Máximo Kirchner inicia una guerra subterránea por las cajas de Kicillof

Desde la residencia de la calle 6 se mantienen firmes: "Nos tienen sin cuidado esas críticas. Antes de firmar cualquier partida sin presupuestar o que no esté debidamente justificada, Axel se corta la mano. Si hay algo que se le debe reconocer al gobernador es que nunca tuvo denuncias de corrupción, lo cual habla bien de él", añadió un vocero del entorno mandatario.

Este nuevo capítulo de máxima tensión en la interna del Frente de Todos escaló el sábado 11 en el acto organizado por La Cámpora en Avellaneda, cuando Kicillof le pidió a la militancia "bajar al territorio para explicar" y condenar "la proscripción de Cristina Kirchner".

Minutos más tarde, el hijo de la vicepresidente lo tomó como una afrenta y salió con los tapones de punta: "Compañero gobernador, no hay que bajar al territorio; hay que subir a la militancia a los lugares". Es evidente que el hijo dilecto de CFK quiere sillones estratégicos del gabinete para sus generales, muchos de los cuales ya tienen pisadas las cajas más millonarias del Estado.

En el acto de Avellaneda sorprendió que Máximo Kirchner se haya despachado tan fuertemente con Kicillof. Los dichos del jefe de Asesores del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Carlos Bianco, demuestran lo mal que cayeron esos conceptos. Bianco respondió : "Somos todos militantes, recorremos todos los días la provincia y eso lo estamos cumpliendo. De hecho me animo a decir que este debe ser el gabinete más militante de la historia en la Provincia".

Desde otros sectores que organizaron el acto también sumaron críticas porque dicen: "organizamos un acto para pedir por la proscripción de Cristina y Máximo Kirchner termina pegándole al presidente de la Nación y le damos títulos a Clarín y La Nación para que sigan con la interna, cuando el motivo era la proscripción de Cristina'".

En esa dirección, el  ministro de Seguridad Aníbal Fernández calentó aún más la interna.

Planteó que la ex mandataria “se critica a sí misma” cuando apunta al Gobierno, ya que ella forma parte de la cúpula del Ejecutivo; y puso en duda de qué trabaja el diputado nacional y líder de La Cámpora. “Son más oposición que oficialismo”, deslizó.

Los cuestionamientos de Fernández no fueron solo para Máximo, sino también para Cristina Kirchner, que el fin de semana desde la Universidad de Río Negro se mostró disgustada por cómo la administración que conduce el Presidente llevó adelante la economía durante estos años de gestión, más que nada en relación a la inflación, el dólar, los salarios y el pacto con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Ella es del mismo gobierno, por lo cual se está criticando a sí misma. Formamos todos parte del mismo gobierno”, reiteró Fernández, a quien cuando le dijeron que la vicepresidenta “habla como opositora”, respondió: “Y qué quiere que haga, retenla a ella, no a mí. Yo trabajo para un solo gobierno, que es el que ganó en nombre del peronismo y hoy representa la voluntad popular”.

Es difícil imaginar a Aníbal deslumbrado con el otro Fernández. Conoce las limitaciones  y sus errores, pero la defensa del jefe del Estado es un buen pretexto para hacer lo que considera oportuno: pegarle al cristinismo e incluso a su jefa y al hijo de la jefa. Pero si vamos al archivo, hay que reconocer que Aníbal Fernández fue, como buen peronista, cuidadoso con los presidentes de ese signo. Fue sumiso con Carlos Menem, con Eduardo Duhalde y con Néstor y Cristina Kirchner. Aníbal actúa como un felino. Merodea y se mimetiza con el peronismo bonaerense. Fue intendente de Quilmes y pasó un período conflictivo. Actualmente vive en Lomas de Zamora; el conurbano es su lugar en el mundo y allí se mueve como pez en el agua. Aunque no lo dirán públicamente, los viejos y los nuevos intendentes peronistas hablan con él más de lo que se sabe. Acuden a su cintura política. Además, con el argumento de la inseguridad, que no resuelve ni él ni nadie, también mantiene buen diálogo  con los gobernadores peronistas.

Uno de los caciques bonaerenses acostumbrado a ganar elecciones sostiene que Máximo Kirchner no quiere que Kicillof sea candidato a la reelección para darle lugar a Martín Insaurralde, con quien simpatiza. Kicillof no es un camporista puro. Es díscolo y no reconoce otro liderazgo que el de Cristina Kirchner. Los propios intendentes peronistas no le tienen mucha simpatía al actual gobernador bonaerense. “Me recibió cuatro veces en casi cuatro años. Una vez por año”, se queja uno de los jefes territoriales más conocidos del conurbano. Por lo que se ve, no es solo Máximo Kirchner el que le tiene antipatía al gobernador.
Los intendentes están preocupados por este clima hostil, pero lo que llama la atención es que no hagan su propio encuentro para decir lo que verdaderamente les molesta. "Si la pelea entre Alberto Fernández y la vice sigue trepando, nos llevará a todos puestos”, advirtió un importante jefe territorial bonaerense.

Desde hace un tiempo que La Cámpora está en estado de ebullición interna. En tal sentido, se inició un proceso de debate interno donde el ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, Andrés Larroque, quien hasta hace un tiempo era el Secretario General. El "Cuervo" dejó ese asiento que será ocupado por la legisladora porteña Lucía Cámpora. Por su condición de verticalidad, Máximo Kirchner, su creador, seguirá siendo el referente principal, pero así como Larroque da un paso al costado y ya se encuentra enfocado en el espacio La Patria es el Otro, también habrá cambios en la estructura interna dentro de la organización.

“Estamos en un proceso de transición”, reconoció días atrás Larroque en una entrevista. Así, el saliente dirigente blanqueó una discusión que viene dándose puertas adentro y que llevó más tiempo del esperado. La legisladora Lucía Cámpora será la nueva Secretaria General. Se trata de la sobrina nieta del ex presidente peronista, secretaria de la Juventud Peronista nacional. Estudió en el Colegio Nacional de Buenos Aires, donde formó parte del centro de estudiantes como muchos otros actuales dirigentes. Dentro de la conducción lo explican como una cuestión generacional que obliga a un reacomodamiento.

Hay también cuestiones de envejecimiento de por medio. Aquellos "pibes para la liberación" ya rondan los 45 años o más y no hablan desde un lugar de militancia joven, que fue una de las características fundacionales. "Tienen cargos altos en el gobierno, manejan cajas suculentas y cuentan con billeteras llenas. Pasaron 15 años desde la fundación de la Orga y ya no hacen miles de kilómetros por el país hablando con compañeros", lo sintetizó un intendente partidario.

Las caras visibles de La Cámpora, que integran la mesa de conducción y que se reúnen  cada tanto sin  diálogo fluído son, además de Larroque,  la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza; el ministro del Interior, Eduardo de Pedro; la titular de PAMI, Luana Volnovich; de ANSES, Fernanda Raverta; el secretario administrativo de la Cámara de Diputados, Rodrigo “Rodra” Rodríguez; la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti, su par Mariano Recalde; la diputada nacional Paula Penacca; entre otros. Desde hace años que se alejaron de la organización José Ottavis y Juan Cabandié, quiénes también formaban parte de la toma de decisiones y los orígenes. El máximo lauro obtenido por la Orga, que no es poco, es haber ganado la conducción del PJ bonaerense.

La dirigencia kirchnerista está preocupada porque se está humedeciendo la pólvora y el poder de movilización. En esa dirección, el último miércoles se celebró un cónclave a puertas cerradas en la ciudad de Ensenada. Allí, se hizo un repaso de la jornada del sábado 11 en Avellaneda y se trazó un esquema de los próximos movimientos del espacio que hoy por hoy parece encuadrado en el espacio La Patria es el Otro, un conglomerado de agrupaciones K, busca centralizar la discusión política electoral alrededor de la figura de la Vicepresidenta y presiona para que Alberto Fernández de un paso al costado en su plan reeleccionista.
La idea es repetir el acto de Avellaneda en diferentes puntos del país, arrancando por el norte, luego el centro, la patagonia y las ciudades del llamado interior bonaerense.

Esta estrategia, apunta a reforzar el mensaje de la proscripción denunciada que pesa sobre la vicepresidenta en distintos puntos del país. En términos electorales, el kirchnerismo se muestra potente en la provincia de Buenos Aires, pero sabe que el escenario es complejo en otros centros urbanos como Córdoba, Mendoza o Santa Fe y, algunos dirigentes, reconocen que “no alcanza”, solo con la provincia que hoy gobierna Axel Kicillof para ganar la elección.

De la reunión en el territorio de Mario Secco, además del lord mayor de Ensenada, participaron el gobernador bonaerense, Axel Kicillof; los intendentes Jorge Ferraresi (Avellaneda), Fabián Cagliardi (Berisso); la ministra de Gobierno bonaerense, Cristina Álvarez Rodríguez, su par de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque; de Trabajo, Walter Correa, de Mujeres y Diversidad Sexual, Estela Díaz, la presidenta del Instituto Cultural de la Provincia, Florencia Saintout; los diputados nacionales, Hugo Yasky, Sergio Palazzo, Vanesa Siley, Leopoldo Moreau; los referentes sindicales, María Rosa Martínez, Federación Gráfica; Roberto Baradel, Suteba; Sonia Alesso, CTERA y Paco Manrique, SMATA.

Además se sumaron el secretario de Obras Públicas de la Nación, Edgardo Depetri, la presidenta del bloque del Frente de Todos en el Senado bonaerense, Teresa García; el titular de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo, Eduardo Montes, el titular de ACUMAR, Martín Sabbatella, el Jefe de Asesores del gobierno bonaerense, Carlos Bianco; el titular de AFIP, Carlos Castagneto y los dirigentes, Lauro Grande, Adrián Grana, Diana Conti, Nahuel Bibe, Héctor “Gallego” Fernández y Gastón Castagneto.

El próximo 24 de marzo, preparan otra demostración de fuerza en la calle con la movilización por el Día de la Memoria que va desde la ex Esma hasta Plaza de Mayo. Se trata de una procesión que puede durar varias horas y que ganará centralidad informativa. Según una fuente camporista, fue en esa marcha del 2017 cuando mostraron músculo político y que seguían vigentes. Hoy sacan pecho señalando que "después de la derrota del 2015 muchos sostenían que íbamos a desaparecer y aquí estamos". Quieren revalidar títulos, pero en el cónclave de Avellaneda les faltó muñeca  para demostrarlo.

"Hay un hartazgo de peleas que muchas veces rozan o implican una falta de respeto institucional a la figura presidencial" sostiene Daniel Scioli. Sin cortar lazos con el presidente Alberto Fernández, a quien defiende de los ataques de los leales a Cristina Kirchner, Daniel Scioli asegura que quiere “una nueva oportunidad”. 

No obstante, el armado del tablero de ajedrez de la política argentina recién lo empezaremos a ver en Mayo. Las dudas son si Macri juega, si Alberto se baja o insiste en buscar su reelección, si Massa endereza el barco de la economía y se convierte en el candidato. Y el postre es,  si Cristina se deja seducir por el operativo clamor que ella misma deja correr y acepta presentarse. Todo se transporta hacia ese mes, porque en junio vence el plazo para presentar listas. 

En este contexto, el kirchnerismo cada día se está alejando más y se pone una venda en los ojos frente a los padecimientos de una sociedad castigada por una economía desmadrada. La agrupación se ha convertido en una calesita que le habla más al dedo de Cristina y a todo lo que ocurre a su alrededor. Solo piensan en la lista y en qué lugar los va a colocar la Jefa. Esa desconexión se refleja en las encuestas. El oficialismo cada vez pierde más vuelo y se muestra como una bolsa de gatos que no ofrece futuro. La gente ya tiene en claro que esos dirigentes corren solo detrás de la zanahoria.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".