24/04/2024 - Edición Nº2953

Politica

Contrapoder

En el revoltijo, el voto bronca aterriza en Milei

06/05/2023 | Actualmente, Argentina es el país de los disparates, conducido por pilotos suicidas. Resulta increíble, pero en medio de la sangría por la falta de reservas y con una inflación implacable, el gobierno salió a comprar un avión presidencial por 25 millones de dólares. Lo grave, es que para los expertos "ese modelo no se fabrica más desde el año 2005 y no tiene ningún valor de mercado. Se va a terminar pudriendo en el Estado argentino”, aseguran. El gasto resulta obsceno, cuando en los comedores y merenderos populares del conurbano bonaerense se agota la comida y corren los peores rumores de saqueos.


por Jorge Joury *


No es ni más ni menos, que una muestra de que la política está rota y ajena a la realidad. En este escenario de verdadero revoltijo sin ideas, el que suma es el libertario Javier Milei, el único que propone una salida concreta a la crisis. 

Mientras la bronca social crece como hongos venenosos, la CGT se esfuerza en hacerle reverencias  al ministro de Economía, Sergio Massa, el hombre del 110% de inflación, el dólar a $500, los sueldos que no alcanzan y la pobreza que avanza.

Insólitamente, pese al escenario de angustias, la dirigencia gremial no le ha hecho ningún paro a este gobierno. Los datos oficiales muestran que la conflictividad es la más baja desde hace más de 15 años.

La central obrera solamente ha dado un documento vacío de contenido. Lo titularon:" La Argentina que nos merecemos, estamos a tiempo". ¿A tiempo de qué?, si nos estamos estrellando cada vez más rápido a bordo de la impotencia y de internas políticas sin sentido. Basta mirar los datos de la realidad: una inflación anualizada que llega al 104%, una economía estancada desde hace más de una década, un alto déficit fiscal y una severa sequía que redujo en US$20 mil millones los ingresos por exportaciones del sector agropecuario.

Dios dejó de ser argentino y castiga sin palo y sin rebenque. Hay que decirlo con todas las letras: estamos al borde de caer al precipicio y sin red.

Los últimos sondeos acercan una radiografía social oscura. El politólogo Hugo Haime lo graficó con absoluta crudeza: "el último mes, el 60% de los electores percibe en sus conciudadanos enojo/bronca, y cerca de un 35%, tristeza/desánimo. Estos valores de enojo  no son nuevos, están detectados desde los años 90 y se encuentran dentro de los máximos en nuestra serie histórica. Llegaron a estos números en tiempos especiales 1998, 2001, 2002, 2009, 2010, 2013 y actualmente".

Para Haime, "lo que hacen es expresar momentos en los cuales parte de la sociedad está propensa al conflicto social y/o se preanuncia intención de impulsar un cambio de ciclo político. No hay una regla para lo que va a ocurrir a futuro pero dicho porcentaje es indicador de una fiebre que se puede agravar sin el remedio adecuado".

El oficialismo debería recordar aquella frase de Perón: “cuando los pueblos agotan su paciencia, hacen tronar el escarmiento". Cuidado, porque enojo más desesperanza, es un cocktail letal. Los pesos queman y cada día valen menos. Los sueldos se derriten. Alberto Fernández ha dejado de ser presidente, para convertirse en una figura decorativa. Fue a Brasil en busca de ayuda financiera y se vino con las manos vacías porque nadie confía en el país. Lo grave, es que esto sucede precisamente en un escenario de elecciones donde se necesita mano firme en el timón, cordura y equilibrio. A esto, se le suma el contexto histórico que hace sonar las alarmas. El país ha tenido en las últimas cuatro décadas ciclos políticos que en su mayoría concluyen en una crisis.¿Alguien se anima a ponerle fecha ahora a ese fantasma que comienza a aparecer de nuevo en medio del creciente malhumor social?

No olvidemos, que este fenómeno sucedió a fines de los 80 y a comienzos de la década siguiente con la hiperinflación y el posterior plan de convertibilidad. Y se repitió luego con el corralito de 2001, que derivó en un estallido social y en cinco presidentes en sólo dos semanas. En los últimos meses, el fantasma de esas crisis  ha vuelto a resurgir a medida que el país apila desesperanza en medio de la inestabilidad económica.

La corrida cambiaria que enfrentó la Casa Rosada días atrás es un llamado de atención que podría preanunciar que lo peor está por venir. Frente al clima de crisis, la divisa norteamericana se ha convertido como históricamente lo hizo, en un refugio ante el temor de un colapso económico y una severa devaluación. En este marco, se habla de un dólar blue de $700 para noviembre, mientras algunos aseguran que las reservas del BCRA se encuentran en torno de los US$1.000 millones. Preocupante el panorama, si tenemos en cuenta que antes de agosto hay que cubrir compromisos por 6 mil millones de dólares con el FMI.

Mientras que los privados pierden, en la otra vereda, la inflación es un gran negocio para el Estado, que ve licuadas sus obligaciones, achicando la deuda interna, pero a costa del empobrecimiento de la gente.

Del otro lado del mostrador, los salarios agonizan y ni que hablar los haberes de los jubilados, mientras hay una vicepresidenta que cobra de pensión más de 8 millones de pesos mensuales.

La canalización de la bronca frente a los desacertados pasos de la política viene siendo incentivada además por estrategias electoralistas de ambas partes que piensan que Milei le roba votos al otro, y sólo polarizando con él pueden ganar en un ballotage.

La reunión de los principales economistas de Juntos por el Cambio dejó sabor a poco. La mesa nacional de la coalición opositora los convocó a una cumbre para fijar posición sobre la crítica situación actual, pero no se logró llegar a un consenso sobre qué hacer con la inflación.

Además, las tensiones que se abrieron días atrás entre Horacio Rodríguez Larreta y Mauricio Macri a partir de las elecciones concurrentes en la ciudad de Buenos Aires pueden terminar perjudicando a Juntos por el Cambio y contribuir al crecimiento del libertario Javier Milei, al que le asigna una intención de voto superior al 20% a partir de las encuestas. Es más, existe la alternativa de que Milei pueda convertirse en agosto en el candidato individual más votado, al no tener rivales en su sector.

La alta adhesión que concentra el diputado libertario en el marco de una inflación en subida y los problemas de los partidos políticos tradicionales para definir sus liderazgos tradicionales conllevan a la posibilidad que avance el voto bronca. El alto apoyo de Milei entre los menores de 30 años -que bordea el 35%- deja a cielo abierto un profundo cambio cultural en Argentina, que evidencia el hastío de un sector de la población con las opciones políticas que han gobernado hasta ahora. Un escenario que podría abrir un nuevo ciclo político y acrecentar la incertidumbre sobre el futuro del país.

Hay intendentes bonaerenses oficialistas que sostienen que la única chance de ganar las elecciones es polarizando con Milei. Quieren enfrente una expresión de la extrema derecha y que se repartan el electorado entre él y Juntos por el Cambio. "Es la única que tenemos. Un balotaje con la expresión más radicalizada. El único escenario que tenemos es el de tres tercios, sino estamos muertos”.

Otro alcalde que gobierna uno de los municipios más poblados disparó: “Hay que cascotear a Milei metiéndole miedo a la gente con que el libertario trae políticas que pueden hacer volar todo por los aires, generando más inflación y pobreza. Cristina lo subió al escenario porque no ve otra alternativa para mantener el poder".

La Vicepresidenta durante su discurso en La Plata, cuestionó el plan de dolarización que tiene el economista y advirtió que podría llevar a la Argentina a un colapso similar al de la crisis del 2001. En clave electoral, lo eligió como contrincante y le dio centralidad dentro del esquema opositor.

El escenario de tercios que se imaginan en el Instituto Patria incluye una división de votos similar entre el Frente de Todos, Juntos por el Cambio y la Libertad Avanza. De esa proyección sacan al espacio que lideran Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey y que, según las principales encuestas, actualmente oscila en los 5 puntos. No lo ven como una competencia directa.

Más allá de la adhesión de los jóvenes, el crecimiento de Milei en las encuestas es pronunciado y sostenido. No es un globo de ensayo ni una fantasía política.

Milei no solo aparece como el nombre propio que podría dejar tercero al peronismo en la elección general, sino también como el que puede ser parte, sin quererlo, de una estrategia del oficialismo para llegar al balotaje. Los dos giros en una misma elección. Lo cierto es que el dirigente opositor figura en todas las hipótesis electorales de la actualidad.

El mejor escenario que imaginan en el peronismo es que Patricia Bullrich le gane a Horacio Rodríguez Larreta en la interna de Juntos por el Cambio y que en la elección general quede en pie junto al economista libertario y el candidato oficialista. Así, entienden, se dividirá el voto duro de la derecha y podrán tener más posibilidades de pasar al balotaje.

En este contexto, el gobierno prepara la llegada de un plan platita. Las elecciones PASO serán en 90 días, y el FdT necesita ser competitivo. La estrategia financiera es muy clara, tasas de interés en el 91% anual, y subas del dólar futuro en busca de calmar el dólar presente. Se está preparando un escenario económico apuntando a que la inflación no se desboque, el tipo de cambio aumente un poquito menos que la inflación, y crear un escenario de mejora económica en los próximos 90 días. Pero si la emisión continúa y no llega la ayuda en dólares del FMI, la bomba puede activarse en cualquier momento

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".