25/04/2024 - Edición Nº2954

Economía

Contrapoder

La economía detonada, minidevaluaciones y mayor presión impositiva, anticipan un diciembre caliente

04/12/2021 | Siempre que se avecinan los festejos de fin de año, los temibles fantasmas de los saqueos del 2001 deambulan por la cabeza de los diferentes gobiernos. En general, la calle se recalienta y los movimientos sociales suben la presión por mayor demanda de alimentos. Los efectos de la pandemia han dejado sus marcas devastadoras. A tal punto que una de cada tres familiares de clase media descendieron a la categoría de pobres. Frente a este escenario, esta vez el oficialismo trata de esquivar en la tapa de los diarios la foto de habitantes de barrios marginales reclamando alimentos en las puertas de los supermercados.


por Jorge Joury


Con casi medio país en la pobreza, el conurbano es una olla a presión, donde se siente la falta de trabajo y los comedores populares están colapsados por familias enteras que cayeron en la indigencia. La inseguridad alimentaria afecta a casi 6 millones de personas en la Argentina. Así, un país agroexportador que produce comida para 400 millones de personas, tiene a más del 10% de su población viviendo en un contexto de inseguridad alimentaria grave.

El actual cuadro de situación obliga al gobernador Axel Kicillof a poner en marcha un operativo para descomprimir tensiones. Planea repartir 16.500.000 cajas de productos alimenticios con el objetivo de conformar 1.500.000 canastas navideñas, que serán distribuidas a través de la subsecretaría de Organización Comunitaria. Para ello, y a pesar de la crisis económica que jaquea a la provincia, Kicillof gastará un total de $1.200.900.000.

El Gobierno nacional no se queda atrás y el  anuncio del "aguinaldo piquetero" intenta bajar los decibeles del reclamo social.  Juan Zabaleta está demostrando ser un hombre previsor. Sabe que el mes de diciembre constituye el "test ácido" para todo ministro de Desarrollo Social y está tomando los recaudos para evitar situaciones de desborde en la protesta social.

La nueva medida tiene un costo potencial de $12.000 millones para el fisco, si es que finalmente el beneficio se hace extensivo al millón y medio de inscriptos al plan. Aunque es probable que, además, esta ayuda también se aplique a beneficiarios de otros programas de asistencia social.

El escenario económico parece complicado en el corto y en el mediano plazo. Las consultoras privadas ponen algunos reparos a las previsiones optimistas que diagnostica la Casa Rosada. Por ejemplo, el economista Orlando Ferreres, titular de Ferreres & Asociados anticipó que espera un crecimiento del 3% para el 2022 y una inflación de entre el 55% y el 60%. “No creo que haya un salto brusco pero la devaluación se va a acelerar”, sostuvo el consultor.

Casi de un 35 a un 50% de aumento en los impuestos bonaerenses y un 150% más para los pasaportes son un anticipo de la andanada de subas que se vienen. Los argentinos y la desgastada clase media que queda de pie, empezarà a pagar el tan mentado "Plan Platita".

La inflación galopante y el dinero que no alcanza, aceleran el mal humor colectivo. Además, medidas como la prohibición de pagar en cuotas los viajes al extranjero amargan a la golpeada clase media acomodada, que ya no le quedan atajos para acercarse a los dólares "baratos". Al oficialismo no le importa, porque sostienen que ese sector no los vota. Pero deberían pensar que es el sector que paga impuestos y al que cada día le quitan más derechos. 

La clase alta y la media son las que a través del tiempo lograron ahorros. Se calcula que tieen unos 400 mil millones de dólares están fuera del sistema financiero, según  estimaciones de varios economistas. Se encuentran en cuentas en el exterior, en el metafórico colchón, en cajas de seguridad o en covachas de casas particulares. La falta de confianza en el Gobierno, es el factor principal. Un dato para destacar: cuando asumió Alberto el dólar estaba a 60 pesos y hoy supera los 200 y los depósitos en dólares cayeron más de u$s400 millones en los ùltimos 3 días por falsos rumores de "corralito"

Y en este marco, otro tema que está por verse son las condiciones que pondrá en breve el Fondo Monetario para cerrar trato sin una devaluación abrupta. El cuidado extremo de las reservas del BCRA queda claro que forma parte de los reclamos urgentes, como una reforma laboral y previsional, dos nichos caros ue seguramente el oficialismo resistirá.

Es muy probable que dentro de esos pedidos además se incluya la aceleración de las minidevaluaciones del tipo de cambio oficial. Algo sustancial, en el intento por ir reduciendo la brecha y no se desplome la liquidación de divisas por parte de los exportadores.

Martín Redrado advierte que el Central hoy no podría hacer frente a un mes de importaciones por la carencia de dólares. Esto enciende las alarmas de todas las actividades productivas de nuestro país que necesitan de insumos provenientes del exterior. Sin ellos se paralizan líneas de producción, escasean productos, quedan empleados y obreros sin trabajo y tampoco exportamos. Un estado sin crédito solo vive de los impuestos que cada vez son más distorsivos y, al carecer de divisas, inventa pesos sin respaldo mediante una emisión desenfrenada como la que estamos viendo.

Algunos observadores creen que en el pico de la pandemia en 2020, el Gobierno podría haber llegado a un acuerdo razonable con el FMI. Todos sabemos que las decisiones en ese organismo, como en todos los multilaterales, se toman mucho más desde la política que desde lo técnico. Las grandes naciones del mundo estaban preocupadas y dispuestas a evitar mayores crisis y hubiese sido más fàcil obtener mayores facilidades.

Pero ahora estamos caminando por un estrecho desfiladero. Con una política exterior amigable con las dictaduras de Nicaragua y Venezuela, coqueteando con China y lejos de las naciones que deciden en el Board del FMI, se está buscando un acuerdo de Facilidades Extendidas, que incluye una disminución del déficit fiscal.

Esto significa, más allá de lo que declaman los funcionarios, un ajuste que se hace sobre un Estado sobredimensionado o con decisiones que van a deteriorar aún más el nivel de vida de la comunidad.

Tarde o temprano aparecerán tarifazos de luz, gas y agua, mayor deterioro de jubilaciones y salarios, nuevos impuestos, más retenciones y todo lo que sea posible  para seguir manteniendo un Estado elefantiásico, en el que los políticos se hacen cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.

Frente a este escenario, los ciudadanos corren a cambiar sus pesos, cada día más devaluados, por dólares o por mercaderías y corren temerosas versiones de corralito que obligan a la Casa Rosada a desmentir de manera permanente. La realidad muestra que el Gobierno tiene cada vez menos crédito político para ejecutar medidas y carece de ideas para generar esperanza.

Pareciera que Argentina no tiene un proyecto de vida en común. No hay políticas de Estado a largo plazo por lo menos para ir solucionando dramas que requieren soluciones urgentes como el de la pobreza.  Lamentablemente, el país es una suma de facciones en pugna permanente, conducidas con criterios y agendas que nos llegan del exterior. El abrazo histórico de Perón y Balbín permitió vislumbrar la posibilidad de un diálogo fraterno en el tiempo, pero rápidamente llegó la larga noche de los absolutismos y extremismos. 

Hoy la interna feroz en el oficialismo tampoco contribuye a pacificar el escenario. Hace que tengamos un gobierno lento, burocratizado, intermitente y adepto a los parches. En ese contexto, todas las noticias se convierten en pequeñas derrotas.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".