por Fabricio Moschettoni, editor de ImpulsoBaires / Twitter @FMoschettoni
El gobierno del presidente Javier Milei está ensayando un nuevo paradigma económico y político, es decir, intenta dejar atrás la apuesta de un Estado gigante interviniendo en distintos aspectos de la economía y la vida social de los argentinos, para injertar su propio algoritmo, en donde habrá que ver si logra dar respuestas más prácticas a las demandas de la vida cotidiana.
Hasta el momento, el presidente trató de revertir el modelo de entendimiento macroeconómico, y en cierta manera el primer semestre fue positivo, pero el problema lo está teniendo en la microeconomía, y eso se nota en el deterioro de la calidad de vida de los sectores medios, los jubilados, los trabajadores independientes e informales.
Si se observa la radiografía de abril en materia de salarios, el promedio da un 10.2% de incremento mensual, por lo que la primera lectura es que se le ganó a la inflación, porque el costo de vida daba 8.8%; pero una segunda lectura más fina, se observa una suba del 12% en el sector privado registrado, un 7.5% en el sector público, y un 7.8% en el amplio sector privado no registrado. Por lo tanto, el título pomposo de “los salarios le ganaron a la inflación”, queda algo desajustado. En tanto, los jubilados son los que más pagaron el costo del ajuste, y necesitan una recomposición urgente para no quedar tan a la deriva.
En Diputados, Milei consiguió un fuerte apoyo al conseguir 148 votos para la aprobación de la Ley Bases, y dejó muy mal posicionada a la oposición radicalizada representada por Unión por la Patria y la izquierda. De todos modos, el presidente debe ser cauto para interpretar la aprobación política, sobre todo de los votos prestados que tiene del Pro del ex presidente Mauricio Macri, del espacio que lidera Miguel Pichetto, los provinciales, algunos peronistas del interior, y de la Unión Cívica Radical.
Milei estuvo bien al salir a saludar y a agradecer los apoyos recibidos, era un gesto esperado. Además, lanzó una buena definición: "ya pasó la etapa del déficit cero", a la vez que resaltó que "se viene el cambio de régimen monetario" y dijo que en agosto próximo se podría efectuar "la baja del Impuesto PAIS".
A media mañana, la pantalla que muestra el movimiento de acciones en Wall Street dieron la primera señal positiva, y casi todas estaban en franca recuperación. Los bonos y ADRs estaban subiendo 3%.
Ahora, Milei no deberá perder más tiempo y colocar en la mesa lo que prometió: bajas de impuestos, recomposición salarial y una “lluvia” de inversiones, las que podrían llegar desde el sector petrolero y nuevas tecnologías.
Tiene seis meses más de crédito para que los números empiecen a reflejar un alivio. El año que viene es electoral, por lo que es posible que el gasto público crezca y si no se toman medidas suficientes, el esfuerzo de los seis meses iniciales podrían quedar en la basura.