26/04/2024 - Edición Nº2955

La Plata

Contrapoder

Chalecos antibalas en tiempos de intolerancia y odio

14/09/2022 | La política no deja de emitir señales preocupantes para la paz social. Apenas unas semanas después del fallido atentado en el barrio de Recoleta, Cristina Kirchner recibió en las últimas horas una nueva amenaza de muerte. La intimidación fue realizada el pasado lunes por la tarde por una mujer que llamó al 911 desde la ciudad de La Plata, dando cuenta que iba a matar a la ex mandataria, por lo que se le reforzó la custodia. El propio presidente Alberto Fernández, también reveló que recibió amenazas anónimas contra su vida y dijo que "hay que estar atentos". Además hay que contabilizar amenazas vía facebook contra Mauricio Macri. En este contexto, en el kirchnerismo temen por el tono que podría tener la campaña 2023. En el Instituto Patria, recordaron algunos antecedentes inquietantes ocurridos en el continente. En esa dirección, aludieron a que Gustavo Petro, en Colombia, y Lula Da Silva, en Brasil, tuvieron que calzarse el chaleco antibalas.


por Jorge Joury *


La misma advertencia había sido instalada hace unos días el camporista Andrés Cuervo Larroque. El ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, consideró que Fernando Sabag Montiel, imputado por el intento de asesinato a la vicepresidenta, “no es un loquito suelto” y expresó su preocupación por la “nueva fase” en la que se haya la política argentina luego del ataque a la vicepresidenta, en la que “tenemos que empezar a discutir si hay que hacer política con chaleco antibalas en Argentina”.

Después de 11 días de silencio, Cristina realizó su primera publicación en Twitter. Prefirió no referirse directamente al atentado pero sí  volver a victimizarse y advertir sobre una situación que viene señalando desde 2019: "que la sentencia en su contra en la causa Vialidad ya está escrita".

Como línea argumental, publicó una imagen de la tapa del diario Clarín, donde aparece una nota del periodista Pablo Vaca titulada: "La bala que no salió y el fallo que sí saldrá". 


Todo esto ocurre vertiginosamente, después del bochornoso espectáculo en la misa en Luján, donde el kirchnerismo convirtió a la histórica catedral en una unidad básica. El plan por instalar el discurso de odio como causa del atentado contra Cristina Kirchner, también fracasó. Aquella ceremonia fue apenas un acto peronista. Pero tiene un costo alto para la institución, que quedó presa de la intolerancia. En el templo se vieron además las graves contradicciones de dirigentes proabortistas, como la intendente de Quilmes, Mayra Mendoza, que por un momento dejó el pañuelo verde y se colocó el celeste para comulgar.


Frente a este cuadro de situación, en la Iglesia institucional existe marcado desagrado por la manipulación que hizo el Gobierno de la ceremonia, lo cual generó un gran alboroto. Altas autoridades del Episcopado interpretan que la institución ha quedado también presa de la intolerancia y estudian difundir un documento para tomar distancia de la movida del gobierno.

A la histórica Basílica, asistieron el sábado funcionarios del gobierno y las distintas vertientes políticas del Frente de Todos, quienes se adueñaron del escenario. Se observó una mezcla de camporistas, movimientos sociales, funcionarios bonaerenses que integran el gabinete de Axel Kicillof, y apenas un puñado de leales a Alberto Fernández. Desconcertó la presencia del ex presidente Eduardo Duhalde, quien en su momento dijo  que Alberto Fernández estaba groggy

Se iba a rezar por la paz, el reencuentro y el milagro de que la bala de la pistola de Fernando Sabag Montiel no hubiera salido, pero hubo faltazo en bloque de toda la oposición y lo más llamativo, es que tampoco estuvieron Cristina o su hijo Máximo Kirchner.

Después del ruido ensordecedor de los tambores y redoblantes y los cánticos partidarios, el arzobispo Jorge Scheinig, trató de reparar el daño. “Quiero pedir disculpas, de verdad lo quiero hacer de corazón, porque quizás yo no invité, por no querer hacer tan importante, me equivoqué. Metí la pata, como decimos, y no comuniqué y se generó todo un malentendido. Pido perdón, de verdad”, dijo ante la mirada entre sorprendida e incrédula de Alberto Fernández, al que la cámara oficial lo enfocó con insistencia. Sin embargo, el sacerdote deberá digerir que los daños colaterales ya están, y si hay algo de lo que no se vuelve, es del ridículo.

Scheinig, no es un cura común, es un peso pesado de la Iglesia, que olvidó en los hechos la pluralidad ideológica de devotos que tiene la Virgen de Luján, nada menos. Su foja de ascensos es asombrosa. De la mano del papa Francisco, en poco más de 5 años, pasó de sacerdote a obispo auxiliar y luego a arzobispo. El sumo pontífice no sólo le otorgó la conducción de esa diócesis de alto perfil público y político, sino que lo “empoderó” al elevar al rango de Iglesia Metropolitana la sede arzobispal de Mercedes–Luján y a Catedral Metropolitana la Basílica Nuestra Señora de la Merced y traspasar el control de Merlo-Moreno; Nueve de Julio y Zárate-Campana.

Mientras tanto, el kirchnerismo, que siempre supo renacer de situaciones adversas y conflictos, se está quedando sin nafta en el tanque. No puede encontrar la brújula y el camino asoma oscuro para captar nuevos adherentes. 

El consultor Jorge Giacobbe reveló que: "cuando nosotros preguntamos a la gente si quiere que el FDT gane las elecciones o no, que es una pregunta que nos suele marcar bien cuál es el mundo de lo oficialista en cada gobierno y cuál es el cúmulo de lo que podés descremar como opositor, hace un mes y medio nos daba 25% y hoy está cercano al 20%".

Un sondeo de Pablo Touzon coincidió en que "hoy el FdT no llega al 20% en la intención de voto a nivel nacional. Ni siquiera el impactante atentado contra Cristina, que por milagro no terminó en un atroz magnicidio, no logró cambiar ese derrotero, sino que más bien lo agravó. La mayoría de la población descree sobre el relato de ese episodio y sus protagonistas y aún la justicia no ha podido echar la luz que permita disipar las dudas", aclaró.

El camino de espinas  entre la oposición y el Gobierno tiene sus orígenes en que ninguno de los que primero hablaron de los “discursos de odio” como instigadores del intento de magnicidio desactivaron sus argumentos.

La marcha en Plaza de Mayo, las sesiones en Diputados y el Senado en las que llovieron las acusaciones y agravios, el bochorno plan de extorsión de paz social por impunidad que puso sobre la mesa el senador José Mayans, también aparecen como un pelotazo en contra para el oficialismo si el objetivo era lograr empatía en la ciudadanía y una señal para que se desactive la lógica de amigo-enemigo.

A casi dos semanas del ataque contra Cristina, las encuestas confirman la desazón que hay en la sociedad. El ataque organizado en un marco de sospechosa precariedad por una pareja de vendedores ambulantes de copitos de azúcar no cambió el escenario político. Tampoco modificó de manera sensible los niveles de adhesión de ambos polos de la grieta, como así tampoco desplazó ninguna de las inquietudes que tienen los votantes y que tienen que ver con los precios altos, los bajos salarios, la inseguridad y la corrupción.

La directora de la consultora Management & Fit, Mariel Fornoni, argumentó que el atentado tuvo un impacto inmediato en “reavivar la mística” del kirchnerismo, tanto de la militancia como del voto duro, pero ese efecto “no cambió la relación de fuerzas” ni hacia adentro de la coalición de gobierno como así tampoco entre oficialismo y oposición.

La analista dio cuenta que los últimos sondeos arrojan datos de que se fideliza el voto más duro y se recupera muy poco del voto blando que había votado al kirchnerismo en 2019 en rechazo a la experiencia macrista. “No mejoró la imagen negativa de Cristina Kirchner. Hay sospechas sobre lo que pasó y la gente sigue creyendo que en el caso de las causas de corrupción es culpable. El atentado no modificó sustancialmente el escenario”, agregó.

Las amenazas de muerte hacia Mauricio Macri y el fiscal Diego Luciani por redes sociales, si bien agregaron una cuota de preocupación, no lograron distraer el foco de la ciudadanía sobre las preocupaciones económicas.Hay una regla de manual que sostiene que ningún gobierno en la historia argentina logró ganar una elección con más del 50% de inflación, como le viene ocurriendo al kirchnerismo, que va camino a lograr el título de los  tres dígitos a fin de año.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".