23/03/2025 - Edición Nº3286

Politica

Contrapoder

La fusión CGT-piqueteros con señal de guerra a Milei

05/12/2023 | La postal más temeraria para el futuro gobierno de Javier Milei se proyectó en las últimas horas de la mano de la CGT, a la manera de amenaza de agitar las calles junto con los piqueteros. La central obrera, que paradójicamente nunca hizo una huelga durante la gestión de Alberto Fernández, se mostró este lunes en una suerte de primera puntada para una alianza con los movimientos sociales y las dos versiones de la CTA .


por Jorge Joury *


La movida se pergeñó, con toda la intencionalidad de dar una muestra de músculo político frente a los posibles anuncios del gobierno electo de recortes generalizados y eventual cercenamiento de derechos laborales. 

Todo indica que la posibilidad de un conflicto social empezó a sobrevolar el inicio del gobierno de Javier Milei cuando el ahora libertario Joaquín de la Torre advirtió que los jóvenes libertarios podrían salir a la calle a darle "una paliza" a aquellos que se movilicen contra las reformas y el ajuste que anunció el libertario.

El clima se enrarece aún más cuando se supo que el líder piquetero Juan Grabois sufrió un escrache mientras tomaba un café con su padre en Palermo. Dirigentes de todo el arco político repudiaron el ataque verbal, pero desde La Libertad Avanza eligieron no sumarse al repudio.

La CGT prestó el salón Felipe Vallese para la asunción de las nuevas autoridades de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP, lo más parecido a un sindicato de informales) y donde aprovechó, en boca del explosivo Pablo Moyano, para llamar a los gobernadores del PJ a sumarse a la eventual resistencia contra eventuales medidas de ajuste.

Todo esto ocurre, cuando Alberto y Cristina dejan a la Argentina con 19 millones de personas en un nivel de pobreza que roza el 45%. Conviene advertir, que sin planes sociales, la ecuación llegaría al 50% de la población, pero la CGT nunca chistó por este drama que el año próximo con los efectos inflacionarios podría crecer hasta tres puntos. 

Hasta ahora, la cúpula de la CGT se había mantenido cauta, dando señales de moderación ante la asunción del libertario, al menos hasta que se conozcan sus primeras medidas. Pero ahora parece que la inquietud empezó a escalar por el ajuste que viene e hizo sonar los primeros tambores de guerra a manera de advertencia.

Llama la atención, porque en ese sector militan abanderados históricos del diálogo a ultranza con todos los gobiernos como “los Gordos” (Héctor Daer, de Sanidad, y Armando Cavalieri, de Comercio) y los independientes (Andrés Rodríguez, de UPCN; Gerardo Martínez, de la UOCRA, y José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias).

Lo que inquieta a la dirigencia, en la mirada de un alto directivo de la CGT regional platense, es la ausencia de interlocutores confiables en La Libertad Avanza y la incertidumbre sobre los planes de gobierno que se van a ejecutar. Pese a que existen puentes extraoficiales, ningún nexo con el mundo libertario les garantiza a los gremialistas que Milei no termine avanzando desde el 10 de diciembre con proyectos laborales que los afecten o con cambios en el área de salud que amenace el sistema de obras sociales.

El de este lunes, fue el mayor acto institucional del PJ desde el triunfo electoral de La Libertad Avanza. Congregó a todas las centrales sindicales con el Consejo Directivo de la CGT a la cabeza, a la dirigencia social todavía oficialista y a funcionarios afines como los ministros Raquel “Kelly” Olmos, Walter Correa y Andrés “Cuervo” Larroque, un ex referente de La Cámpora y actual miembro del gabinete de Axel Kicillof.

Esta convergencia entre el sindicalismo tradicional y piqueteros, es un slogan que de manera cíclica vuelve a tomar fuerza. Lo instaló por primera vez en 2016 Gerardo Martínez de la UOCRA en el congreso de CGT que alumbró una nueva conducción vía triunvirato. Desde entonces hubo instancias -en particular, las perjudiciales en términos políticos- que apuntalaron los vínculos entre ambos sectores y proliferaron los actos, movilizaciones y protestas compartidas. Nunca, sin embargo, se llegó a avanzar hacia una fusión que contemplara la entrada a Azopardo 802 de directivos de organizaciones sociales por derecho propio para acudir a la mesa de deliberaciones.

La ceremonia le permitió al sector sindical lograr una foto de alto impacto político. El escenario del salón Felipe Vallese contó con dos de los secretarios generales de la CGT, Héctor Daer y Pablo Moyano (Carlos Acuña no estuvo pero envió un mensaje) como anfitriones de las nuevas autoridades de la UTEP: estaban el secretario general entrante, Alberto “Peluca” Gramajo, y su antecesor, Esteban “Gringo” Castro, y también participaron Hugo Yasky, titular de la CTA de los Trabajadores, y Hugo “Cachorro” Godoy, su par de la CTA Autónoma, junto a otros directivos de esas organizaciones. Debajo se encontraban buena parte del Consejo Directivo de la CGT así como Emilio Pérsico, Juan Grabois y Fernando “Chino” Navarro, del Movimiento Evita, entre otros.

Todos los discursos tuvieron como marco común una advertencia a Milei frente a sus primeras posibles medidas de gobierno. El camionero Moyano prometió expresarse “en la calle pronto cuando  empiecen a sacar leyes o proyectos en contra de los trabajadores”. El dirigente aprovechó para advertirles a los gobernadores del PJ: “vamos a ver qué van a hacer cuando los empresarios empiecen a apretar al gobierno nacional. Vamos a ver si están con los trabajadores o con los empresarios”. Y se atajó al decir que los mandatarios partidarios no podrán esgrimir como excusa para no pronunciarse “que están apretados por la obra pública que Milei prometió amputar o por la coparticipación”.

Daer, por su parte, utilizó como bandera ponerle freno a una eventual ley “ómnibus” de achicamiento general del Estado, con privatizaciones y recortes drásticos en el gasto público, “para que no sea un ómnibus que pase por arriba de los trabajadores”. También aprovechó la circunstancia para fustigar a Mauricio Macri, cuya reaparición de la mano de Milei “tiene que ver precisamente con la frustración de no haber hecho desaparecer a los sindicatos y a las organizaciones sociales”, disparó.

Mientras que Gramajo estrenó su investidura al frente de la UTEP con un lamento: “hemos hecho un sacrificio enorme para tratar de que no gane Milei y que Sergio Massa sea nuestro Presidente; parte de nuestro pueblo no nos acompañó porque tuvimos un gobierno complicado”. Y ensayó una autocrítica al señalar que desde la recuperación de la democracia los gobiernos fallaron a la hora de “modificar la realidad” popular.

La UTEP se presentó años atrás como sindicato de trabajadores informales, una pata más de la central de organizaciones sociales CTEP que cuenta con el Movimiento Evita como brazo político y otros movimientos en su estructura como la Corriente Clasista y Combativa, Barrios de Pie, el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y el Frente Popular Darío Santillán.

Pero detrás de este acto, se encienden algunas luces rojas en el mundo gremial. Gran parte del Consejo Directivo de la CGT mira de reojo a sus directivos que en los últimos tiempos estrecharon lazos con las organizaciones sociales, que también les disputan al sindicalismo el control de la calle y durante el actual gobierno ganaron puestos oficiales y acceso a una “caja” multimillonaria. Por eso una alianza sindical-piquetera parece casi imposible de formalizar, a menos que Milei quiera poner contra las cuerdas a esos dos sectores y logre unirlos en un frente común. 

Si bien todo indica que habrá medidas económicas y sociales que levantarán olas, los estrategas libertarios salieron a calmar el panorama. Dan a entender que no apuntarán inicialmente a un enfrentamiento integral, sobre todo con los dirigentes gremiales, a quienes necesitarán para gestionar sin sobresaltos y no poner en riesgo la gobernabilidad.

La mejor ofrenda al sindicalismo que Milei analiza en estas horas es no incluir ningún proyecto laboral en la Ley Ómnibus que quieren aprobar al comienzo de su gobierno. Lo que anticipan, es que no habrá ninguna reforma laboral a fondo, sino una apuesta a dos iniciativas que se impulsarán de manera independiente: una es la modificación del sistema de multas laborales por trabajo mal registrado o no registrado y otra, el sistema indemnizatorio para los nuevos trabajadores, basado en el Fondo de Cese Laboral que tiene la UOCRA.

Quizá también para asegurarse que haya una “mini” reforma laboral, tal vez la cúpula de la CGT puso en escena este lunes una imagen cargada de connotaciones fuertes junto a organizaciones sociales que son tristemente célebres por sus  protestas callejeras de alto voltaje. No hay que olvidar que estos dirigentes gremiales son cultores del lema que hizo famoso el metalúrgico Augusto Timoteo "Lobo" Vandor en los años 60: “ Primero golpear para negociar”. La foto con los piqueteros se parece a todas luces a un primer golpe sindical para advertirle a Milei que si quiere paz en las calles, no le quedará otra salida que pactar.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información y analista político. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".