26/07/2024 - Edición Nº3046

Politica

Análisis radial

"El otoño de Milei viene agitado", señaló Jorge Joury por la FM 98.9 y Pinamar TV

08/04/2024 09:35 | "El gobierno tendrá que pasar el otoño en medio de señales que encienden luces amarillas. En el plano laboral, los estatales están en medio de una rebelión por los despidos masivos y la CGT se encuentra al borde de un paro general. Además, el próximo miércoles los movimientos piqueteros se movilizarán y habrá acciones en todo el país por falta de alimentos, bajas en el Potenciar Trabajo y despidos. El mismo día habrá paro y movilización de trabajadores de ANSES. Así lo señaló el periodista Jorge Joury en el programa "A las cosas por su nombre", que conduce Hugo Manzo por la FM 98.9 y Pinamar TV.


por Redacción



El analista añadió que "Si bien es cierto que hay industrias y supermercados que multiplican las ofertas, promociones y descuentos ante la necesidad de liquidar stocks, en especial de alimentos que se vencen, el desplome del consumo masivo llegaría a 10% en lo que va del año. La gente no tiene plata y la mayoría no llega a fin de mes. Es el peor registro en dos décadas. 
Hay que señalar que la caída del consumo masivo más importante de las últimas dos décadas se produjo en 2019. Fue durante el último año de gobierno de Mauricio Macri, donde se registró una baja de las ventas del 7,3%. El primer año de Javier Milei como presidente se proyecta aún peor, con una contracción de la demanda de productos básicos -alimentos, bebidas, artículos de tocador y de limpieza- de 10 puntos. "Cada mes que la inflación le saca ventaja al salario el consumo se desmorona. La brecha venía mal pero se ensanchó rápidamente desde diciembre". Esta fue la reflexión de Osvaldo Del Río, el titular de la consultora Scentia, especializada en mediciones de consumo en supermercados, autoservicios, mayoristas, farmacias y comercio electrónico.
Hay que aclarar que el año pasado, las ventas de esos artículos de consumo masivo habían subido 2,4% y en 2022, 1,9%, precisó la misma consultora.
Según los especialistas, el panorama dio un vuelco dramático después de la devaluación, la liberalización de precios y la suba de impuestos a las importaciones. Ya en el primer bimestre del año se produjo una contracción de ventas del 3,9% respecto del mismo período de 2023. La proyección de la consultora Scentia para el total anual es que la caída será mucho más aguda: llegará a 10 puntos, en parte porque la base de comparación es alta.
En este contexto, el año pasado estuvo todo muy inflado. Sergio Massa puso mucha plata en la calle con la devolución del IVA, la quita de Ganancias, los planes sociales y la obra pública. La gente ante cada evento cambiario salió corriendo y se stockeó, y lo mismo antes de cada elección, las PASO, las generales y el balotaje. Con todo ese panorama, el año pasado el consumo masivo tuvo un aumento.
Ahora la situación es exactamente inversa. Como el propio Presidente lo dijo,  no hay plata, y las empresas reaccionan con distintas estrategias. Algunas defensivas, frente a la urgencia de liquidar stocks, de despachar productos que se vencen en las góndolas, y otras buscando sostener o ampliar posiciones de mercado en la disputa de mediano plazo.
Entre las primeras y más obvias está la multiplicación de ofertas de todo tipo, promociones, descuentos con tarjetas, con aplicaciones y billeteras virtuales, entre otros, que se observan a lo largo y ancho de la economía, desde la gran industria al almacén de barrio o la rotisería.
"La discontinuidad de Precios Justos apuró la intensidad de las promociones del sector privado. El año pasado en el ticket de una compra de supermercado se generaba un descuento del 8%  con ese tipo de acciones, incluyendo todo tipo de productos. Al correrse Precios Justos, las empresas y los supermercados tuvieron que aumentar otros descuentos y promociones, hasta significar el 12 por ciento del ticket actual, y seguramente tendrán que hacerlo más.
La caída de las ventas en consumo masivo está llevando a la presencia de fuertes promociones, ofertas y descuentos para mover en góndola volúmenes de productos que estaban en depósito generando un costo a la industria de alimentos, bebidas, artículos de limpieza y cuidado personal.
El ministro Luis Caputo reniega de esas maniobras de industrias y supermercados y reclama que bajen los precios, en lugar de vender más barata la segunda unidad. A corto plazo ese giro le puede jugar en contra al Gobierno en su intento de instalar la percepción de que la inflación está bajando.
En un contexto de alta inflación el consumidor no ve tanto el porcentaje de aumento de cada producto como que ya no tiene más la oferta o la segunda unidad más barata. Eso a las empresas no les conviene. Conviene recordar que el esquema actual de promociones empezó a instalarse con fuerza después de la crisis de 2001. Más allá de la intención del ministro Caputo, no es fácil cambiar hábitos de consumo de muchos años de manera tan rápida, y menos para quitar promociones que en momentos de crisis tal vez resultan útiles.
En la mirada de los economistas, lo principal que debe lograr una empresa en situaciones de crisis es la empatía. En cualquier época, pero sobre todo cuando el consumidor la está pasando mal. Tiene que empatizar pero no de una manera triste, sino positiva y constructiva. Conviene reflexionar que las crisis económicas quitan la sensación de control sobre tu propia vida. Hacés lo que podés, no lo que querés. Si desde una acción concreta una empresa puede demostrar que te entiende y te acompaña, que te permite recuperar algo de control, eso tiene un efecto duradero, que va más allá de la crisis.
El ejemplo se puede poner con una  compañía líder de seguros que en 2002 pospuso por seis meses los pagos de pólizas de seguro de vida y los pesificó, cuando la economía era un desquicio. Eso el cliente no lo olvida más.
En cambio, las acciones inmediatas con promociones y descuentos no tienen larga vida y el cliente no las agradece demasiado. Son para rotar stocks, algo que el marketing tiene que hacer como algo de corto plazo.
Por eso, sobre todo para las grandes empresas, es obligación sostener la visibilidad. Hay un costo gigante de desaparecer del radar. La manera en que funciona la publicidad es muy básica: es más probable que compres una marca de la que escuchaste hablar que otra de la que no escuchaste nada. Desaparecer nunca es buen consejo. Las crisis pasan y las empresas tienen que mostrar que siguen.
De todas maneras conviene aclarar que la situación que vivimos es totalmente inusual.Las primeras marcas perdieron entre 5 y 6 puntos de participación en las ventas desde diciembre. 
Sin embargo, en este contexto dramático hay que decir  que el Gobierno sostiene apoyos considerables. Mucha gente confía en que pasaremos la tormenta.
Hay una fuerte apuesta a que la inflación empiece a mostrar signos realmente a la baja para que después empiecen a mejorar otros indicadores. Es un proceso que no será rápido. Son dos o tres meses más. La imagen positiva de Milei sigue en buen nivel. Y la gente entiende que había que bancarsela para arrancar de nuevo desde una nueva base. Cuánto tiempo se sostendrá ese apoyo, es difícil pronosticar. Creo que si en tres meses la inflación está en un dígito, la gente seguirá bancando. En cuanto al empresariado, en general está del lado del gobierno, y si no lo está del todo, sabe que no le queda otra que apostar al futuro",
finalizó el analista.