26/04/2024 - Edición Nº2955

Politica

Contrapoder

La pobreza le oscurece el futuro electoral a Kicillof

01/04/2023 | Los datos de la pobreza en el conurbano bonaerense, que pegó un salto exponencial y afecta al 45% de la población, le borraron la sonrisa al gobernador Axel Kicillof. Le preanuncian el riesgo de una derrota en el corazón de su poder territorial. Además, le ponen toda la presión a Cristina Kirchner que sueña con establecer su futura fortificación en la Provincia, ante un posible revés del FdT a nivel nacional.


por Jorge Joury


 A pesar de esas cifras dramáticas, el panorama hoy seguramente es más grave, porque estos datos son del año pasado, cuando todavía no había pegado lo peor de la actual inflación, la sequía ni el freno de la economía. Frente a este escenario que irrumpe en la campaña como un mazazo para el oficialismo, la pregunta que asoma es inexorable: ¿Puede ganar el peronismo con esos números?.

El Indec confirmó que entre el primero y el segundo semestre del año pasado la Argentina sumó cerca de 1.400.000 personas pobres más. Fue un salto del 36,9% al 39,2% a nivel nacional y, en el caso de los partidos del gran Buenos Aires, pasó del 42% al 45%. Son 5.740.000 bonaerenses con ingresos insuficientes sólo en los municipios del AMBA.

Además, un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), donde se nuclean economistas que son escuchados con especial atención por Cristina Kirchner, menciona entre las causas del aumento de la pobreza factores que impactan en el humor social y, por lo tanto, en las chances electorales.

El trabajo subraya el aumento de los precios de alimentos, la caída del salario de los trabajadores no registrados y de los que perciben el salario mínimo vital y móvil (SMVM). También detecta un deterioro similar en los ingresos de los empleados registrados, de los jubilados de la mínima, y la capacidad de compra de los diversos planes sociales (la AUH y la Tarjeta Alimentar, entre otros).

En el repaso de los datos del segundo semestre de 2022, cuando la gestión de Sergio Massa buscó restablecer los equilibrios perdidos en medio de la feroz interna que terminó con Martín Guzmán fuera del Ministerio de Economía, la investigación señala caída de ingresos y de poder adquisitivo de entre y el 3% y el 10%.

La pobreza hoy afecta a más de 18 millones de argentinos. Por poner algunos ejemplos que reflejan la magnitud del fenómeno, es como si un país como Chile fuese pobre de punta a punta o el equivalente a 214 estadios de River repletos, a razón de 84 mil espectadores cada uno.

En materia política tampoco se puede ignorar que la  retirada de Mauricio Macri dejó una bomba de tiempo activada en el universo kirchnerista. En  la estructura discursiva, obliga al núcleo duro a buscar otro blanco de ataque que no sea él. El líder del PRO adelantó los tiempos y le pegó al oficialismo por debajo de la línea de flotación. Significa un comienzo de fin de ciclo para el orden político establecido desde hace dos décadas, con las antinomias kirchnerismo-antikirchnerismo, macrismo-antimacrismo. 

También le puso freno de mano a Javier Milei, que venía creciendo mucho en medio del desorden.

El líder del equipo amarillo no solo se coloca por encima de la compulsa electoral y sale indemne de ella, sino que como todo ex presidente va a seguir teniendo peso en todas las definiciones que se determinen dentro de Juntos por el Cambio.

La jugada florece, en momentos en que Sergio Massa y sus muchachos están rascando la olla en busca de dólares para llegar a diciembre,"chocando el auto lo menos posible antes de entrar a boxes", como reconoció el ministro ante algunos hombres de negocios norteamericanos. 
La señal de alarma se encendió en el sistema financiero la semana pasada, a poco del anuncio de Sergio Massa para canjear los bonos dolarizados de la Anses por otros títulos en pesos. La caída semanal de los depósitos fue de 100 millones de dólares que la gente sacó de los bancos. 
Y para colmo de males, el escenario políticamente es complejo para la coalición gobernante. Se observa un todos contra todos, una guerra despiadada a cielo abierto y sin códigos por una porción de poder, tratando de demoler al Presidente.

Hasta el momento, en el relato K, Macri había sido el demonio y la encarnación de la herencia maldita. Era la excusa justa para usar el látigo y azotarlo de manera frecuente ¿ Y ahora, fuera de competencia, a dónde apuntarán los dardos del kirchnerismo? ¿Qué hará Cristina? ¿Cumplirá también con su palabra dando un paso al costado o encabezará la lista de senadores por la Provincia? Todo está por verse, en una coalición oficialista en estado avanzado de descomposición, en retirada y con un presidente que es "una marioneta", como dijo Macri.

El oficialismo es una bolsa de gatos llena de enigmas. Algunos opinan que hay que dejar correr a Alberto y aplastarlo en las PASO. Pero Cristina es un signo de interrogación. En cuanto a Massa, es el candidato más serio pero está cercado por la inflación y Axel Kicillof no quiere salir de la provincia, porque sabe que pierde.

El silencio de Cristina es una prueba elocuente del desconcierto reinante. Pero nadie está dispuesto a dar un paso al costado, ni menos imitar la conducta de Macri. El clima de guerra se mantiene.

En la Casa Rosada asimilaron que con la decisión de Macri, sumado al anuncio de la vice, hay una caída en picada de los “liderazgos duros”.Observan que queda diagramado un escenario menos polarizado, pero encontrar la salida debido al clima bélico imperante, sigue siendo un laberinto oscuro y plagado de sanguijuelas.

 La mayoría de los dirigentes, principalmente los del interior y algunos de la rama sindical, sostienen  que es necesario que en el peronismo se pueda discutir un rumbo nuevo y los pasos a seguir para generar opciones que le den futuro y lo devuelvan a sus fuentes históricas. Pero el drama es que no hay candidatos con la suficiente fuerza que puedan instalarse en pocos meses para dar la gran pelea. No la quieren a Cristina, pero la necesitan en la boleta para ganar la provincia de Buenos Aires, donde ella aún tiene su mayor caudal de votos.

En esa línea, refuerzan la idea de la “unidad peronista” y resaltan la necesidad de unas PASO para dirimir liderazgos. En definitiva, las elecciones primarias parecen ser la fecha clave para que se produzca el ordenamiento final del peronismo.

Un ex general duhaldista de la vieja guardia, que supo ganar importantes batallas electorales en  GBA acercó su punto de vista. Cree que el operativo clamor "es para mantener poder de negociación e inmovilizar la discusión electoral. Por fuera del kirchnerismo duro y La Cámpora, no hay entusiasmo por una candidatura de CFK. El peronismo no está movilizado por eso. A Cristina ya no le temen y ha perdido el poder de fuego, aunque no el de daño”, redondeó.

El mismo informante cree que la determinación de Macri a la que más perjudica es a La Cámpora, que ya no tendrá en la figura del  ex presidente un tiro al blanco para vaciar sus armas acusándolo de ser el causante de todos los males del país. Macri los descolocó, porque los dejó sin la figura del enemigo principal y sin hipótesis de conflicto.

Mientras tanto, el kirchnerismo de paladar negro sigue dinamitando la cancha para que Fernández se baje de su reelección y cuanto antes. “Estamos esperando que Alberto entre en razón pero se ve que no lo hace. Insiste con algo que no va a pasar”, sostienen en la "Orga", dejando entrever que el clima interno se va a poner cada vez más denso.

La economista y ex diputada del Frente de Todos, Fernanda Vallejos -la misma que protagonizó un escándalo en 2021 tras la filtración de audios en los que, entre otros agravios, hablaba del "pelotudo de Alberto"- salió a echar más leña en la interna oficialista, asegurando que el Presidente "no tiene posibilidades de ganar ni a las figuritas" en las próximas elecciones.

Vallejos comparó a Alberto Fernández con Mauricio Macri, al asegurar que ambos tienen "el mismo karma de impopularidad". "¿Quién quiere ir a una elección con un candidato perdedor?", se preguntó.

Y como si fuera poco, Sergio Berni se sumó al coro de detractores indicando que. "Si Néstor se levanta de la tumba lo saca a Alberto a patadas en el orto".

Pero lo cierto es, que ni Alberto Fernández ni Cristina Kirchner van a bajar sus potenciales candidaturas en el corto plazo. Juegan a las escondidas. Acumulan el poder que pueden para condicionarse mutuamente en el momento del armado de listas. Lo más probable es que ninguno de los dos compita por la presidencia y ella vaya encabezando la lista de senadores por la Provincia. Mientras tanto, Massa espera sacar cualquier ventaja que lo posicione. No obstante, la recesión a la que se encamina la Argentina en este año de elecciones pone al ministro con la soga al cuello.

Ninguna de las consultoras computan los efectos de una devaluación en esos escenarios, un evento que a esta altura nadie podría descartar. Aun así, el golpe será gravísimo.

Sin dólares, al Gobierno no le queda más alternativa que ajustar la economía para evitar un choque mayor. Hay quienes sostienen que la devaluación está a la vuelta de la esquina.

En este contexto tan complicado, desde el kirchnerismo plantean medidas concretas, contracíclicas, que intenten preservar la actividad y el consumo.

Pero lo que está pasando en la coalición gobernante, es que es imposible avanzar en algo. Todos se desconfían y se están pegando permanentemente un tiro en los piés, mostrando la peor foto en un año electoral. 

Por ejemplo, Cristina ya no llama más Sergito a Massa. La estrella del ministro se está apagando al no poder domar la economía. Massa además está que vuela con Alberto Fernández, porque dice que desde la Casa Rosada lo operan y le embarran la cancha .Y kicillof está que vuela con Aníbal Fernández por la presencia de gendarmes en su territorio sin avisar. 

Existe un divorio entre los socios  que parece dejar más que claro que ya no hay unidad posible, y que la posibilidad de un consenso en torno a la estrategia electoral y las principales candidaturas es cada vez más difícil. Una situación en la que queda en claro que los tres principales líderes del oficialismo, es decir, el Presidente, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa, no tienen la capacidad de ordenar por sí solos el espacio. No obstante, muestran con sus conductas cierta capacidad de condicionar procesos, vetar ciertas decisiones, y provocar daños en las estrategias de sus adversarios internos. Por ejemplo, el enfrentamiento entre Alberto y Massa escaló en los últimos días a un punto peligroso porque en el espacio del ministro creen que los obstáculos de la gestión económica son motorizados por el entorno del presidente.

En la Casa Rosada se comenta que el plan presidencial es tomarse la revancha y que todas las desgracias caigan sobre Massa y Cristina para que lleguen desgastados al cierre de listas y las opciones sean Alberto o Scioli. "Voy a terminar con 20 años de kirchnerismo", dicen que se le escuchó decir al primer mandatario en uno de sus raptos de ira. 

En cuanto a Kicillof, vive horas de extrema tensión porque pretende cerrar cuanto antes la candidatura a la gobernación para pelear por la reelección. No quiere por nada que lo propongan como presidenciable. Son 60 días que tiene que soportar para que la situación se descomprima.

En el FdT saben que sacar al gobernador de la competencia provincial implica un riesgo alto. ¿Cuál? Quedarse sin la nación y sin la provincia. En todos los sectores del peronismo hay plena conciencia que ganar la elección en octubre o, eventualmente, en el balotaje de noviembre, es cada día más difícil. 

Los encuestadores sostienen que una foto electoral aproximada a la realidad recién se puede lograr a principios de julio, cuando los candidatos ya están definidos y falta poco para las PASO. 

La mayoría de los analistas observan un descenso marcado de la intención de voto del oficialismo, es decir, una reducción de entre el 30 y 40% en los distritos electorales más importantes del país. 

Como estrategia de futuro, el kirchnerismo necesita conservar la provincia de Buenos Aires. La necesidad de que Cristina Kirchner esté en algún lugar de la boleta es cada día mayor. Sin ella, según cálculos que hacen algunas consultoras, el Frente de Todos podría perder cerca de 5 puntos, que pueden ser determinantes para pelear la elección.

En el peronismo también va creciendo la idea de que se lleve adelante una PASO competitiva entre dos modelos. Un representante del kirchnerismo y otro del peronismo tradicional. Esa es la postura que empuja el Presidente, que está convencido que hay discutirle el poder al sector K y cambiar la conducción del espacio político. La relación entre ambos sectores internos ha sufrido un fuerte desgaste a lo largo de la gestión y parece imposible que ingrese en un proceso de reconstrucción.

El panorama  que le espera al futuro gobierno es complicado, pero teniendo en cuenta que el mundo necesitará cada vez más alimentos y energía, el país puede volver a crecer de manera rápida y ordenar sus cuentas fiscales. Todo depende de la seriedad de quien se haga cargo de manejar el barco y la confianza que despierte un futuro plan económico del que tanto se habla.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".