18/04/2024 - Edición Nº2947

Politica

Señales políticas

Un mal mensaje: los políticos están enfermos y confunden Estado con partidos

27/05/2022 | Es un problema cultural de fondo lo que ocurre con el sistema político argentino. La falta de credibilidad tiene una explicación, y se encuentra en las acciones. La utilización de lo público como partidista, o peor aún, como propio. Veamos ejemplos.


por Fabricio Moschettoni, editor de ImpulsoBaires Twitter @FMoschettoni


Este viernes los radicales hacen su Convención Nacional en el Teatro Coliseo Podestá, un espacio público, pero tradicionalmente utilizaron la sede de la Universidad Nacional de La Plata para esos fines, que también es otro espacio público.

Los peronistas hicieron lo propio, y desde Néstor Kirchner o antes, y seguro después, usaron el Teatro Argentino como escenario para enviar mensajes partidarios o hacer eventos, muchas veces camuflados de eventos oficiales.

Ahora saltó un escándalo de magnitud cuando la diputada Victoria Villaroel, del espacio de Javier Milei, utilizó pasajes oficiales en el primer trimestre para recorrer el país, siendo de CABA y con fines proselitistas. Si bien es absolutamente legal lo que hizo, no se condice con el discurso “anti casta” que ese sector tiene como bandera. Ella se defiende y dice que recorrerá el país porque es legisladora nacional, y desde el encuadre legal suena razonable, pero desde el discurso y la acción hay alguna falta.

¿Pero por qué radicales y peronistas se obsesionan por utilizar lugares públicos para fines partidarios?. En realidad, no hay otra explicación más que entender que detrás de esos actos ambos partidos tradicionales tienen un concepto discutible sobre el rol del Estado, e históricamente confunden la función de un partido político y la propia administración pública.

Radicales y peronistas manejan enormes estructuras. Hoy hubiese sido mucho más saludable que la Convención de la UCR se haga alquilando uno de los tantos clubes de la ciudad, o dando vida a la hotelería que tan castigada fue durante la pandemia.

La coherencia se logra cuando lo que se piensa se dice, y lo que se dice se hace. Está perfecto hablar a más no poder de las pymes turísticas y de promover leyes de emergencia en la Legislatura, pero estaría mejor si hoy el radicalismo contribuía alquilando un club para su Convención Nacional, o disponiendo su estructura en hoteles para movilizarlos durante un fin de semana.

Y la crítica a radicales y peronistas también le cabe a Milei y a sus amigos, porque si se decide enfrentar lo que está mal, no hay que permitir que aún siendo legal usar pasajes oficiales sin una necesidad clara se convalide. Eso es de “casta”.