Designaciones de bolsonaristas en Petrobras causan crisis en el gabinete de Lula

"El ministro no puede nombrar consejeros que estén en contra de lo que Lula habló en la campaña, no se pueden poner consejeros que estén a favor de la política de la dolarización de los precios de Petrobras. No podemos cometer una estafa electoral y hay que ser firmes", aseguró hoy la presidenta del Partido de los Trabajadores, al que pertenece Lula, Gleisi Hoffmann, al portal Metropoles.

La crisis se abrió cuando el ministro Silveira, del Partido Social Demócrata (PSD, centroderechista), puso nombres vinculados al mercado financiero y a favor de la privatización de Petrobras en la lista de consejeros de la empresa estatal con capital abierto.

El presidente de la Federación Única de Petroleros, Deyvid Bacelar, afirmó que Silveira "dio una puñalada por la espalda a Lula".

"Es una traición, sugiere nombres que actuaron en el gobierno de Bolsonaro y que defienden la privatización de Petrobras y la política actual de precios, es inaceptable", aseguró el sindicalista, uno de los que alertó a Lula sobre las designaciones de personas vinculadas al mercado financiero y a la agenda privatizadora hechas por el ministro de Minas y Energía.

El PSD es el partido del presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, y es conducido por el exintendente de San Pablo Gilberto Kassab, funcionario del gobernador bolsonarista de San Pablo, Tarcisio de Freitas.

El PSD es clave para la gobernabilidad en el Senado según el esquema de apoyos del gobierno.

El partido que actúa en forma pendular forma parte de la base de apoyo de Lula y es por eso que Silveira fue designado ministro de Minas y Energía, pero la crisis se aceleró cuando aliados de Bolsonaro fueron indicados para integrar el Consejo de Administración.

El exministro de Minas y Energía de Bolsonaro, almirante Bento Albuquerque, reconoció a Folha de Sao Paulo que tiene amistad y dio consejos para el actual ministro de Lula.

El exnúmero 3 de Albuquerque en el ministerio bolsonarista, Bruno Eustaquio, fue designado para integrar la conducción de Petrobras.

Lula decidió frenar la desinversión y venta de activos de Petrobras iniciada en 2016 tras la destitución de la presidenta Dilma Rousseff por los gobiernos de Michel Temer y Jair Bolsonaro.

Es por eso que el Gobierno detuvo la reunión de accionistas para nombrar un nuevo consejo en la empresa, que continúa funcionando con los directivos nombrados por Bolsonaro.

La política ejecutada por Temer y Bolsonaro incorporó la paridad de precio internacional, es decir, que se cobra al consumidor brasileño por los combustibles como si estos fueran importados.

Es por eso que el año pasado Petrobras, según informó el balance divulgado ayer, registró ganancias líquidas de 188.329 millones de reales en 2022, 36.000 millones de dólares, un 76% más que en 2021. Fue el mayor resultado positivo para una empresa en la historia de Brasil.

La empresa, que está controlada por el Estado brasileño pero cotiza en las bolsas de Nueva York, Madrid y San Pablo, anunció un punto polémico fustigado por el PT como la autorización para distribuir los llamados 'megadividendos" entre los accionistas privados, los más importantes fondos de inversión estadounidenses.

En 2022, la petrolera repartió 194.200 millones de reales (unos 37.418 millones de dólares) en dividendos, más del doble que en 2021.

"Es indecente" la política de dividendos surgidos de la dolarización de los precios y de las políticas de venta de activos, dijo la presidenta del PT.