29/03/2024 - Edición Nº2927

Politica

Contrapoder

Sensación de hiper en el país del "quilombo"

16/05/2023 | El plan de Sergio Massa para apagar el fuego, se parece más a la mecánica de un ilusionista, que al perfil serio de un ministro de Economía. Lanzó el domingo nuevas medidas y ayer el dólar blue subió 9 pesos, cerrando a $483.


por Jorge Joury


En su peor momento y bailando con la más fea, Massa reveló sin filtro, que "al Gobierno ya no le entra un quilombo más". Dijo la verdad, pero sin embargo, salió a reforzar su proyecto político. Lo que busca es demostrar hacia adentro y afuera, que va a ser candidato y que él maneja los hilos de la economía. Es evidente, que lo va a seguir haciendo, aunque en el ambiente se respira sensación de hiper y se pronostica para Mayo una suba del 10% en el costo de vida.  Pese a los dos dígitos que están por venir, Massa sabe que el FdT no tiene a otro jugador de peso y que si se baja del caballo inmediatamente se convertiría en otro “pato rengo” como Alberto Fernández y el Fondo tendría más dudas en renegociar el acuerdo. A su mesa chica, el tigrense le transmitió una consigna: en las próximas tres semanas se juega su futuro. Es su manera de fabricar espejitos de colores para estar en el centro de la escena. Juega simultáneamente, una carrera contra el calendario, y la realidad misma. El ministro evaluó que en ese lapso puede conseguir el esperado guiño del FMI para un desembolso adelantado e hilvanar un viaje triunfal a fin de mayo por Washington para rubricar el acuerdo, y por Pekín para consolidar el swap. Después mostraría algún descenso en la inflación de este mes a partir de las medidas que lanzó el domingo y así quedaría posicionado electoralmente.

Son solo parches del Plan Llegar para llegar a la meta eleccionario en un país quebrado por donde se lo mire, mientras no se encuentra la salida para apagar los motores de la inflación.

Encima, lo delirante de la situación es que Alberto Fernández reconoció que no está al mando de la Argentina y que se entera por los medios de las medidas que toma su propio ministro de Economía. Furioso, dispara contra los medios. A su vez,  es evidente que no lee los comunicados de los ministerios, del propio BCRA ni lo que se publica en el Boletín Oficial. Es la muestra de que ya no le cabe al gobierno un quilombo más, como dice Massa.

Ahora el próximo tramo de las medidas es anunciar una nueva moratoria impositiva con la intención de cubrir la fuerte baja de ingresos por retenciones producto de la sequía. Será para las pymes, quienes ante la falta de financiamiento y efectivo hoy probablemente ya se cubrían de la falta de cash postergando impuestos. Para completar se subsidiará más el crédito en cuotas en medio de una fuerte represión financiera y con elevadas expectativas de devaluación, lo que puede impulsar el consumo de bienes durables (en dólares). Es más IVA y menos pesos sueltos. El BCRA sueña con que ese consumo, tarde o temprano, achique la bola de Leliq, algo difícil de materializar.

Otro paso riesgoso es importar alimentos del exterior a través del Mercado Central vía un fideicomiso. La pregunta de los observadores económicos es: ¿No afectarán estos ingresos del exterior el trabajo en las fábricas nacionales? 

Qué más puede hacer Massa en medio de este contexto, si en estos 20 años de gobierno el kirchnerismo no hizo otra cosa que construir un Estado enorme, ineficiente y planero, además de llenarlo de deudas y ñoquis. Destruyeron la meritocracia, alentaron el populismo y le hicieron creer a mucha gente que da lo mismo trabajar que no hacerlo. Cultivaron la idea de que  da lo mismo estudiar qué pararse en la vereda de la ignorancia, cumplir con la ley que delinquir y a la Justicia la consideraron persecutoria porque les puso el aliento en la nuca, desactivando la teoría delirante de la "proscripción". Arrasaron con el pensamiento libre y a quienes no estuvieron de su lado los consideraron el enemigo. No les importó tampoco que miles de familias se fracturaron  por cuestiones ideológicas y terminaron convirtiendo la mesa del domingo en un ring. Eso ocurrió, en medio de un festival de aumentos de impuestos, mientras ostentamos los peores salarios del continente y los jubilados están ubicados en el rincón del olvido y se los utiliza para materializar el ajuste, mientras CFK cobra más de 8 millones por mes en sus haberes. Hubo además siempre en la bit´pacora kirchnerista amenazas de expropiaciones y hasta el concepto de demoler el sistema de propiedad privada con el visto bueno a las tomas de tierras.Y para colmo de males, en medio de la pandemia y con más de 100 mil muertos, se perdió tiempo en la compra de vacunas, nos encadenaron en nuestros hogares, mientras funcionaban los vacunatorios vip, exclusivos de su guardia imperial y se festejaron cumpleaños en la residencia de Olivos transgrediendo los protocolos que ellos mismos impusieron y amenazaron hasta con penas de prisión para quienes los violaran.Entre 2003 y 2007, el kirchnerismo desaprovechó su tiempo dorado con la tonelada de soja a más de 600 dólares y el viento de cola de la economía. El país crecía al 8% anual. Pero cuando el sol salía para nuestra economía, empezaron a crear un proyecto hegemónico de alternancia, que se cortó con la muerte de Néstor Kirchner. La idea era hacer lo mismo que en Santa Cruz, una suerte de abandono del interés nacional en pos de ventajas políticas domésticas de cortísimo plazo. Al día de hoy, además aún no sabemos a dónde fueron a parar aquellos 600 millones de dólares que Menem le mandó a Kirchner en concepto de coparticipación por las regalías petroleras y que el por entonces gobernador guardó en alguna alcancía de un paraíso artificial cuyo destino es un enigma.Kirchner mandó al cesto la mejor coyuntura de la historia reciente. El ciclo virtuoso de las commodities recién se iniciaba. Estaba empujado por el ascenso de China, potenciado por su ingreso a la OMC en noviembre de 2001. Nadie ignora que todos los países de la región gozaron de ventajas irreproducibles en aquella primera década del siglo.

Pero a diferencia de lo que ocurrió en Uruguay, Chile o Perú, por ejemplo, las reformas modernizadoras llevadas adelante en los años 90 serían revertidas. Una verdadera contrarreforma volvería a reinstaurar la Argentina inflacionaria, estatista y dirigista que había hecho eclosión a fines de los años 80.

El esfuerzo por alcanzar la estabilidad fue destruido por los populistas que en el altar del corto plazo sacrificaron los intereses nacionales. Al tiempo que se volvió a la emisión descontrolada, las innumerables regulaciones, los controles de precios, los cupos, las cuotas y los privilegios a través de los cuales desde una oficina gubernamental se decide la suerte y la fortuna de los argentinos. Todo eso lo padecemos hoy.Y sin embargo, las incongruencias siguen. Por ejemplo, a Cristina la volvió a traicionar el subconsciente durante su discurso en el Teatro Argentino de La Plata. Al aludir a Louis Vuitton, la vicepresidenta hizo referencia al multimillonario francés Bernard Arnault, dueño de la prestigiosa marca de lujo.“¿Saben quien es el hombre más rico del mundo? Un francés, Bernard Arnault. Que es el dueño de las marcas de lujo que le venden a los ricos del mundo”, declaró.

Y luego añadió: "Esto significa una modificación y una profundización de la concentración del ingreso. Nada bueno puede salir de eso”.

Lo que Cristina no dijo, es que ella forma parte de los ricos que crítica en sus discursos, porque en varias fotografías de sus viajes al exterior, se la ve llevando alguna cartera o prenda con el prestigioso sello LV de la marca francesa.

Después de 20 años de fracaso, ahora a Massa le toca prolongar la agonía, pero el kirchnerismo ve venir una derrota y en su ceguera política no logra ordenarse detrás de un solo candidato. La situación actual se parece a los últimos meses de Isabel Perón. La ecuación es sencilla: Cuando nadie le cree al Gobierno,  es porque está listo.


*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la Universidad Nacional de La Plata. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".