Massa con la bendición de Roberto Lavagna

Hasta el lunes no se sabrá de colaboradores el súper ministro y las primeras medidas tomarán estado público el miércoles. El desembarco  de Sergio Massa es visto por los observadores como la posibilidad de aplicar un programa de recorte fiscal y corrección cambiaria con apoyo político. Es mucho más que un cambio de nombres. Significa el fin de la gestión de Alberto Fernández y su posible reelección, además del inicio de un nuevo esquema "a la europea", en el que el Presidente mantendrá un rol más simbólico y menos operativo, mientras el control real de "la botonera" pasará a manos del tigrense. Manejará más de 18 mil empleados y el 10% del presupuesto nacional, 1,72 billones de pesos. 

La llegada de Massa provocó el beneplácito del presidente del BID, quien a pocos días de criticar al Gobierno, expresó ahora un contundente apoyo al nuevo ministro. En el primer apoyo externo que recibe, Mauricio Claver-Carone afirmó que espera “gratamente” la oportunidad de trabajar con él y colaborar con el desarrollo del país, tras afirmar esta semana que no aprobaría automáticamente un nuevo crédito para el país 

Antes de asumir como responsable del área económica, Massa fue a buscar la bendición de su máximo referente, Roberto Lavagna, de quien se sabe que se convertirá en un consultor semanal del nuevo funcionario. El diputado le contó sus ideas para asumir como ministro de Economía, Producción, Agricultura, Ganadería y Pesca. El economista le dio marco teórico al momento económico y trazó un estado de situación de la economía argentina y mundial, determinada fuertemente por el conflicto bélico tras la invasión de Rusia a Ucrania. 

Massa también llamó a Miguel Peirano, quien estuvo a cargo del Ministerio de Economía y Producción en 2007, luego de la renuncia de Felisa Miceli, para conversar sobre su llegada al Gobierno. Peirano, que se halla en el exterior, analizó el momento económico, pero desistió de sumarse a la gestión, como lo hizo también Martín Redrado. 

Sergio Massa se pasó 8 años estudiando economía, pero no es un especialista en el tema.Por eso, todos los ojos están posados sobre quién será su viceministro. Lo que se sabe, es que integran el equipo de Massa el subdirector del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) Lisandro Cleri, el actual director general de la Aduana, Guillermo Michel, y el experto en temas del campo, Gabriel Delgado. 

Hace rato que el tigrense viene pensando en el escenario actual. De allí, que en mayo ya se había producido la primera reunión para preparar esta nueva etapa. Fue durante un asado en la casa de en Tigre, con la presencia del ex presidente del Banco Central, Martín Redrado; el ex vicepresidente del BICE y ex ministro de Economía de Néstor Kirchner, Miguel Peirano; el director del Indec, Marco Lavagna; los socios del estudio Equilibra, Diego Bossio y Martín Rapetti; y Lisandro Cleri, subdirector ejecutivo de Operaciones del Fondo de Garantía y Sustentabilidad (FGS) en Anses. 

Varios de ellos ya formaron el comité de la deuda soberana, que está conformado por el secretario de Finanzas, Eduardo Setti; Lisandro Cleri y Federico D ́Angelo del Fondo de Garantía de Solidaridad (FGS) de la Anses; y Pablo Mayer Carrera, cercano a Massa, quien entró al directorio del BCRA en lugar de Diego Bastourre, cercano a Guzmán. 

Para el área de Agricultura desembarca Gabriel Delgado, designado por el presidente Alberto Fernández como interventor del Grupo Vicentín. Es Doctor en Finanzas, especializado en Finanzas Rurales y Licenciado en Economía Agropecuaria. Obtuvo su Master y su Doctorado en Finanzas del CEMA (Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina). Es productor agropecuario y además se dedica a las carreras de grado y posgrado. En 1998 ingresó al INTA como economista en la EEA Bordenave y desde el año 2003 al 2006 fue referente de finanzas agropecuarias en Transferencia y Extensión (INTA Central). Su área de interés está centrada en las Finanzas Rurales (financiamiento estructurado, evaluación de proyectos, decisiones financieras, valuación). De 2006 al 2013, se desempeñó como Director Nacional de Sistemas de Información, Comunicación y Procesos del INTA, además de participar en cuestiones relacionadas con la economía y la política agropecuaria desde la Institución. 

Massa tiene buenos contactos en el exterior. Cumplió un rol estratégico como interlocutor del Gobierno en el canje de la deuda del 2020, cuando las negociaciones entre el equipo de Martín Guzmán y los acreedores se empantanó y acercó posiciones para llegar a una oferta que permitió concluir con una aceptación superior al 99 por ciento. 

Además, en base a sus contactos internacionales, también colaboró para que avanzara el demorado acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de refinanciación de la deuda que tomó el gobierno de Mauricio Macri en 2018 y que se firmó finalmente en marzo de 2022. 

Al igual que la vicepresidenta Cristina Kirchner, Massa también mantuvo una mala relación con Guzmán, aunque por diferentes motivos. Como cuando ingresó a la jefatura de gabinete en 2008, luego del conflicto con el campo, ahora también Massa apuesta a recomponer la situación macroeconómica y a entablar puentes con el mercado, aunque en un contexto con más inflación, menos reservas y un Gobierno mucho más débil en términos políticos. 

Massa es un especialista en manejar cajas. Massa puede ordenar, pero no solucionar. Algunos creen que solo calmando la actual crisis, le sumará un fuerte rédito. Otros lo ven como un futuro Enrique Cardozo,  que primero fue ministro de Economía y después se convirtió en presidente de Brasil. Massa hoy tiene un 68% de imagen negativa, pero seguir en la curva declinante por la salida de Guzmán, significaba un verdadero suicidio. O entraba Massa, o se iba Alberto Fernández. Los gobernadores fueron los que apuraron la marcha y le dijeron que no había otro camino que Massa. 

También el Círculo Rojo, e importantes banqueros, como Jorge Brito, al que Massa siempre le acercó buenos negocios, fue el otro gran empujón que recibió. Cristina también fue otra carta clave en la reestructuración. 

La vicepresidenta seguramente leyó en el acto en Ensenada, el desesperado mensaje de un Juan José Mussi , que casi al borde del llanto, señaló que no se imaginaba un peronismo perdedor en el 2023. Probablemente, eso la obligó a dar un volantazo, tal vez para evitar una gran paliza electoral. “Peronismo es ganar”, dijo hace muchos años un ilustrado ministro de Trabajo de Carlos Menem, sin saber tal vez que estaba dejando una frase inmortal.  

Desde la oposición dicen que Massa no viene a resolver los problemas de la gente, "sino los de ellos". Para empezar a leer el futuro habrá que ver cuál es su plan y si hace los deberes de un ajuste fiscal para evitar el hundimiento. 

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".