por Télam
Las medidas representarán un alivio del enfoque dispuesto por el anterior presidente, Donald Trump (2017-21) pero no llevarán la situación al punto del histórico acercamiento ocurrido a partir de 2014, dijeron los informantes.
En aquel entonces, el presidente estadounidense era Barack Obama (2009-17), de quien el actual mandatario Joe Biden era vicepresidente, y el de Cuba era Raúl Castro (2008-18).
Entre las medidas analizadas figura el levantamiento del tope para las remesas familiares, actualmente de 1.000 dólares por trimestre, así como la autorización de donaciones a personas que no sean parientes.
Sin embargo, se mantendrá la vigencia de una lista de empresas vinculadas con el gobierno y las fuerzas armadas de Cuba con las que los estadounidenses tienen prohibido hacer negocios.
“Vamos a lograr que las remesas fluyan más libremente hacia el pueblo cubano, sin enriquecer a quienes cometen abusos contra los derechos humanos”, explicó un funcionario no identificado, según el portal de noticias Euronews.
La Casa Blanca también ampliará los viajes autorizados a Cuba, de modo tal que los vuelos hacia y desde Estados Unidos utilicen aeropuertos distintos de La Habana, dijeron las fuentes.
Asimismo, Washington restablecerá algunas categorías de viajes educativos grupales, así como los relacionados con reuniones profesionales e investigación.
En cambio, los viajes individuales “de persona a persona” no se restablecerán, dijeron los funcionarios.
Esa categoría fue eliminada por la administración Trump bajo el argumento de que los estadounidenses que iban de vacaciones a la playa abusaban de ella.
Por otra parte, Estados Unidos flexibilizará además el permiso para empresarios cubanos independientes, con el objetivo de facilitar el acceso a internet y ampliar el acceso a las microfinanzas y la capacitación, entre otras medidas.