12/12/2024 - Edición Nº3185

Politica

Contrapoder

La guerra entre Kicillof y Máximo  sube la espuma en el peronismo

06/04/2024 07:57 | La relación entre Axel Kicillof y Máximo Kirchner, podría titularse sin fallar como una historia interminable de odios y rencores. Esta cuestión pone a la interna peronista al borde de un ataque de nervios. Lo que más preocupa, es el futuro de la convivencia entre el gobernador de Buenos Aires y el líder de La Cámpora, frente la necesidad imperiosa de ordenarse cuanto antes y articular nuevos liderazgos.


por Jorge Joury*


Una prueba de que la guerra entre ambos políticos está declarada, es que el director del sitio "El Destape", el periodista ultra K Roberto Navarro, saltó de vereda y sorprendió con fuertes críticas hacia Cristina y Máximo, metiéndose de lleno en la controversia.

 "Ya está Cristina. Ya está. Yo entiendo que querés que Máximo sea presidente, pero no va a ser. Quizás lo sea en algunos años. Yo reconozco que es un tipo valioso, pero no se puede seguir imponiendo cosas", lanzó Navarro y puso una bengala en el cielo peronista tendiente a una renovación.

Las declaraciones llegaron minutos después que Máximo Kirchner accediera a una extensa entrevista con Roberto Caballero en AM 530, la radio de Madres de Plaza de Mayo que ahora controla La Cámpora.

Los dichos de Navarro no hacen otra cosa que complicar a Kicillof porque ponen a cielo abierto la interna entre el gobernador y el presidente del PJ bonaerense. Navarro es uno de los periodistas más cercanos a Kicillof, incluso marcharon juntos y hay fotos que lo atestiguan en el paro general del 24 de enero. En el entorno de Cristina y Máximo, les cuesta mucho creer que Kicillof sea ajeno a los duros cuestionamientos que ahora ha hecho el director de El Destape.

Esto se suma a otras señales políticas de rebelión interna, como las también explosivas declaraciones del intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, en las que llamó al peronismo bonaerense a construir un armado en torno a la candidatura presidencial de Kicillof y contra La Cámpora. Luego de ese acto, el gobernador recibió al intendente y eso cayó como un balde de agua fría en La Cámpora.

Lo de Navarro también es un cuestionamiento directo hacia Cristina. Se trata de una lucha de poder. Porque Cristina no quiere ser presidenta, pero pretende manejar al presidente, al gobernador, a todos", dijo Navarro.

El debate sobre la necesidad de generar aire fresco en el partido, se abrió en el último congreso del PJ. Una parte importante del peronismo quiere correr al líder de La Cámpora de la mesa de decisiones, pero saben que será una tarea extremadamente compleja, teniendo en cuenta que detrás suyo está el peso de su madre y su liderazgo, que nadie se atreve a desafiar.

La mayoría de los intendentes del conurbano expresaron su deseo de que haya de manera urgente un cambio de época. Para ello, pretenden empezar a ordenar el espacio y las listas.  Creen que algunos de los protagonistas actuales tienen que dejar su lugar y correrse. Y otros hacerse cargo y ocupar esas sillas vacías.

Creen que Kicillof tiene que tomar la manija cuanto antes, porque el año próximo empieza su cuenta regresiva. Máximo Kirchner y Sergio Massa son los que ejercen hoy más presión sobre las decisiones de Kicillof y su conducción política en el territorio bonaerense. Señalan la decisión de los legisladores del Frente Renovador de no estar presentes en la primera sesión de la Legislatura, como forma de mandarle un mensaje al Gobernador, frente a la indefinición de algunos cargos en la estructura estatal, además de un retraso en el traspaso de recursos a los municipios.

Y en el caso de Máximo Kirchner le achacan el error de haber presionado a Kicillof para intervenirle el Gabinete que derivó en la inclusión de Martín Insaurralde y Leonardo Nardini en reemplazo de dos íntimos amigos del gobernador, como Carlos Bianco y Agustín Simone, parte del círculo de mayor confianza que rodea al mandatario provincial. Solo dos temas de una lista larga de reproches. Kicillof tiene que manejarse con pie de plomo, ya que Massa y Kirchner son dos pesos pesados de la política bonaerense. Tienen poder, influencia y representatividad.

El territorio que hoy maneja Kicillof representa el 37% del padrón electoral nacional y atiende la urgencia de la gestión mientras genera en silencio las condiciones para llegar a la elección de medio término con la mayor cantidad de sectores en su equipo.

Su armado incluye intendentes, representantes gremiales y movimientos sociales. Además y silenciosamente, Kicillof construye vínculos con gobernadores del mismo palo y de diferentes signos políticos, saltando viejas grietas. Lo ayuda la guerra libertaria vs. federales que el Presidente alimenta y amontonó enemigos.

En este contexto, en varios sectores del peronismo empujan a Kicillof para que se convierta, poco a poco, en el líder del espacio y que ese cambio de postura implique el corrimiento de Cristina y su hijo de la escena principal. Es una situación que solo puede suceder si la ex vicepresidenta tiene la voluntad de hacerlo. Es decir, si decide que el camino renovador del kirchnerismo comienza a llevar el sello K, pero de Kicillof.

El gobernador es fiel a Cristina. Reconoce una sola jefatura política y es la de ella. Nunca jugará en contra. Distinta es la situación con el líder camporista, con el que lo une una relación sinuosa y conflictiva.

En la mesa chica del gobernador tratan de descomprimir la situación y sostienen que más allá de las tensiones internas con La Cámpora y Kirchner, el único enemigo político del mandatario bonaerense es Javier Milei. Y no se corren de ahí. De todas formas, el pasado está lleno de resquemores y cuentas pendientes que nadie olvida puertas adentro del mundo K.

En el kirchnerismo duro sostienen que Kicillof se encierra en un grupo pequeño de dirigentes y que no abre el juego con los demás sectores. La mayoría sostienen que tiene que tener la capacidad de conducir un dispositivo más grande que el que conduce. No se tiene que cerrar. 

En La Plata no esquivan el lugar que le toca ocupar a Kicillof en el mapa político actual. Junto con Martín Llaryora, el gobernador de Córdoba, son los dos dirigentes con proyección presidencial que tiene el heterogéneo mundo peronista. En el entorno del Gobernador están lejos de creer que la tensión interna se terminará en el corto plazo. Más bien, lo inverso. Asumen que en el camino hacia las elecciones del 2027 la convivencia será más espesa. Una discusión de poder que ya comenzó y que recién terminará dentro de tres años donde puede pasar cualquier cosa. En tren de autocrítica, Malena Galmarini, la esposa de Sergio Massa dijo que "el peronismo está en la boludez de discutir liderazgos", lo cual marca el estado de desconcierto partidario.

"La autocrítica no es solo de un sector, sino de los últimos cuatro años. Creo que la gente se hinchó las pelotas de nosotros", de una especie "de degradación de la política y de las políticas públicas de las últimas dos, tres décadas", reflexionó Galmarini.

Para la esposa del ex ministro de Economía Sergio Massa, el Partido Justicialista necesita debatir más. Esta postura se da luego del cuestionado congreso que se realizó hace dos semanas y que plasmó fuertes divergencias internas.

"Creo que todavía el peronismo está muy en la boludez de discutir liderazgos: ‘Bueno… Y ahora ¿Quién queda? Que si es un gobernador, si es Máximo (Kirchner), si es Axel (Kicillof). La verdad que no es momento de discutir liderazgos, creo que hay que discutir otras cosas", añadió.
A su vez, Galmarini criticó la postura del peronismo durante las últimas dos décadas, que estuvieron acaparadas por Néstor y Cristina Kirchner: “No se podía decir mucho para que nadie se ofenda”. 

Mientras tanto, Kicillof ha convertido a su gobierno en un verdadero aguantadero K. De Nación llegaron decenas de funcionarios de la estructura de Alberto Fernández . Y desde que asumió como gobernador, convirtió a la Provincia de Buenos Aires en una usina de empleados.En la cuna del kirchnerismo, se incorporaron 45.755 nuevos con lo que la estructura de cargos políticos se duplicó en comparación con los que dejó el gobierno de María Eugenia Vidal. Así se generó una estructura burocrática compuesta de ministerios, secretarías, subsecretarías y direcciones que se alimentan de miles de millones de pesos del Estado. Todo, en un territorio donde más del 40% de los vecinos se encuentran en situación de indigencia. Kicillof nombró a 1852 funcionarios en cargos jerárquicos en los 20 ministerios que componen su gabinete, a los mismos se les suma la Unidad Observatorio Político Electoral y el Instituto de Obra Médica Asistencial (IOMA). La pregunta es : ¿Le dará el cuero económicamente al gobernador para no hacer el ajuste y soportar lo que queda? ¿Hasta donde el impuestazo que puso en marcha le jugará en contra? ¿Tendrá que apelar a las cuasimonedas? Las dudas abundan y el futuro es incierto, en un peronismo al que al que por ahora no se le cae una idea para resucitar.

*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información y analista político. El 22 de noviembre de 2017, el Concejo Deliberante de La Plata lo declaró "personalidad destacada en el periodismo".