27/07/2024 - Edición Nº3047

Politica

Contrapoder

La Libertad no Avanza y le cuesta cantar Victoria 

16/03/2024 09:00 | Las dos cabezas de La Libertad Avanza están en crisis y al borde del divorcio. Y lo peor, es que la guerra fue a cielo abierto y con efectos colaterales. A menos de 100 días de gobierno, Javier Milei y Victoria Villarruel, pasaron de una relación que ambos definían como “una amistad”, al enfrentamiento público. Si estamos transitando un período de querer cambiar las cosas, estas cuestiones rompen puentes de diálogo. Tampoco  es bueno pasar de amigo a enemigo en 24 horas. La supuesta rebelión de Victoria Villarruel y el enojo de Javier Milei tienen ecos en el pasado cercano. Por ejemplo el caso Cobos, las traiciones entre Duhalde y Menem, y el desplante de "Chacho" Álvarez a De la Rúa.


por Jorge Joury*


El rechazo del Senado al Decreto de Necesidad y Urgencia que dispuso profundas reformas económicas y modificó cerca de 300 leyes reavivó además la pelea de Javier Milei con la oposición y pone en peligro el Pacto de Mayo que el presidente convocó para establecer acuerdos refundacionales sobre 10 políticas de Estado junto con los gobernadores. Aunque se trató de una dura derrota política para los libertarios, el DNU sigue vigente, a la espera de que se pronuncie la Cámara de Diputados.

El traspié legislativo del Gobierno encendió las alarmas de los grandes empresarios, que  pusieron en rojo los teléfonos de Mauricio Macrio preguntando: ¿Cómo sigue esto?¿ Por qué el gobierno se pelea con todos?. Por estas horas, son las preguntas que dominan el escenario. En el FMI también la situación cayó como un balde de agua fría. El organismo internacional se cansó de pedirle a Milei consensos políticos para que las reformas y el ajuste pasen por el Congreso. Difícil que en este escenario de choque total con diputados y senadores, el Fondo ahora le bendiga los 15 mil millones de dólares que quiere Caputo para liberar el cepo y dolarizar.

En cuanto a la pelea subterránea entre el Presidente y su vice se arrastra desde la campaña, cuando se quebró el vínculo por mutuas decepciones y, especialmente, la desaprobación de Karina Milei.

Cuentan las malas lenguas que el día de la asunción, después de la ceremonia en el Congreso, Karina le tabicó a Villarruel la posibilidad de acceder a un despacho para instalarse, descansar y prepararse en la Casa Rosada, donde seguían los actos institucionales de la jornada histórica de la que la abogada estaba decidida a participar. Y la breve historia libertaria muestra que aquellos que quedan atravesados por el rayo censurador de Karina no sobreviven. El actual legislador porteño Ramiro Marra es, quizá, el caso más paradigmático. Un dirigente que destinó fondos privados y tiempo para la campaña durante dos años pero fue excluido de la mesa chica apenas después de la victoria nacional y nunca pudo recuperar su lugar.

En este contexto de intrigas, Milei redondea así una semana negra, tal vez la más complicada desde la caída de la ley ómnibus, luego del escándalo por la suba de sueldos que decretó para sí mismo y para todo su gabinete. Tras la anulación del aumento salarial del 48% para sus funcionarios y la rebelión en Diputados, ahora el Presidente afronta la fractura expuesta de su relación con Villarruel. Al Presidente le molesta que Villarruel tenga agenda propia y se corte sola.

Las primeras puntadas del enojo de la Casa Rosada tomaron estado público apenas se conoció la convocatoria del Senado para el tratamiento del DNU 70/2023. Esto dejó expuesto que la relación entre el círculo más cercano de Javier Milei y Victoria Villarruel no atraviesa su mejor momento hace tiempo, es más, esa jugada generó un quiebre. “¿Para qué llama a una sesión en la que no tiene asegurado los votos?”, se preguntaban repetidamente  las primeras espadas de la Casa Rosada. Y la respuesta apareció casi al unísono:  “Se cortó sola”.

Algunos le buscaban la explicación en el reglamento parlamentario. Sopesan si no tenía alternativa o le quedaba algún margen para postergar nuevamente el debate. “No está obligada”, contestaba el asesor presidencial Santiago Caputo a quienes se lo planteaban.

Mientras tanto en el entorno de la vice, argumentaron que llegaron “muy al límite” desde el punto de vista reglamentario, pero se justificaron señalando que: “le pusimos el pecho todo lo que pudimos. Los que nos están pidiendo la sesión esta vez son los bloques aliados, no teníamos más forma de resistir”. Además, se quejaron porque desde la Rosada “ni siquiera dieron una mano al no haber enviado funcionarios para hablar con los senadores". En conversaciones privadas con legisladores de otros colores políticos se escucharon también reproches más direccionados: en el despacho de la Presidencia del Senado apuntaban a Posse y Caputo por “no entender de política”.

Otra de las rispideces hay que buscarla en la demora para concretar la resolución que anulaba los aumentos de casi el 30% en los sueldos de los Senadores. Esta cuestión fue otro de los hechos que había generado malestar interno en la última semana. Hubo cuatro días de diferencia entre la firma de Martín Menem, Presidente de la Cámara de Diputados, y la de Villarruel.

También se no se puede dejar de observar que el comunicado oficial de la Oficina del Presidente expuso en público el enojo de Milei con quien él siempre consideró una amiga, aun cuando algunos de sus más cercanos esbozan teorías que ponían en duda su lealtad. Además, puso sobre la mesa un concepto que los libertarios de la mesa chica siempre utilizaron para definir a Villarruel: es una dirigente “con agenda propia”. Durante la campaña 2023 lo veían como algo positivo. Desde el triunfo en el balotaje, esa idea empezó a cambiar. Si hacemos un poco de historia, hace meses que la vice dejó de formar parte activamente de las reuniones de Gabinete. En realidad, sus apariciones son esporádicas. Karina Milei y Santiago Caputo le marcaron al Presidente en más de una ocasión esa falta de constancia de su parte. “No sabemos a qué juega”, era una duda recurrente.

Una sola vez estuvo Villarruel en la Rosada en todo febrero, a mediados del mes. Sus dos anteriores presencias habían sido el 25 y el 11 de enero. Una vez cada dos semanas, en el mejor de los casos. En marzo regresó a las reuniones programadas con ministros para el encuentro del jueves 7, el día previo a la visita de los gobernadores por el primer paso del Pacto de Mayo.

Otro dato a destacar, es que a  comienzos de año crecían los rumores de sus vínculos con Mauricio Macri. Un viaje patagónico de los primeros días del 2023 sembró la semilla de una charla secreta entre ellos en Cumelén, el exclusivo Country de Villa La Angostura, en el que el expresidente pasa sus veranos. Los entornos de ambos se encargaron de desmentir, pero nunca lograron convencer a todos los cercanos a Milei.

Los memoriosos también recuerdan uno de los primeros episodios en los que la Vicepresidenta quedó expuesta ante la marginación de los núcleos de decisión en su gobierno, tuvo lugar cuando el presidente designó a Patricia Bullrich al frente del Ministerio de Seguridad y luego a Luis Petri en Defensa, dos espacios que ella había reclamado para la gente de su entorno y que el propio Milei le había prometido públicamente en varias entrevistas.

Al menos hasta el balotaje, Villarruel tenía prácticamente asegurado el control de ambas carteras, donde tenía planeado designar funcionarios de su círculo más cercano. En  aquella ocasión sonaban respectivamente el diputado electo Guillermo Montenegro —hijo de militares— y el coronel retirado del Ejército Jorge Eduardo Lenard Vives, ex responsable de investigaciones de la Aduana durante la gestión de Gómez Centurión. Desde el círculo más íntimo de Milei, la acusaron además de querer avanzar hacia otras áreas como la AFI, y hasta llegaron a decir que le había presentado al embajador de Estados Unidos a su elegido para esa función.
Ese fue el primer quiebre de la relación, pero no el único. En los primeros meses de gestión, la Vicepresidenta visitó y se reunió con varios gobernadores, entre los que se cuentan Maximiliano Pullaro, Gustavo Sáenz, Gustavo Valdes, Hugo Passalacqua, Osvaldo Jaldo, Raúl Jalil y Carlos Sadir. Estos encuentros no pasaron desapercibidos porque se dieron en el momento de mayor tensión con el Gobierno nacional, cuando el propio Milei había anunciado el corte de todo tipo de puentes con los mandatarios provinciales.

Otra muestra más de que Villarruel estuvo y hoy está haciendo su propio camino fueron los trascendidos respecto a sus reuniones "secretas" con el expresidente Mauricio Macri, con el presunto objetivo de desplazar del poder a Milei. Por aquel entonces, la Vicepresidenta no se preocupó demasiado en aclarar los rumores y solo atinó a decir: “Mi objetivo es cumplir el mandato como vicepresidenta hasta el 10 de diciembre de 2027″, mientras las versiones de su ambición presidencial adelantada estaban en alza.

Sin embargo, la desconfianza del Presidente, y su hermana Karina viene de antes del balotaje, cuando Villarruel armó su propio logo, hizo un acto donde la vitorearon, e incluso se desmarcó una y otra vez. “Cómo no voy a confiar en mi candidato a presidente, si en dos años cambió los términos de la discusión política en la Argentina”, había dicho la entonces candidata, exultante, como respuesta a un cronista de televisión que le preguntaba sobre sus diferencias con la estrategia comunicativa de Milei.

Legisladores que la han tratado sostienen que Villarruel hace equilibrio en el Senado. En los casi tres meses que van de gestión libertaria ha logrado desarrollar un buen vínculo con los senadores de la oposición dialoguista, quienes notan un cambio sustancial en el trato respecto de los cuatro años de Cristina Kirchner.

Con todo, camina por la cornisa. Alcanzar acuerdos con la oposición amigable puede ser una tarea de difícil concreción, sobre todo si el presidente Javier Milei insiste en confrontar con mandatarios. La convocatoria a gobernadores y la eventual firma del Pacto de Mayo permitieron aliviar las tensiones y bajar los decibeles de la confrontación. En Senado insisten en que están para defender las políticas que lleva adelante la Casa Rosada, pero sin perder “la esencia de cada uno”.  

Es por ello que Villarruel hace malabares pero no deja de buscar un perfil propio. 

Lo cierto es que la estrategia discursiva de ella es decir siempre lo que quiere, más allá de lo que le pregunten. Es una mujer que calcula al detalle sus intervenciones públicas y las palabras que dice, mientras sonríe, hierática. Implacable.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información y analista político. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".