19/04/2024 - Edición Nº2948

Politica

Un día clave que podrá cambiar el curso de la República

06/12/2022 | Esta tarde se conocerá el veredicto en el juicio oral a la vicepresidenta Cristina Kirchner y otros doce imputados por la obra pública vial en Santa Cruz entre el 2003 y 2015. Lo que pase en la resolución judicial será un punto clave desde donde saldrán los distintos caminos hacia el futuro de la República.


por Fabricio Moschettoni


Hasta ahora el sistema político que más nos cierra es el republicano. Así hemos convenido, así lo hemos acordado en Argentina, y con sus reglas de juego nos debemos regir.

Pero la República no goza de buena salud hace tiempo. Embates populistas la golpean constantemente, y falta de acción uniforme de los defensores republicanos permite que este sistema de gobierno esté constantemente debatido.

Nuestra república se sostiene entre sus pilares con el Poder Judicial, pero de los tres es el poder más cuestionado, el que no tuvo reformas auténticas desde el retorno a la democracia. Los otros dos, mal o bien, con el voto de los ciudadanos se van purificando, pero en la Justicia aún hay un modelo de castas que la conduce. ¿O acaso no conocemos a uno, dos, tres o diez profesionales que están concursando en óptimas condiciones para ejercer el cargo de juez y alguna mano deja que quien menos mérito tenga ocupe el lugar?.

Hace algunas horas nos despertamos con un escándalo de chats en donde queda en evidencia cómo la República está en peligro y la esmerilan tanto los que no la quieren como también algunos de sus defensores.

Si queda probado judicialmente lo que se desprende de esas conversaciones es un escándalo absoluto, porque habla de un sistema complejo en donde se negocia la justicia, su sentido, para quién es o para quien no es. Pero también el primer golpe fue el espionaje ilegal, otra vez, y lo que de allí se desprende. ¿Hubo un pinchazo en las comunicaciones de un grupo de Telegram o Whats App, o el que fuera?, ¿hubo uno de sus integrantes que sopló?. Si fue el esquema tradicional de la inteligencia hay que hablar de una estructura millonaria para poder captar el contenido de esos chats, y si fue un “soplón” termina siendo, dentro del desastre institucional, la mejor noticia posible porque no involucra a un presunto espionaje de dimensiones demasiado serias.

Pero hoy a la tarde habrá un veredicto. Se conocerá una sentencia judicial y se conocerá si en el marco de la causa por la obra pública la vicepresidenta Cristina Kirchner es culpable o inocente, y si llegara a ser culpable se conocerán los delitos por los que se la estaría condenando.

Más allá de la culpabilidad o inocencia en la que esta instancia judicial la encuentre a la vicepresidenta, después su defensa o la fiscalía, o ambas, podrán apelar la sentencia, y el trámite judicial no culminará sino que habrá nuevos estamentos judiciales que revisarán lo actuado. Así funciona, por suerte, nuestro sistema de garantías, para que, al menos en los papeles, al final del largo camino se llegue a una resolución desde el plano judicial.

No importa lo que el corazón de cada uno diga, porque Cristina es una líder popular importante, y genera pasiones y rechazos en la misma manera. Hay gente que cree su culpabilidad y otra que está segura de su inocencia, y más allá de lo que la justicia resuelva hoy nada les va a hacer cambiar su parecer.

Desde el punto de vista político el fallo de esta tarde va a consolidar la grieta. Los que la quieren la van a querer más, los que la rechazan la van a rechazar más. Así es como funciona en términos de grieta nuestra Argentina.

Así como fue la crítica inicial hacia la falta de reformas judiciales en las últimas cuatro décadas, y el sistema de castas para seleccionar funcionarios judiciales de todos los niveles, también hay que decir que la política es la gran responsable de que hoy no tengamos el Poder Judicial que todos los republicanos de verdad pretendemos.

También ayer hubo otro daño a la República, y en este caso, por acción u omisión, lo hizo el presidente Alberto Fernández. Hizo una cadena nacional en donde habló de un tema que provino de un presunto espionaje ilegal en donde se expuso una serie de presuntos ilícitos graves. El argumento fue que los medios más fuertes del sistema no trataron la noticia, y entonces como supuestamente la ocultaron la cadena nacional servía para exponer un problema institucional. De no creer, pero es posible que así fuera. Y sino veamos cómo en la mañana de ayer importantes espadas del kirchnerismo le pedían por redes sociales y declaraciones mediáticas al Presidente que haga esa cadena nacional.

Alberto era la garantía de un resguardo republicano cuando accedió a la Presidencia. Venía electo como parte de sectores demasiado radicalizados, aunque ciertamente hubo otros más moderados, pero sus antecedentes daban una cierta garantía, y la verdad que como pudo hasta por lo menos el día de ayer a las 15 la cumplió. Pero desde esa cadena nacional en adelante habrá que ver si es la garantía que muchos ciudadanos esperamos o ya no. 

También, en estos ataques a la República se inscribe la marea de movilizaciones previstas para hoy. Y no porque movilizar esté mal, ya que en una democracia la movilización es la sangre que le da fuerza porque muestra la participación ciudadana, sino por el tono con que se está formulando, e incluso algunas frases amenazantes para el propio sistema republicano.

Decía al principio que Cristina es una líder popular que cosecha aplausos tanto como críticas, pasiones y rencores, y por eso se da todo este clima de inestabilidad constante.

Está en el aire esa sensación de que algo va a cambiar. Algunos tenemos la esperanza de que a partir de hoy empiece definitivamente la retirada de esos modelos políticos que parieron a la casta judicial y la sostuvieron, porque en definitiva la Justicia que tenemos fue elegida por quienes gobernaron el país desde 1983 a la fecha, -o incluso hay funcionarios o los hubo hasta hace poco que surgieron de la dictadura-, y ellos claramente son parte del problema que hoy tenemos.

Más allá de las pasiones, los partidos políticos en el día de hoy tienen que salir de su letargo, tienen que entender que desde la reforma constitucional de 1994 son los artífices del sistema democrático. 

En ese sentido recordemos el artículo 38 de la Constitución Nacional: “Los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático. Su creación y el ejercicio de sus actividades son libres dentro del respeto a esta Constitución, la que garantiza su organización y funcionamiento democráticos, la representación de las minorías, la competencia para la postulación de candidatos a cargos públicos electivos, el acceso a la información pública y la difusión de sus ideas. El Estado contribuye al sostenimiento económico de sus actividades y de la capacitación de sus dirigentes. Los partidos políticos deberán dar publicidad del origen y destino de sus fondos y patrimonio”.

Los partidos políticos hoy tienen que garantizar la salud del sistema. Es su obligación constitucional.

Y más allá de todo, que se haga justicia verdadera.