por Télam
El cultivo que buscaba escapar de la sequía con la estrategia de siembras tardías estaría a salvo, aunque dos semanas atrás parecía ser alcanzado, recordó la entidad en su trabajo.
El promedio del maíz tardío para la región es de 93 quintales por hectárea (qq/ha), por lo que el tardío tendría un daño de 22%, lejos del 73% de merma del maíz temprano (sembrado en setiembre y octubre).
Muchos de los tardíos sembrados a fines de noviembre han mostrado menos recuperación y están en condiciones malas a regulares (15%); en cambio, las siembras de diciembre han reaccionado muy bien y son las de mayor potencial, resaltó el informe.
Donde el cultivo no se perdió, estos milímetros solo sirven para llenar los granos, completó la BCR.
En tanto, las lluvias llegaron al castigado cultivo de soja, con una mejora en su condición pero el potencial de rinde estimado no se despega de los 25 qq/ha estimados 15 días atrás.
Aún hay muchas reservas sobre el impacto en rindes, en algunas localidades se habla de una mejoría de 5 o hasta 10 qq/ha pero solo en los lotes muy buenos, que suelen representar entre 20 y 30% del área sembrada.
Las últimas precipitaciones permitieron un mejoramiento en la condición de la soja de primera en la región núcleo: los lotes regulares a malos disminuyeron 20 puntos porcentuales, ahora totalizan 45%.
Y aumentaron los que estaban en buenas a muy buenas condiciones, al pasar de ser 40% los lotes buenos y 15% los que están muy buenos; pero el agua le llegó tarde, concluyen muchos técnicos.