19/04/2024 - Edición Nº2948

Politica

Inflación

"Coche bomba sin frenos y tormenta perfecta en la economía", dijo Jorge Joury por la 98.9 de Pinamar

25/10/2021 | El análisis clásico de los lunes del periodista Jorge Joury en el programa "A las cosas por su nombre", que conduce Hugo Manzo con la operación técnica de Roberto Monges, por la FM 98.9 de Pinamar


por Redacción


"Por como van las cosas, todo indica que el año cerrará con un 50% de inflación anual. El Gobierno maneja un coche bomba sin frenos en materia económica y todo indica que esto puede derivar en una tormenta perfecta para después de las elecciones. Ahora se apeló al congelamiento de precios, porque el 11 del mes próximo, tres días antes del comicio, desde el oficialismo se quiere dar una noticia a la baja, algo que por ahora parece incierto. Mientras tanto, los argentinos lamentablemente nos hemos acostumbrado a convivir con este flagelo que fabrica más pobreza a diario, porque los respectivos gobiernos de turno han sido impotentes para combatirla. Actualmente lo que se está realizando desde la Casa Rosada es un  show político para simular que se la combate,. Pero todos saben que sin plan económico, reservas ni acuerdo con el FMI, lo único que le quedaba a la Casa Rosada era culpar de la inflación a un grupo de formadores de precios. Por eso al no acordar un gran acuerdo con esos sectores, han lanzado a una legión de militantes de La Cámpora y a los intendentes del conurbano a controlar los precios en las góndolas, algo que aparece como para la tribuna por sus escasos efectos". Así lo señaló el periodista Jorge Joury en el programa "A las cosas por su nombre", que conduce Hugo Manzo con la operación técnica de Roberto Monges, por la FM 98.9 de Pinamar

 

A continuación  un detalle de las reflexiones del analista:


" El simple ejercicio de mirar diez años hacia atrás y comparar los precios, en valores nominales, de esa época y los actuales permite descifrar la devastadora devaluación del peso argentino. Por ejemplo, en 2011, se podía llenar un changuito con casi 60 productos de primeras marcas por $1.000, incluyendo varios kilos de carnes, verduras, alimentos básicos, bebidas y productos de higiene y limpieza. Si hoy quisiéramos repetir esa misma compra, costaría más de $18.000.
También se puede hacer otra triste comparación. Si en 2011 se podían comprar casi 60 productos con $1.000, esa misma cifra hoy sólo alcanza apenas para un kilo de asado, un pote de queso crema y un paquete de sal. O para una única botella de aceite oliva. Si hay más invitados al asado y se quieren comprar dos kilos de carne, hay que pensar en 1.200 pesos; y si el bebé necesita un nuevo paquete de pañales descartables habrá que “invertir” casi el doble de la cifra con la que se llenaba un carro en el supermercado hace una década.
Los porcentajes de aumentos son tan elevados, entre 1.000% y 4.000% para algunos productos, que una buena forma de comparar los precios relevados entre 2011 y 2021 es ver qué cantidad se podía comprar con $1.000 de un mismo producto hace diez años y ahora:La inflación acumulada estimada desde septiembre/octubre de 2011 hasta hoy es de 1.936%, de acuerdo a los cálculos de la consultora EcoGo. 
Para que un control de precios tenga algún éxito, requiere de un fuerte respaldo político. Sin embargo, nadie sabe qué opinan sobre el tema el presidente Alberto Fernández y su equipo.
El desembarco del “plan Feletti” ha sido turbulento, pero no por culpa suya, sino porque parece un manotazo de ahogado de un funcionario  a las órdenes de alguien que lo conduce desde las sombras como Cristina Kichner. Todo se hizo a las apuradas. Se anuncia el plan de congelamiento una semana antes de ponerlo en marcha, sin ningún acuerdo previo con los involucrados. Eso ha disparado un festival de remarcaciones. La resolución que lo regula parece, además, un trabajo redactado por personas sin suficiente información sobre los productos y los precios que pretenden regular.
Los especialistas sostienen que un congelamiento de precios mal manejado puede tener efectos perniciosos sobre la inflación, porque del lado de los empresarios también juegan fuerte. Puede disparar remarcaciones previas. Puede producir, efectivamente, el desabastecimiento de esos productos, por el exceso de demanda. Tampoco se descartan aumentos compensatorios en los productos no incluidos en la lista, que son la inmensa mayoría, y con eso alimentar la inflación. Además, puede aumentar la concentración a favor de los supermercados o de las empresas con más espalda para aguantar mayores costos que no se trasladan a precios.
Y lo más grave, es que puede generar incertidumbre y cuando ello ocurre, muchas personas se lanzan a comprar dólares. Eso aumenta el precio de los dólares alternativos y presiona sobre el resto de los precios de la economía. Y además todo ello sirve para fabricar una tormenta perfecta que puede explotar en el día 91, cuando se termine el congelamiento y el Gobierno deba pagar el costo de autorizar aumentos que, antes, decidían otros"
, finalizó Jorge Joury.