23/04/2024 - Edición Nº2952

Politica

Mirada

Elecciones: desafíos del día después y pensar en la alternancia con madurez cívica

09/11/2021 | ¿Qué se puede esperar para el lunes próximo después de las elecciones?, ¿caos o madurez?. Los desafíos del gobierno y la oposición, con la desventaja de la incertidumbre económica pero con la ventaja de una democracia sólida para resolver los conflictos. Dentro del sistema todo, fuera de él, nada.


por Fabricio Moschettoni, editor de ImpulsoBaires Twitter @FMoschettoni


¿Qué pasará el lunes después de las elecciones del domingo?. Si se repite lo ocurrido en las PASO o si se profundizan las diferencias entre Juntos y el Frente de Todos se abrirá un panorama novedoso signado por la complejidad y el caos en un sentido apasionante que anticipa cambios constantes dentro de un sistema. El desafío a lo lineal que hemos conocido tiene un atractivo especial desde la complejidad, desde el mundo del caos, y la democracia madura que tenemos va a resolver los problemas con entereza.

En el campo económico será inevitable una devaluación, algunos la prevén para antes de este ejercicio económico, pero la mayoría de los analistas la estiman en el verano: “al kirchnerismo le gusta devaluar en el verano”, me dijo el economista Leandro Marcarian hace unas semanas y estimó en un 30% (Marcarian L. 10 de octubre de 2021. Impulso Baires). Pero más allá del porcentaje, que incluso para otros especialistas será de 40%, la devaluación está a la vuelta de la esquina.

El 2022 será de altísima inflación. Si el panorama es similar a la actualidad se pronostica en 50%, pero si alguna variable se “enloquece” algo más ese porcentual será más abultado.

El gobierno está obsesionado con fomentar el consumo y no la inversión, y eso hace que haya más emisión monetaria para sostenerlo. El gobierno cree en el consumo y no en la inversión y ese es un problema real.

Argentina seguirá por el camino de profundizar el déficit, y para financiarlo necesitará más emisión. En los últimos doce meses el déficit fue de $ 1.6 M de millones, y la emisión de $ 1.2 M de millones, y el gobierno está absorbiendo esa emisión con una tasa negativa contra la inflación con brecha de hasta 14% anual.

El sistema financiero argentino está en problemas pagando 37 u 38% de interés, o sea mucho menos de la inflación anual que como se ve trepó al 52.5%, por lo tanto un ahorrista está más tentado por opciones más arriesgadas y volátiles como las criptomonedas, o más conservadoras como refugiarse en moneda extranjera o algún que otro bien, en especial y si pueden en los ladrillos.

Se perdió la confianza internacional luego de las idas y vueltas con el Fondo Monetario Internacional, agravado por el “coro” de barras bravas estúpidos locales pidiendo hasta quedar afónicos que no se llegue a un arreglo, la alocada inflación y la profundización del déficit.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, aparece vencido ante la situación y toma fuerza el secretario de Comercio, Roberto Feletti, con medidas a corto plazo de controles de precios que traerán repercusiones negativas muy pronto como por ejemplo el desabastecimiento y mayor inflación cuando el dique de contención se abra de modo mecánico o se quiebre por la presión exagerada que se produce.

No hay confianza, entre otras cosas porque no hay plan económico y además porque hay versiones fuertes e insistentes sobre un cambio en el Palacio de Hacienda en sentido negativo para las inversiones (o sea un cambio de equipo económico hacia el populismo más exagerado).

No hay previstas grandes cantidades de inversiones de importancia para el próximo año y quienes quieren invertir en la región prefieren plazas más previsibles como Uruguay, Paraguay o Chile.

Sigue la política de presión impositiva fuerte, con 167 impuestos sobre las pymes productivas, y no hay a la vista un recorte de ellos sino por el contrario, más énfasis impositivo para poder financiar presupuestos.

Por lo tanto, a este ritmo no se estima nada bueno desde el punto de vista económico para los próximos meses.

El oficialismo tendrá la difícil tarea de gobernar el país hasta el 2023, y desde el lunes la agenda deberá ser la búsqueda de consenso con los sectores de la producción, el trabajo, dialogar con sentido constructivo con la oposición, pero antes deberá despejar sus enormes conflictos internos y unificar un mando sino todo será inútil. Tendrá que sentar alrededor de la mesa a los gobernadores, y estos antes lo tendrán que hacer con los intendentes, y avanzar en reformas que achiquen el gasto público de manera urgente. El presidente Alberto Fernández, además, tendrá que dejar de lado a los grupos más radicalizados y así tener un diálogo franco y sostenido con el resto de la representación institucional. El presidente tiene que ganar volumen, tiene que recuperar credibilidad. 

La oposición, en tanto, deberá sintetizar en Juntos y también en otras expresiones moderadas de centroderecha una posición clara y contundente y preparar el mejor plan de gobierno posible para ofrecerlo como alternativa en las elecciones presidenciales de 2023 y no fracasar en su intento si es que el voto popular en la debida ocasión le da una nueva oportunidad. Tienen la experiencia de un gobierno que pasó hace poco y de las tormentas que se situaron sobre él, en donde hasta el mismísimo ex presidente Mauricio Macri acaba de reconocer que les faltó profundizar para resolver el problema del déficit, entendiendo que esa es la madre de todos los problemas (Macri M., LU6 Mar del Plata. 8 de noviembre 2021).

Los opositores si en un futuro llegan al gobierno no deberá caer más en pecados enormes como la gradualidad y un ficticio diálogo con sectores de la vieja política punteril como se hizo desde el ministerio de Desarrollo Social que orientó Carolina Stanley. Si en las presidenciales del 2023 son elegidos nuevamente, los cambios que hagan deberán ser contundentes y sin dudar ni prorratear.

La oposición tiene que trabajar para promover un abecé para la recuperación económica con pilares tales como: disminuir el déficit fiscal, bajar la cantidad de impuestos, hacer un pacto federal con provincias y municipios para aliviar presión impositiva y de tasas sobre todo para la producción, sincerar el valor de las tarifas para dejar de sostenerlas con subsidios que generan emisión y por lo tanto más inflación, disminuir fuertemente la plantilla del Estado a todos los niveles (nacional, provincial y municipal) a efectos de dar señales de austeridad a los inversores, hacer una reforma laboral que permita a las pymes contratar más personal sin tener que pensar en la guillotina de la industria de los juicios laborales, reformar el sistema previsional para que los activos aporten con la tranquilidad de recibir en el futuro una jubilación digna, y avanzar hacia una reforma constitucional que nos asimile nuevamente a la liberal de 1853 y nos aleje de la parte negativa del engendro surgido del Pacto de Olivos de 1994. Una Carta Magna con más derechos, aggiornada al mundo actual, pero sin perder de vista principios auténticamente liberales que hizo a Argentina el país de los sueños y el progreso.

Argentina tiene que decidir no solo este domingo sino en los próximos dos años qué quiere ser hacia el futuro. La política repleta de naftalina y formol debe quedar para un museo y los charlatanes para los programas de chimentos. La salida es por políticos modernos, pragmáticos, que entiendan que la forma de resolver los problemas es con sentido común, premiando a los ciudadanos que se levantan a las 6 AM o antes, que estudian, que trabajan, que se perfeccionan; una Argentina de la meritocracia y no del acomodo sistemático para acceder a los puestos claves, un país en donde se recupere la capacidad de ahorro y de la inversión.

Argentina tiene que dar oportunidades reales al que estudia, al que todos los días quiere ser algo más, al que no está satisfecho con lo aprendido y va por más. Se tiene que terminar el tiempo de chantas en la función pública, chantas que creen que por tomar mate en un Comité o Unidad Básica tienen pergaminos para ejercer luego alguna función.

Argentina puede resurgir, pero nada será fácil.