"Cristina quiere que le entreguen cinco cabezas", señaló Jorge Joury por la FM 98.9 y Pinamar TV

"Frente a este cuadro de situación no hay unidad posible si Alberto Fernández no se subordina a las políticas del círculo K. El Presidente  propone y ella dispone. Lo  que se busca es su rendición incondicional. El ministro de Desarrollo bonaerense, Andrés "Cuervo" Larroque sumó más incertidumbre al señalar a la Casa Rosada que "no se puede gobernar con 5 amigos".La guerra contra la inflación arrancó con el ministro de Economía, Martín Guzmán, en París y en el de la Producción en Washington. En Buenos Aires el secretario de Comercio, Roberto Feletti, reparte sopapos. Por orden de la vice no hace otra cosa que demonizar a los productores de alimentos. “Recargan precios porque quieren comprarse más departamentos en Miami. Y encima Alberto habla de diablos que encienden los precios, cuando el principal responsable es la emisión monetaria. Es echar nafta al fuego", añadió Jorge Joury.

"La movilización de La Cámpora por el Día de la Memoria, dejó la sensación amarga de que vienen momentos muy complejos en la coalición gobernante. Algunos sostienen que con esa manifestación de poder, Máximo Kirchner quiere llevar al límite la situación con Alberto y quedarse con el Gobierno. Cristina Kirchner cree que el 2023 está perdido porque Alberto nunca logró plantar un modelo de desarrollo económico y se ató al programa del FMI que cerró Martín Guzmán.

La vice quiere la renuncia del ministro de Economía y de Matías Kulfas. El radical Gerardo Morales disparó por otro lado que "el run run en el Senado es que Cristina se quiere llevar puesto al Presidente y asumir el poder". Algunos legisladores comentan lo mismo y agitan el temor de una Asamblea Legislativa.

Máximo y está construyendo su búnker en la provincia de Buenos Aires, donde su madre conserva entre un 20 y 30% de intención de voto de los sectores más pobres. Cristina sostiene que " si el diagnóstico por el efecto Alberto es que se pierde la Nación, preservemos la provincia para resistir cuando vuelvan los neoliberales".

Su mayor frustración en la intimidad es que se sabe responsable de la elección de Alberto. "Otra vez me equivoqué", le confesó desolada a una de sus espadas. Y recordó que le pasó  lo mismo cuando eligió a Amado Boudou como vice.
La demostración de fuerza de La Cámpora movilizando más de 60.000 personas en los casi catorce kilómetros que unen la Ex ESMA con Plaza de Mayo, dejó en claro que Alberto está solo y rodeado de un pequeño grupo que lo apoya. Con ello, la conclusión es que no hay lugar para el albertismo y la esperanza de un intento de reelección en el 2023 se desmorona vertiginosamente. Apenas un devaluado político como el líder de MILES, Luis D'Elía, salió a defender al Presidente y volvió a cuestionar al diputado nacional Máximo Kirchner al considerar que "no tiene la densidad, estatura y volumen político" de su padre, el fallecido ex presidente Néstor Kirchner, y afirmó que es un "hijo de". Otro fue el Chino Navarro quien le transfirió la responsabilidad a Cristina "quien fue la que lo eligió".

Axel Kiciloff no quiso ser menos ni quedarse afuera. El gobernador, que se veía alineado con Alberto Fernández, reapareció en la marcha para decir: “Al que no le interese pelearse con nadie no lo necesitamos”. Al que le quepa el sayo que se lo ponga. “Hablan de un gobierno con la gente adentro y hay un 50% de pobreza”, contesta Florencio Randazzo.

En La Cámpora están convencidos de que la situación gravísima de la economía es responsabilidad pura y exclusivamente de Alberto Fernández. Creen que el Presidente y su equipo de gobierno no son idóneos, y ratifican, una y otra vez, que el diagnóstico que hizo Cristina Kirchner hace ya un año y medio, con su emblemática carta sobre “los funcionarios que no funcionan”, sigue en pie. Juran que en los últimos meses se corrieron de la gestión para “dejarlo gobernar”, pero consideran que el resultado, inclusive después de la derrota en las PASO, fue “desastroso”, finalizó Jorge Joury.