
por Fabricio Moschettoni, editor de Impulso Baires. Twitter @FMoschettoni
Desde que Juntos por el Cambio dejó el poder en la Ciudad de La Plata potenció su reacomodamiento interno y quedaron expuestas las diferencias entre los distintos sectores.
El Concejo Deliberante fue el primer escenario que cristalizó el amplio mapa de diferencias, y de esa manera doce concejales, o sea la mitad del deliberativo, se reacomodaron en tres bloques políticos que no parecen ser los definitivos.
La primera minoría en esa docena es al bloque de Pro, alineado con el exintendente Julio Garro. Lo preside Juan Manuel Martínez Garmendia, -encolumnado con la diputada Julieta Quinteros-, y lo integran Nicolás Morzone, Darío Ganduglia, Lucas Lascours, Julia Matheos, Florencia Barcia y Lucía Barbier. Luego sigue el bloque “UCR + Pro por la Ciudad”, que lo preside el radical Diego Rovella y lo integran Manuela Forneris (UCR), Gustavo Staffolani (UCR), y Melany Horomadiuk (Pro). Y en un monobloque se manifiesta María Belén Muñoz, del “Pro duro” que está orientado por el exsenador Juan Pablo Allan.
Juntos por el Cambio no logró sintetizar en un bloque único como venía funcionando mientas era gobierno porque, según los radicales y algunos del Pro, el “garrismo” decidió romper esa formalidad y disparar con su formación de siete integrantes, y en el centenario partido tienen apuntado a Martínez Garmendia como “el rupturista”, al punto de mandarle un mensaje al ex alcalde con una frase contundente: “mientras él (por Martínez Garmendia) lo presida, no habrá posibilidades de acordar un espacio en común”.
Igualmente, esa conformación está sobre arena movediza, sobre todo por una inminente posibilidad de regreso a su banca de Javier Mor Roig, con lo que desplazaría a su suplente, Julia Matheos, y de producirse esa situación es muy probable que “UCR + Pro por la Ciudad” pase a contar con cinco componentes, mientras que el Pro “garrista” pasaría de siete a seis integrantes.
Pero no terminó todo ahí en materia de diferencias, ya que en el día de ayer el bloque orientado por Martínez Garmendia sufrió otro sacudón cuando se debió votar la Ordenanza Impositiva que pidió el alakismo, porque desde la noche anterior en un grupo de Whats App denominado “Howards”, -y en donde se nuclea a todo JxC de La Plata-, se dio un intenso debate motorizado por algunos ex funcionarios de primera línea de la administración de Garro sosteniendo que sus concejales no podían acompañar lo que consideraban un “impuestazo” porque sería “dar la espalda a los votantes y claudicar sobre lo que fue nuestra gestión”. Luego de intensas negociaciones la bancada del Pro terminó con cinco ediles acompañando la Ordenanza Impositiva: Martínez Garmendia, Nicolás Morzone, Darío Ganduglia, Lucas Lascours y Julia Matheos; mientras que Barcia y Barbier decidieron no asistir a la sesión de Mayores Contribuyentes por no estar de acuerdo con la mecánica adoptada por la bancada.
“La verdad es que Florencia nunca recibió tantos saludos y felicitaciones por la posición adoptada”, razonó anoche un allegado a Barcia y agregó que “seguramente lo mismo habrá pasado con Barbier, porque en definitiva ambas hicieron lo que había que hacer, escucharon a nuestros votantes, fueron consecuentes con lo que fue nuestra gestión y dialogaron mucho con los ex funcionarios”.
En rigor, es posible que Barcia, que viene de ser senadora y antes Defensora Ciudadana, quiera imprimir en los próximos tiempos otro aire a su participación en el deliberativo, acompañando más vinculación con la comunidad y producción de políticas abiertas, y no tanto estar inmersa en el tire y afloje de la rosca politiquera.
Durante toda la jornada el debate siguió y si bien no hubo ruptura de bloque varios observadores aseguran que las cuestiones quedaron con diferencias marcadas, y en donde la conciliación genuina “será difícil”.
Hay que ver si esa realidad se pronuncia hacia febrero, o hay alguna especie de recomposición.
Dentro del debate hubo algunas posiciones más marcadas como las del ex secretario de Cultura y Educación, Martiniano Ferrer Picado, o las del ex concejal, Julio Irurueta, ambos de formación en ciencias económicas por lo que abundaron en datos sobre la inconveniencia de un acompañamiento del proyecto tal como lo había enviado el Ejecutivo. “Ni Julio (Garro) tuvo esa posibilidad de poder aumentar tributos como lo tendrá la actual gestión, es inentendible lo que hicieron estos muchachos (por los cinco ediles del Pro)”, dijeron algunas fuentes allegadas al ex alcalde en modo de enojo.
En el caso de Barbier, que también es economista, tuvo una posición muy difundida explicando el estado contable del Municipio hasta el 10 de diciembre, abundando sobre cómo se fue dando la conformación de la masa de empleados, y también contestando las acusaciones del oficialismo local acerca de una deuda de $ 17.500 millones. Una posición similar adoptó el ex secretario de Gobierno y actual senador provincial, Marcelo Leguizamón, quien entre otras cosas dijo: “encontraron un municipio totalmente saneado y en marcha. Totalmente distinto al que recibimos en 2015” en un extenso posteo en sus redes sociales en donde comienza argumentando: “La única deuda exigible al Municipio es la que se encuentra debidamente devengada y registrada en RAFAM. Conforme el art.5 del Acta de Transmisión de mando firmada por el actual intendente el día 10/12/23, la misma asciende a $5.669.520.791,31”.
Por su parte, la UCR de La Plata, a instancias de su presidente, Pablo Nicoletti, tuvo una buena actuación en el Concejo Deliberante en donde articula en mismo bloque con el sector del macrista Daniel Lipovetzsky, al acompañar la Ordenanza Impositiva pero incorporando una fórmula para “aliviar” el bolsillo del contribuyente y que fue explicada por la edil Forneris: “desde el bloque UCR + PRO por la Ciudad, en colaboración con el Centro de Estudios Futuro de la UCR La Plata, analizamos la ordenanza impositiva propuesta por el ejecutivo municipal en el Concejo Deliberante de la ciudad". (Foto interior: bloque UCR + Pro por la Ciudad).
"Con el objetivo de contribuir a resguardar a los platenses, solicitamos realizar modificaciones en el Artículo 3 del proyecto original, el cual hace referencia a la actualización de las tasas municipales a lo largo del año", dijeron.
"La situación económica que estamos enfrentando es abrumadora. Solo podremos hacer frente a la readecuación de los impuestos en la medida en que los salarios se incrementen", destacaron.
En paralelo ocurrió otro episodio no menor, y es la irrupción de la senadora del Pro por la Tercera Sección Electoral, Florencia Arietto, en la política platense al recorrer El Retiro, más precisamente la zona de 155 y 38, desde donde avisó que recorrerá barriadas de la capital provincial.
Arietto tiene “sintonía fina” con un grupo de platenses, entre ellos con el ex concejal Pablo “Colo” Pérez.
En tanto, también el fin de año marcó en Juntos por el Cambio algunas diferencias importantes. Por un lado, se observa una articulación entre la UCR, sectores del Pro, el Gen, los socialistas, la Coalición Cívica y vecinalistas, por lo que referentes de esos espacios brindaron juntos en la tradicional Casa Radical de 48 entre 5 y 6; y unos días después hicieron lo propio en un evento organizado por el Gen y el Partido Socialista en un club de Los Hornos, en donde también estaba el senador Leguizamón, siendo uno de los oradores.
Por otra parte, hubo una despedida de año del bloque del Pro más hermética, en donde estaban la diputada Julieta Quinteros, y los integrantes del bloque de los siete a excepción de Barbier.
Entre radicales, Gen, “Pro amplio”, CC, socialistas y demás, parece que incorporaron una definición: “debemos ser una alternativa de centro para volver a gobernar la Ciudad”.
También hay que ver cómo se posicionan los diferentes referentes nacionales de Juntos por el Cambio, porque indudablemente también esos juegos van a generar reacomodamientos en la Ciudad.
Hacia adelante hay que observar cómo se mueven las fichas con un nuevo escenario que tiene actores emergentes que buscan tener más perfil, otros conocidos que trataran de retener la posición ganada, y un futuro difícil de predecir.