28/03/2024 - Edición Nº2926

Politica

Contrapoder

El costo de las caricias del camarada Alberto

26/02/2022 | Cuando Alberto Fernández se enfrente el próximo martes a la apertura de sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación, lo hará con un 70% de imagen negativa, según las últimas encuestas. La pregunta del millón es qué dirá sobre sus logros, en medio de un derrotero desteñido por los desaciertos. Si lo ponemos en un contexto de luchas, en dos años de gestión el mandatario ha perdido casi todas las batallas. Le entraron hasta los penales que le patearon en las playas de Mar de Ajó. Y por si fuera poco, ahora carga sobre sus espaldas el peso de las caricias hacia el régimen dictatorial ruso durante su gira. Aunque por estas horas la cancillería cambió de frente y ensayó una tibia condena a las acciones bélicas, aunque evitó hablar de invasión. Pero es tarde, el mundo democrático ya tomó nota de los elogios a Putin y eso tendrá un costo.


por Jorge Joury *


Tampoco Alberto podrá mostrar en esta instancia el acuerdo definitivo con el FMI, que soñaba presentar como una señal de fortaleza política hacia adentro del FdT. Esta negociación ya es una de las primeras víctimas de la guerra que se ha desatado en Ucrania.

En ese espacio crecen desde hace meses los cuestionamientos desde el ala kirchnerista. El pronóstico dice que los vientos en general sacudirán a Alberto. La tormenta desatada por Máximo Kirchner que abandonó la presidencia del bloque y el silencio ensordecedor de Cristina no han pasado, le atan las manos, le ponen una venda en los ojos  y le quitan energías y peso partidario. 

En el plano político, la guerra en Ucrania volvió a exponer las diferencias en el Frente de Todos, mientras el Presidente hizo un llamado "a todas las partes" y evitó hablar de invasión de Putin, que sí mencionó Massa, el kirchnerismo  optó por hacer silencio.

Tras dos años de gobierno, con pandemia incluida y sus efectos demoledores en la economía, es poco lo que puede mostrar el Presidente el martes. Su balance carece de contenidos positivos. En su camino aún resuenan los ecos del bochornoso vacunatorio vip y el Olivos gate, que ya están en la esfera judicial y prometen futuros capítulos de sobresaltos para la Casa Rosada. Hay que agregarle además una elección de medio término, nunca asumida como perdida, a pesar de los números elocuentes, en medio del "plan platita" y una emisión histórica que no alcanzaron para comprar voluntades. Todo ello, envalentona a la oposición a mirar el 2023 con perspectiva ganadora. Alberto hoy se ha convertido en un presidente poco creíble, que increíblemente dilapidó en tiempo récord aquél 80% de imagen positiva que supo ostentar en los primeros tiempos de la guerra contra el covid.

En uno de sus últimos discursos, en su ceguera Fernández negó que el país estuviera paralizado durante la pandemia a pesar de que cerraron cientos de empresas y miles de comercios, muchos de los cuales no se recuperaron. 
El desmanejo de la situación por los incendios en Corrientes, también puso al descubierto la inoperancia de su gestión para resolver estas cuestiones de medio ambiente. Y lo más grave, es que la invasión rusa a Ucrania, lo colocó a contrapelo del mundo. Tener un canciller que no sabe inglés y sin formación diplomática como Santiago Cafiero, tiene sus costos. El ex jefe de Gabinete, solo portador de apellido en el peronismo, no supo advertir al Presidente que lo más aconsejable era postergar la gira o en todo caso ser prudente y no excederse en elogios, menos hacia un Putín un tirano con características hitlerianas que por ese entonces mostraba sus garras para entrar a sangre y fuego en Ucrania. 

Aunque Cafiero quedó demostrado que es un neófito, la cancillería en su planta histórica tiene muy buenos diplomáticos de carrera, pero nadie los consultó. La postal de Argentina hoy es la de una nación que se ha rodeado de temibles amigos, como lo son las dictaduras de Venezuela, Cuba y Nicaragua. En este contexto geopolítico, el país transita con la ambigua postura que definió Alberto Fernández en el plano de las relaciones internacionales. La dificultad de sentar posición con firmeza radica en que la Casa Rosada se encuentra entre Rusia, uno de los mayores socios políticos y comerciales, y Estados Unidos, con su influencia en el Fondo Monetario Internacional, a horas de que se cierre el acuerdo para reestructurar la deuda de USD 44 mil millones contraída por Mauricio Macri. Hasta el embajador Jorge Argüello, tuvo que interceder ante la Casa Blanca para evitar una escalada diplomática luego de las palabras del presidente argentino.

La invasión militar que ordenó Vladimir Putin sobre Ucrania tuvo como primera reacción en los mercados que el precio del barril de petróleo superara los 100 dólares por primera vez en más de siete años, lo cual anticipa que el precio de la nafta acusará el impacto en el plano local.

Además, la escalada de precios del trigo y el maíz impactará en la inflación de alimentos, una de las peleas centrales del Gobierno

Si bien es cierto,  el conflicto generará más ingreso de dólares, sobre todo por el alza de la soja, pero también recrudecerán las presiones inflacionarias. Por ejemplo, de cara al invierno nuestro país deberá afrontar precios que hasta quintuplican lo que se validó el año pasado en el caso del Gas Natural Licuado (GNL).

Por las acciones bélicas, la recta final de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional podría encontrar  un elemento inesperado de fricción en el tira y afloje de los equipos técnicos de Buenos Aires y Washington. Una suba considerable en los precios globales de la energía podría implicar un mayor gasto público para cubrir el costo de abastecimiento durante el invierno. El volumen de subsidios es en la actualidad el factor que separa al Gobierno y al organismo de un acuerdo definitivo.

Mientras tanto, América Latina está ante una oportunidad de reivindicación histórica ante esta invasión rusa. Generaciones futuras agradecerán la posición democrática contra las dictaduras y autocracias. La masacre podría extenderse en el tiempo, no así las condenas y la acción conjunta. La región no puede ser ni la puerta de entrada ni el refugio final de quienes amenazan la paz mundial. Hasta Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados y una de las tres patas de la coalición, condenó la invasión de manera terminante, coincidiendo más con la oposición que con la Casa Rosada.

Destaco esto, porque un sector gravitante en la coalición de gobierno nacional, como es La Cámpora no siempre se pliega a las posturas de la Casa Rosada.  Esta vez, ante la invasión de Rusia sobre Ucrania, la vicepresidenta Cristina Kirchner y la organización que lidera Máximo Kirchner se mantienen en silencio, y en sus filas trascendió que decidieron, al menos por el momento, plegarse al posicionamiento de la Casa Rosada.

También hay que tener en cuenta que durante la pandemia. EE.UU nos regaló tres millones de vacunas. Y Rusia en cambio, incumplió el contrato que le pagó el gobierno argentino por el envío de las Sputnik. Y aquí vale preguntarse: ¿Qué fue lo que Alberto le agradeció a Putin en su visita? Según el Presidente, estamos en deuda con un tirano que gobierna desde 1999 acusado entre otras cosas, de envenenar a opositores. Por eso es suicida quedarse a medias tintas en la condena hacia un conflicto que podría abrirle  las puertas a la tercera guerra mundial.


*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".

 

 

Fotos utilizadas: Visita del presidente Fernández a Moscú, Rusia, y encuentro con su par ruso Putin. Crédito Casa Rosada. 3 de febrero de 2022.

Caricatura publicada por la cuenta oficial de la Oficina del Presidente de Ucrania difundida el día de la invasión rusa a ese país. Crédito Twitter @Ukraine . 24 de febrero de 2022