
por Redacción
América Latina está atrapada en un ciclo de bajo crecimiento y violencia en el que la delincuencia le cuesta a la región el 3,4% del PIB. La inestabilidad económica genera más delincuencia y se exigen medidas inmediatas, según el FMI y @the_IDB @igoldfajn https://t.co/NolLK9jfXT pic.twitter.com/0qYZqGbmdv
— FMI (@FMInoticias) December 18, 2024
América Latina y el Caribe enfrentan un ciclo vicioso de bajo crecimiento y alta criminalidad que afecta significativamente su desarrollo socioeconómico. A pesar de representar solo el 8% de la población mundial, la región concentra casi un tercio de los homicidios globales, con un impacto negativo en la inversión, el turismo y la emigración.
El crimen cuesta a la región más del 3,4% del PIB anual, equivalente al 80% de los presupuestos públicos de educación y al doble de los gastos en asistencia social, según un informe del Fondo Monetario Internacional.
La violencia frena la inversión y reduce la innovación, disminuyendo la productividad empresarial. Reducir las tasas de homicidio al promedio global podría incrementar el crecimiento anual del PIB en 0,5 puntos porcentuales.
La inestabilidad macroeconómica, como recesiones e inflación, agrava la violencia.
Medidas para romper el ciclo
Políticas Económicas Sólidas: Estabilidad económica, baja inflación y redes de protección social robustas son esenciales para reducir la violencia.
Intervenciones Estratégicas: Reforzar la coordinación interinstitucional y enfocarse en grupos de alto riesgo.
Experiencias Exitosas: Jamaica redujo su deuda pública protegiendo la inversión y el gasto social, mientras que Argentina y Honduras lograron disminuir la tasa de homicidios con estrategias integrales y reformas de seguridad.
Cooperación regional
El crimen transnacional requiere respuestas coordinadas entre países.
La Alianza para la Seguridad, la Justicia y el Desarrollo del BID busca unir esfuerzos de gobiernos, sociedad civil y sector privado para combatir eficazmente el crimen organizado y la violencia.
Este análisis subraya la necesidad de estrategias integrales y cooperación regional para crear un futuro libre de violencia y con mayor prosperidad económica en América Latina y el Caribe.