en armar una movilización popular, que al final no se concretó porque la Argentina atravesaba horas difíciles y se temían enfrentamientos. Por rara coincidencia del destino, ese mismo día en La Plata nació Diario Popular. No podía ser de otra manera, las palabras Perón y Popular, están ligadas a fenómenos convergentes. Pero los caminos se abrieron. Diario Popular se convirtió con el paso de los años en el tercer medio de mayor venta en el  y la figura de Perón se hizo leyenda.

En la mañana de ese primero de julio, a los 78 años, después de haber padecido un infarto agudo de miocardio, Perón recibió la extremaunción de parte del sacerdote Héctor Ponzio en Olivos y a las 13.15, los médicos Pedro Cossio y Jorge Taiana, junto con los doctores Domingo Liotta y Pedro Vázquez, firmaron el certificado de defunción.

"Ha muerto un apóstol de la paz y la no violencia", anunció con voz entrecortada por televisión Isabel Martínez, la mujer que desde ese día iba a gobernar el país en medio de una turbulencia social hasta el 24 de marzo de 1976, cuando un golpe cívico militar la derrocó.

Una versión que obtuvo Heriberto Kahn, un periodista muy bien informado que trabajaba en el diario La Opinión dio cuenta que  en la mañana del lunes 1º, Perón había pedido consultar al secretario Legal y Técnico de la presidencia, doctor Gustavo Caraballo, a fin de estudiar la posibilidad de que, a su muerte, el poder pasase directamente a Ricardo Balbín. Ante el sorpresivo planteo, Isabel guardó silencio, pero López Rega protestó de manera airada, argumentando que era inconstitucional. Caraballo también señaló las enormes dificultades legales que deberían sortearse. Más tarde, el propio Perón le dijo a Caraballo que dejase de lado la propuesta.

Sin lugar a dudas,  que al viejo caudillo le preocupaba el desempeño de su esposa al frente del gobierno. "Ahora llega el momento de demostrar que ese aprendizaje no fue tarea inútil ni desaprovechada… Nunca tomes una decisión importante sin consultar a Balbín", le aconsejó a Isabel.

La congoja popular ante la pérdida del hombre que había concedido derechos sociales y ciudadanos a los trabajadores argentinos fue enorme, tanto como la incertidumbre que provocaba el vacío político que dejaba con su ausencia.
 

Se calcula que mientras el cuerpo de Perón fue velado en el Congreso, unas 46 horas y media, bajo una cortina de agua, desfilaron ante el féretro casi 135 mil personas. En tanto, afuera más de un millón de argentinos quedaron sin dar el último adiós a su líder. Hasta las 9 del jueves 4 llovieron sobre Buenos Aires 14 milímetros.

Una verdadera marea humana con lágrimas en los ojos se había concentrado a lo largo de las avenidas Callao y del Libertador para rendir homenaje al paso del cortejo al presidente desaparecido. Lloraron hasta los soldados, como lo refleja la foto que ilustra esta nota. Fue ante el paso lento de la cureña con los restos del ex presidente, escoltada por los granaderos. Más de dos mil periodistas extranjeros informaron de todos los detalles de las exequias al mundo entero. Esto refleja lo que significaba Perón para el mundo.

Le tocó a Ricardo Balbín despedirlo. Comentan que ese día se olvidó el papel con el discurso en el departamento de Antonio Tróccoli. Pero el viejo líder radical tenía experiencia para improvisar y contagiar emoción. Y así lo hizo cuando pronunció la frase: “Un viejo adversario despide a un amigo”. Son palabras que quedarán por siempre grabadas a fuego en la memoria colectiva.
Resulta difícil encontrar momentos que marquen con tanta contundencia la amistad en la Historia Nacional. No hay que olvidar que  nuestro derrotero se escribió con sangre y enfrentamiento, o al menos eso es lo que nos enseñaron en las aulas.El gesto de Balbín fue comenzar a cerrar la grieta, pero las disidencias por esas horas eran tan grandes, que el país se terminó partiendo ideológicamente en una guerra entre bandos armados que avivaron la llegada de la dictadura militar.

Pocos saben que el día que murió Perón, por rara coincidencia del destino, nació en La Plata el Diario Popular. Su  logo originario fue "El Diario Platense". Una idea de David Kraiselburd, el legendario Director de El Día. Por aquellos tiempos Crónica trataba de copar el mercado local. Kraidelburd lo olfateó. y un  día me dijo dijo: "nadie puede vender más de 5 mil ejemplares en esta ciudad que no seamos nosotros". Durante esas jornadas de preparativos, donde nunca hicimos número cero y salimos de una, David me preguntó: "¿Cuánto cree que vamos a vender?". Arriesgué de una, tirando la cifra de 10 mil ejemplares. ¿Jugamos un asado?, preguntó. Claro, respondí. Yo gané la apuesta por lejos. Pero el veterano periodista nunca pudo ver la salida del diario que ideó. Lo secuestró la organización Montoneros y le dio muerte el 17 de julio de ese mismo año. Para los jóvenes que aprisionábamos sus enseñanzas, fue una verdadera tragedia.  En David Kraiselburd, no solo habíamos perdido un gran hombre, sino una suerte de padre periodístico, un faro, al que para mí nadie pudo igualar.

Pero sus enseñanzas avivaron el fuego sagrado ganador. En un cuartucho de una casa reacondicionada, ubicada a mitad de cuadra de la calle 39 entre 4 y 5, con mucho esfuerzo, comenzamos a tejer una ilusión. Con un pequeño grupo de compañeros, empezamos a transitar el camino de un sueño. Vivíamos más en el diario que en nuestros hogares y peleábamos con mecanismos a tracción a sangre, como eran las viejas Olivetti Poco tiempo después quedó atrás la marca de "Diario Platense" y pasó a ser Diario Popular. Habíamos comenzado a explorar con éxito el Gran Buenos Aires donde el diario despertaba interés", finalizó en su relato el periodista Jorge Joury. 

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