18/04/2024 - Edición Nº2947

Politica

Contrapoder

¡Presidente despierte, que Rosario es narco!

04/03/2023 | En un país serio, un ministro de Seguridad de la Nación como Aníbal Fernández, que dijo a tambor batiente y sin filtro, que "en Rosario ganó el narcotráfico", ya estaría renunciado. Vale preguntarse: ¿Qué espera el Gobierno para crear una fuerza especial de combate, que la provincia se convierta en la Sinaloa Argentina y luego sea demasiado tarde para actuar? Basta con mirar las estadísticas para comprender el momento aterrador que viven sus habitantes. Las amenazas en Rosario aumentaron 62% en un año y en febrero hubo más crímenes que días.


por Jorge Joury


Es un territorio saturado por el olor a pólvora y agujereado a balazos. Pero emulando la canción de Fito Páez pero al revés, para el Presidente, "Rosario nunca estuvo cerca", aunque ahora  argumenta y no deja de sorprender que “los rosarinos y los santafesinos son argentinos” y que, por eso, “algo más habrá que hacer”. El jefe de Estado recién se da cuenta de que allí viven y padecen ciudadanos de los que la preservación de sus vidas, seguridad, libertad y patrimonio son parte de su responsabilidad como autoridad máxima de la Nación. Pero no despierta, es un dibujo que deambula sin saber a dónde va.

Con solo escuchar los relatos de referentes sociales y habitantes de las barriadas, el escenario es más que tétrico. Se trata sin exagerar de un paisaje macabro, de zonas liberadas o convertidas en bastiones del narco. Un negocio que se ha expandido hasta llegar a los umbrales del centro de la ciudad. Los trabajadores y militantes que hasta hace apenas un par de años hacían tareas de asistencia social en esos lugares han sido desplazados por las bandas del crimen organizado.

Las balas también pican cerca de los periodistas, muchos de los cuales deben modificar diariamente sus rutinas para ejercer su trabajo, reducir sus coberturas o las adaptan a las condiciones que les imponen la inseguridad y la violencia. En este marco, jueces y fiscales cargan sobre sus hombros la precariedad de medios con que cuentan y el sospechoso accionar policial en los operativos. Como se ve, la ausencia del Estado es notoria, a pesar de la presencia en el lugar de más de 4000 agentes de la policía provincial y de unos 3200 gendarmes.

Las estadísticas también dan cuenta que hay cientos de policías y media docena de jueces federales condenados por sus vínculos con estas organizaciones mafiosas, además de numerosos procesos casi paralizados, en los que están involucrados legisladores y dirigentes políticos de distinto signo y origen geográfico.

El negocio narco no perdona y ya causó más de 300 muertos en 14 meses en ese territorio y se expande peligrosamente hacia extorsiones armadas con balaceras a hospitales, tribunales y sedes del Servicio Penitenciario.

Si no hubiera ocurrido el ataque a tiros contra el supermercado de la familia Roccuzzo o en la zona Oeste de Rosario, que incluyó una amenaza a Lionel Messi, tal vez la noticia volvería a pasar de largo como otras veces. Es evidente que lo que buscó la mafia, es instalar a nivel mundial la propiedad de una provincia a la que domina como un guante. La palabra Messi, Rosario y narcos, fueron las más leídas y en pocos minutos recorrieron el mundo. Nuevamente la Argentina quedó a los ojos de todos como un país bananero, donde ganan los malos.

Hay que entender que los narcos ganaron, fue porque se los dejó ganar. Los medios nacionales se cansaron de marcar la inacción en el Servicio Penitenciario Federal que miró hacia otro lado y permitió que los capos presos expandan sus negocios más allá de la venta de droga hacia la industria del sicariato, las amenazas y extorsiones armadas, con el uso de decenas de teléfonos celulares. Claro, el gobierno no hizo nada porque donde obtiene más votos es en las cárceles.

Con Rosario en terapia intensiva, quedó plenamente confirmado que nadie le va a arrebatar a Alberto Fernández el título máximo de Presidente incapaz y ajeno a la realidad. Ni siquiera una amenaza narco a Lionel Messi que recibió -balazos y carta mediante- en su Rosario natal lo despertó de su largo letargo cargado de "triunfos" imaginarios. El tiroteo en el frente del supermercado de la familia Roccuzzo fue noticia global e invadió redes sociales, diarios y la TV del planeta. Fue un mensaje claro para el resto de las organizaciones internacionales del narcotráfico. A ellas ahora les quedó claro que Rosario es propiedad de Los Monos. 

Pero el presidente decidió viajar a La Poma, Salta, a entregar 15 viviendas y, ya en Buenos Aires, inaugurar un festival feminista donde reiteró que sus convicciones oníricas no las va a entregar. Ni siquiera la amenaza dejada por sicarios aún impunes: “Messi te estamos esperando. Javkin es narco no te va a cuidar”. Nada lo despertó de su letargo.

Alberto cumplió con el protocolo y punto. Habló con el intendente Pablo Javkin y con el santafesino jefe de Gabinete, Agustín Rossi. No se le cayó la idea de hablar con los servicios de inteligencia y con la AFIP, para pergeñar un plan que paralice el lavado de dinero y evitar que los narcos sigan ampliando su fortuna y  comprando voluntades en los nichos de poder. Aterrizado en La Poma, se refirió por primera vez a lo que había pasado: “Estamos haciendo mucho pero evidentemente algo más habrá que hacer por los rosarinos y santafesinos, porque son argentinos. Todo es Argentina. La Argentina que padece la violencia en Rosario, la que pelea frente al FMI para seguir desarrollándose, la que está en La Poma y que necesita definitivamente del apoyo del Estado nacional para poder crecer”. Nada más tibio y vacío de contenido para tan temerario momento que vive una sociedad que clama por ayuda de las fuerzas federales.

La cuenta de 347 homicidios en los últimos 14 meses en el departamento Rosario, con 58 hechos en lo que va de 2023, según el Observatorio de Seguridad Pública, y 31 en febrero (con más crímenes que días en el calendario); se complementa con ataques como el ocurrido esta madrugada en el supermercado de la cadena Único, con hechos de abuso de arma y heridos a balazos. Los carteles como el que fue dedicado al campeón del mundo en Qatar 2023 son la norma en este tipo de episodios.

En cuanto a los asesinatos, este febrero fue el más sangriento de la historia rosarina. El antecedente más terrible: mismo mes, pero de 2014, cuando hubo 29 crímenes, según números oficiales: En febrero de 2022, por caso, habían sido 22. Y como muestra, enero de 2023 también había sido brutal: 26 homicidios.

Estadísticas oficiales aseguran que entre agosto y septiembre de 2021 se registraron 137 hechos de amenazas y extorsiones. Hubo 223 en el mismo período en 2022, un 62% de aumento. El Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, según sus propias cifras, atiende 40 baleados por mes.
Lo más grave de todo esto, es que el país de a poco se está convirtiendo en el ámbito apropiado para diversos mercados que operan fuera de la ley. No solo es el comercio de drogas, sino que en la alquimia se convive con servicios financieros ilegales, el contrabando, el comercio de indumentaria producida ilegalmente o el tráfico de autopartes de vehículos robados que se expande como una mancha de aceite por los desarmaderos del conurbano.

¿No será hora de crear una DEA argentina, como propone Miguel Pichetto?

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".