27/07/2024 - Edición Nº3047

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Análisis radial

"En respuesta viene látigo para los gremios",  dijo Jorge Joury por la FM 98.9 y Pinamar TV

10/05/2024 09:58 | "El paro general se sintió fuerte en el transporte, pero no así en los comercios y en la calle, donde se vio actividad a pesar de la convocatoria sindical. La gente mandó una señal de que quería trabajar. Para que quede claro que fue un paro netamente político. Por primera vez en la historia legislativa, los senadores kirchneristas adhirieron a la medida de fuerza y no se presentaron en el Congreso a tratar la Ley Base", dijo Jorge Joury en el programa "A las cosas por su nombre", que conduce Hugo Manzo por la FM 98.9 y Pinamar TV.


por Redacción



El analista añadió que: " Después de haber hecho varias concesiones, ahora el gobierno responderá con dureza con una política de látigo para los gremios, comentan en la Casa Rosada. Mientras tanto, Héctor Daer, uno de los secretarios generales de la CGT, defendió la medida y le envió un mensaje al Gobierno por el rumbo económico: “Cuando nos dicen que es un paro político, efectivamente estamos discutiendo el rumbo de la Argentina, todas las acciones que vienen dañando el entramado social. La contundencia del paro que vimos hoy demuestra que el Gobierno debe tomar nota. Nosotros tomamos nota del acompañamiento, el Gobierno debe tomar nota y reconfigurar su política de ajuste, que nos está llevando a extremos. Lejos de ser sustentable, se está llevando a extremos a sectores de la ciudadanía que difícilmente se puedan recuperar si esto sigue”.
Encima, La unión Ferroviaria llevará como moción ante el secretariado de la CGT, la propuesta de un paro de 36 horas en forma inmediata. Quedó en claro que la guerra a Milei está declarada en todos los frentes, en el gremial y en el legislativo, donde la oposición peronista apuesta a voltear la Ley Base. Por lo bajo se comenta que la idea es poner el acelerador a fondo y activar el club del helicóptero para que Milei se vaya.
Hay sindicalistas que se han puesto en modo salvaje, como el caso de Edgardo Llano, que conduce desde el 2004 la Asociación del Personal Aeronáutico (APA). Este dirigente alegremente convocó a que sean escrachados en los vuelos de Aerolíneas Argentinas los senadores que voten a favor de la ley del gobierno. Una propuesta parecida, en un plano general, a la que realizó Pablo Moyano.
La influencia del hijo del líder camionero fue determinante para que la medida de fuerza se mantuviera después de las concesiones que el Gobierno hizo con la reforma laboral.
Frente a un presidente que hizo de su bandera el ajuste y que aún mantiene más del 50% de adhesión, resulta exagerado dos paros generales en menos de 6 meses de gestión.
No obstante, la gente no come vidrio y pese a padecer el ajuste con sudor y lágrimas, banca al gobierno y ve que los gremios constituyen de las peores organizaciones. Los caciques sindicales son considerados una casta millonaria que perdura a través de décadas extorsionando a los gobiernos de turno, solo para mantener sus privilegios.
Conviene destacar que el paro, pese a las pérdidas supermillonarias, políticamente no le produjo al gobierno un golpe tan fuerte, como lo fue la protesta universitaria a la que la sociedad le puso todas las fichas para defender los valores de la educación libre y gratuita.
Las primeras espadas libertarias sostienen que la reaparición de los “gordos cegetistas”, de Cristina y de la familia Moyano podría ayudarlos a retener la clientela electoral que los llevó al poder. Una franja social heterogénea que también sufre con el ajuste y la recesión económica. Pero antepone a ese sufrimiento la convicción de no querer un regreso a aquel pasado.
El archivo siempre habla y hay que darle la razón. Las dos medidas de fuerza nacionales de la central obrera contra el gobierno de Milei, se suman a las 26 convocadas por la CGT contra los tres presidentes no peronistas que gobernaron desde el retorno democrático hasta el 10 de diciembre pasado: Raúl Alfonsín, Fernando de la Rúa, y Mauricio Macri. En total, los 28 paros generales, incluido el de ayer, representan el 64% de los 44 llevados a cabo por la CGT. Hay un promedio de 7 paros generales por gobierno.
En cambio, los cinco mandatarios peronistas que estuvieron en la Casa Rosada desde 1983 enfrentaron, en total, 16 paros generales (el 36%), a un promedio de 2 paros por gestión.
La Cámara Argentina de Comercio y Servicios aseguró que “respeta el derecho de huelga consagrado en la Constitución, pero considera que la medida de fuerza resulta injustificada y por demás inoportuna”. Se quejó además de la señal para inversores: “¿Quién querrá invertir en un país donde la conflictividad laboral es moneda corriente?”, planteó. 
También hay que decir que hubo hechos de violencia, ataques con piedras y clavos miguelitos contra colectivos de algunas de las líneas que no se plegaron al paro.
Según estimaciones oficiales y privadas, el paro le costó al país alrededor de 490 mil millones de pesos. 
Los gremios que integran la CGT esperaban uno de los paros de mayor acatamiento de los últimos años. Sin embargo, la realidad terminó mostrando otra cara:  la medida de fuerza se sintió sólo en los sectores afectados por la paralización del transporte, que no fue total. Varias líneas de colectivos resistieron a la presión y funcionaron con normalidad a diferencia de trenes, subtes y aviones que sí estuvieron paralizados a excepción de la lowcost FlyBondi que operó desde Ezeiza.
La actividad privada no se sumó a la convocatoria de los gremios. Shoppings, supermercados, grandes cadenas e incluso los comercios barriales abrieron sus puertas, algunos de ellos con afluencia habitual de clientes.También la mayoría de las estaciones de servicio trabajaron normalmente.
Los colegios privados estuvieron abiertos y se las ingeniaron para garantizar docentes en las aulas en reemplazo de aquellos que no pudieron viajar o decidieron sumarse al paro.
La excepción fueron los bancos cuyos trabajadores, liderados por el sindicalista K Sergio Palazzo, se sumaron a la huelga.
Tampoco abrieron las oficinas estatales, algo previsible, teniendo en cuenta que los gremios del sector participaron de la convocatoria a la protesta. En el gabinete hay reproches. Algunos dicen que se hicieron demasiadas concesiones al sindicalismo y la CGT faltó a su palabra. Es probable que ahora venga una política de látigo contra los dirigentes",
finalizó el analista.