"El club del recule y el amague de Cristina", dijo Jorge Joury por FM 98.9 y Pinamar TV

El analista añadió que: "El Gobierno terminará en los próximos días de definir la letra chica del proyecto de ley que enviará al Congreso para compensar al Tesoro por los fondos extra que deberá enviar a la Ciudad de Buenos Aires como consecuencia del fallo de la Corte Suprema de Justicia.Una versión que recorre los despachos oficiales habla de una recaudación adicional necesaria para esa compensación de unos $200.000 millones. Para conseguirlo, el Poder Ejecutivo evalúa dos vías: una suba de la alícuota que paga el juego online y extender a todo el país el pago de un impuesto a los intereses cobrados por los bancos por sus tenencias de Leliq, una medida que rige en la Ciudad de Buenos Aires desde que la Casa Rosada recortó su partida de coparticipación y que un grupo de provincias ya aplicaban con anterioridad.
Es probable que el Presidente diera un paso atrás porque desde la Secretaría Legal y Técnica le advirtieron que iba hacia un callejón sin salida. Estaba latente la posibilidad de un juicio político con consecuencias imprevisibles, poniendo al país al borde de la anarquía". El discurso de Avellaneda fue tibio. Cristina habló de sí misma  y de sus problemas con la justicia, para no perder centralidad en el año electoral que comienza el lunes. Ni siquiera tuvo un mensaje esperanzador hacia el futuro. Mencionar su proscripción es una falacia, porque nadie la persigue sino que tiene una condena por corrupción que no ha quedado firme, con lo cual puede ser candidata. Y es probable que lo sea porque necesita fueros y además con su lapicera seguramente se terminen armando las listas. Su máxima preocupación también tiene que ver con que el largo brazo de la justicia le llegue a sus dos hijos en la causa Hotesur, ya que tanto ella como su marido los pusieron irresponsablemente al comando de esa sociedad.
A lo largo de todo el 2022 la palabra de la vicepresidenta se ha devaluado ostensiblemente. La gran parte de los argentinos, principalmente la clase media, está cansada de sus promesas porque no ve una luz al final del túnel y cree que el proyecto K está acabado. 
Ya nadie le cree, cuando busca posicionarse como una víctima de los jueces, los medios, los empresarios y la oposición. La sigue una secta de zombies que gozan de privilegios en la función pública y manejan las grandes cajas del Estado.
Sin embargo, es  la persona con más poder de fuego en el conurbano, donde se define una elección. Allí conserva una intención de voto del 30% en los nichos más pobres. Por eso abrazó al gobernador Axel Kicillof en el acto de Avellaneda. Es evidente que será su candidato para retener la Provincia y refugiarse allí ante una eventual derrota a nivel nacional. En ese territorio el kirchnerismo se va a jugar la vida repartiendo todo tipo de dádivas. Cristina además apuesta a que Milei le saque votos a Juntos para poner al FdT en carrera.
La severa crisis inflacionaria y gubernamental que sufre el país y las continuas luchas de poder internas y externas en los principales partidos políticos han generado una escenario de hartazgo total en la sociedad argentina hacia la clase política. Hoy existe un rechazo muy profundo a la política, a los políticos, mucha frustración. En esa línea, el diputado liberal Javier Milei supo captar esa bronca, desencanto y resentimiento de la sociedad con la dirigencia política por eso podría darse un escenario de tres tercios donde puede ganar cualquiera. 
En el balance general, la vicepresidenta ve como se escurre de las manos un año negro, durante el que fue condenada por corrupción, se atentó contra su vida, con la escasísima repercusión que tuvo ese episodio terrible en la opinión pública. Además, debió resignarse a sostener una política de ajuste que al comienzo del año ella había rechazado expresamente, y que igual no está sirviendo para frenar la inflación sino apenas para que no se descontrole del todo, aunque el dólar blue está encendiendo luces rojas en el escenario del ministro Sergio Massa", finalizó el analista.