
por Jorge Joury *
Hoy muchos en el PJ se entusiasman con que la figura de Juan Schiaretti recupere las banderas históricas del movimiento nacional justicialista y le ponga fecha de vencimiento a Cristina.
Los seguidores de "El Gringo" parecen haber encontrado un camino exitoso. Para ello, pusieron en marcha los motores de la militancia. El propio Sergio Massa reconoció que "en Córdoba, en una elección de la que decían que el peronismo estaba 14 puntos atrás, la ganaron porque salieron de los escritorios, fueron a abrazar a los vecinos, fueron a buscar a la gente y asumieron los errores”.
Esto hizo que el actual viceintendente Daniel Passerini (Hacemos Unidos por Córdoba) le ganó por una diferencia de casi 8% al diputado nacional Rodrigo De Loredo (Juntos por el Cambio) y confirmó la victoria que había tenido en los comicios a gobernador, Martín Llaryora, el actual intendente, el 25 de junio pasado.
El resultado además, le dio la razón a Horacio Rodríguez Larreta cuando habló en su momento de la necesidad de ampliar Juntos sumando la pata peronista de Schiaretti. Ahora quedan dudas sobre la posibilidad de un acuerdo. Sobre todo, después del discurso del futuro gobernador Martín Llaryora que sorprendió por el tono de dureza que empleó: “Hoy somos más cordobeses que nunca, Córdoba se puso de pie, basta de que nos maltraten de afuera, que nos vengan a explicar qué hacer o cómo hacer los pituquitos de Recoleta”, afirmó.
Fue un verdadero misil lanzado contra la coalición de JxC, cuyas primeras figuras habían visitado a la provincia para acompañar a un De Loredo que no tenía previsto una derrota tan dolorosa. Estamos hablando de la misma coalición con la que Schiaretti hace dos meses exploró la posibilidad de confluir con un frente de frentes, al estilo del que se formó en Santa Fe.
La reacción de @fantinofantino al discurso de anoche. ?️ pic.twitter.com/CiUhsIIwZ5
— Martín Llaryora (@MartinLlaryora) July 25, 2023
"Basta de que nos maltraten de afuera, de que nos vengan a explicar qué hacer y qué no hacer los pituquitos de Recoleta. Que este ejemplo sea tomado por el interior de nuestra patria".
El grito de Córdoba, que expresó Martín Llaryora, en medio de los festejos de Hacemos Unidos por Córdoba, se volvió viral en las redes sociales y levantó olas. ¿Significará un punto final a la posibilidad de sumar fuerzas con Juntos?
El tiempo lo dirá. Pero entremos a desarrollar la letra fina del término "pituco". Según historiadores y especialistas en lenguajes urbanos, la definición significa “presumido”, y se utilizaba para calificar a una persona que pertenece a la clase alta de la sociedad. También puede aludir a quien pone mucho esmero a la hora de arreglarse y suele presumir de su elegancia.En ese aspecto, la expresión coincide con cierto estereotipo del porteño de clase alta que vive en un barrio residencial y pertenece a la creme de la sociedad.
En ese sentido, se puede utilizar términos similares como "dandy" o "refinado". Según los expertos en etimología, el origen de “pituco” viene de la palabra “pito”, un figurativo que describe a una persona delgada y alta, con una forma que se parece a la de una flauta.
Pero volviendo al contexto político y a su entramado, Massa es un pícaro con buen olfato. Y después del triunfo del peronismo cordobés, vio una puerta abierta para meterse y llevar agua para su molino. Resaltó que tanto Llaryora como Passerini son dos ejemplos de dirigentes que se formaron con el ex gobernador José Manuel De la Sota y que ahora toman lugares centrales de decisión en su provincia. Massa tiene por el fallecido “Gallego” De la Sota no sólo afecto, sino una admiración equiparable sólo a Néstor Kirchner. Pero el ministro-candidato puso al resultado de la elección a intendente de Córdoba como un ejemplo que deberían seguir los que integran la coalición nacional de gobierno.
Se trató de un resultado que contradijo las encuestas que habían trascendido en las últimas semanas, que le daban a la oposición una ventaja que estuvo lejos de confirmarse, y que había contagiado de optimismo y confianza a los responsables de la campaña de JxC. Se pasó, sin escalas, de la euforia a la desilusión.
Schiaretti, tuvo en la victoria del tándem Llaryora-Passerini la posibilidad de sumar músculo político y proyectar su imagen como arquitecto de un modelo que supera la grieta y que es, al mismo tiempo, exitoso. Ocurre a pocos días de las PASO, donde competirá junto a Florencio Randazzo.
Hoy los observadores evalúan dos escenarios. La puerta para sumarse a un “gobierno de coalición”, en caso de que Horacio Rodríguez Larreta termine convirtiéndose en presidente, no está cerrada. Si eso no ocurre, mientras mejor le vaya a la lista del cordobés en octubre, más peso tendrá su gobierno para negociar leyes, recursos y apoyos nacionales para la futura gestión de sus espadas. En ese sentido, también reconocen que será necesario sostener una “buena relación” con Massa, en caso de que el tigrense resulte electo presidente.
En el firmamento de la política nace una nueva estrella. Habrá que ver que tanto brillo tiene y hasta donde el "pasito cordobés", característico del cuarteto, impacta en el escenario nacional.
*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información y analista político. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".