25/04/2024 - Edición Nº2954

Politica

Después del día "caliente"

"Cristina deja a la Provincia renga", señaló Jorge Joury por la FM 98.9 y Pinamar TV

07/12/2022 | "Después del presunto renunciamiento de Cristina Kirchner, ahora lo que viene es la discusión por la sucesión, quién conduce y el futuro político del peronismo. Cuesta creerle a Cristina que no será candidata a nada y que se vuelve a su casa el 10 de diciembre del año próximo. Cristina acaba de lanzar una bomba que dejó aturdido al oficialismo. Pero el escollo más grave, es la ausencia de ella en la boleta, lo cual genera un vacío aún más grave para el peronismo en la provincia de Buenos Aires, territorio que concentra el cuarenta por ciento del padrón nacional y donde la vicepresidenta tiene su mayor nicho de adeptos". Así lo señaló el periodista Jorge Joury en el programa "A las cosas por su nombre'' que conduce Hugo Manzo, por la FM 98.9 Coast y Pinamar TV.


por Redacción


Joury las calificó como "dos crisis encadenadas, que es lo mismo que decir una. Y ahora las preguntas vuelan: ¿Qué capacidad tiene ahora Máximo Kirchner como presidente del PJ bonaerense, de ordenar ese tablero de ajedrez endemoniado que es el peronismo de la provincia? ¿De poder contener rebeldías? ¿De defender a los candidatos de La Cámpora y evitar una rebelión de los intendentes? ¿De establecer, en definitiva, una línea política, unas listas, unas alianzas, un curso de acción? Y lo más importante, es cómo se moverá el gobernador Kicillof ante este escenario plagado de intrigas.

Aunque también las encuestas que todos los sectores de la política consumen le marcaron a Cristina un límite anticipado por su mala imagen y el techo en la intención de voto. Al igual que en el 2019, la principal barrera para volver a la Casa Rosada es el rechazo que tiene su figura en gran parte de la sociedad. Cuestión de mayorías, más que de minorías.

Existen dirigentes que aún tienen dudas sobre el renunciamiento y advierten que puede ser el inicio de un operativo clamor más voluminoso que el que hubo hasta ahora, similar al que tuvo lugar en Brasil y que derivó en la candidatura presidencial de Luiz Inácio Lula da Silva, y el posterior triunfo en las urnas frente a Jair Bolsonaro.

El paso al costado que dio la Vicepresidenta, de cara a las elecciones del 2023, abrió una inmediata discusión interna en el peronismo. ¿Si no es ella, entonces quién? No hay demasiados nombres propios con proyección, aunque cualquiera que hoy no haya asomado la cabeza aún tiene tiempo de jugar sus cartas. Todavía está abierta la inscripción.

En la lectura final de la condena contra Cristina Kirchner, por estas horas se puede observar que la grieta entre los argentinos permanece más abierta que nunca. Los millones que la consideran corrupta no necesitaban un fallo que lo probara. Los millones que la creen inocente no necesitan leer los miles de fojas en busca de pruebas: coinciden con su líder en que se trata de un pelotón de fusilamiento que no buscó la verdad sino la venganza, una suerte de mafia judicial como la propia vicepresidenta la definió.

Más allá de los efectos reales que vaya a tener este fallo en caso de ser ratificado por todas las instancias, no va a cumplir el objetivo de servir como condena social generalizada. Porque para unos ya estaba condenada socialmente. Y para los otros jamás será culpable.

Esa degradación de la credibilidad judicial es producto de un arduo trabajo al que se han abocado durante años políticos de todas las tendencias y jueces y fiscales que asumieron como propias las demandas y recompensas del poder de turno.

Ahora hay que empezar a leer entre líneas a una nueva Cristina, que es experta en el arte de construir un relato que se adecue a sus necesidades de turno. 

La victimización es su nuevo salvoconducto social, algo así como un pase sanitario frente al virus de la corrupción. Capaz de sostener cualquier tipo de argumento, la mujer más poderosa de nuestra Nación pasó la primera noche de su vida como “condenada por actos de corrupción contra el estado”. Es una mancha que ya no se podrá sacar.

Cristina preparó la llegada del fallo encapsulada en un relato que fue trabajando en sucesivas presentaciones. Ella venía machacando con la idea de que esta condena estaba escrita. Definió al Tribunal como un “pelotón de fusilamiento”. Y se instaló en la caracterización de una víctima de una persecución",finalizó el analista.