10/02/2025 - Edición Nº3245

Politica

Punto de vista

La política no se rinde

04/02/2025 14:47 | Es una circunstancia auspiciosa la consolidación del partido Hacemos como una nueva fuerza reconocida a nivel nacional. Después de algunos intentos circunstanciales se presenta a la sociedad formalmente una propuesta dirigida a la mayoría de los argentinos. En un momento de crisis, cuando el Pro y la UCR navegan aguas turbulentas y luchan para no ser absorbidos por el gobierno, un importante grupo político ha decidido plantarse y proponer cosas que muchos piensan pero no encuentran un cauce para concretar.


por Osvaldo Dameno


 La degradación de la Argentina tiene su correlato en la representación política. Legisladores que no están a la altura, Gobernadores e Intendentes con pocos o ningún prejuicio que persiguen más intereses personales que las necesidades del conjunto, un bajo o nulo nivel de debate, incapacidad y corrupción llevaron a la sociedad al hartazgo y la indiferencia fundada en la convicción de que será imposible que la política pueda aportar soluciones.

La evolución desde 2003 hasta hoy nos ha llevado a distintas polarizaciones entre facciones inconciliables cada vez más cerradas y radicalizadas.

El kirchnerismo impuso una lógica nefasta basada en una matriz de secta presidida por la concupiscencia. Nunca tuvo una visión global del país. La lógica, amigo enemigo siempre estuvo a la orden del día. La idea del poder total anidó en el corazón de sus conductores. Todo ello fisuró la democracia de tal forma que el sistema estuvo cerca de la destrucción y aún subsiste seriamente dañado ante los embates  autocráticos.

La reacción fue también negativa para los intereses generales. 

Solo atinó a utilizar lo peor del antiperonismo gorila identificando al kirchnerismo  como representante del justicialismo, cosa que nunca fue. Y así sucedió que al llegar al gobierno con Macri se repitieran estrategias económicas y sociales nocivas para trabajadores, asalariados y jubilados. El país entró en un brete que derivó en el gobierno de Alberto y Cristina que multiplicó el desasosiego, la miseria y los intentos de impunidad para la jefa y sus principales espadas. Entonces surgió Milei como out sider inofensivo y peculiar que llegó a una banca con ayuda K. Esa estrategia - cuidarle los votos, proveerle fiscales, acercarle recursos, poner gente en sus listas-, se adoptó nuevamente para debilitar a Juntos por el Cambio con la idea de que Massa pudiera convertirse en presidente. JxC se diluyó, pero la mayoría del electorado mantuvo su repudio al kirchnerismo y Milei fue presidente . Mas radicalizado aun que el gobierno de Macri y con una falta de empatía superlativa para con los necesitados que soportan un ajuste sin precedentes.

Si se observa el panorama con un criterio amplio, podemos afirmar que los peronistas son el grupo más afectado por la polarización. Se encuentran divididos en dos grandes grupos. El primero sigue acompañando, por error de análisis o conveniencia personal o política, la idea pergeñada en el 2003 por Duhalde para 
neutralizar a Menen consistente en impulsar a Kirchner. Duhalde a su vez se  equivocó al considerar que él mismo podría compartir el poder o al menos las decisiones importantes con su delfín. Nada de eso pasó. Al contrario, se abrieron las puertas para un intento autocrático sin precedentes, que nada tiene que ver con las ideas de Perón. 

El segundo grupo de peronistas, los que advirtieron la anomalía, se quedó fuera de la polarización, sin un juego político propio y con la dificultad adicional de tener que predicar en el desierto para esclarecer a una gran masa de peronistas haciéndoles ver la verdad que podemos simplificar en una afirmación de fácil comprensión. ¨Nos coparon desde arriba, no son peronistas, muchos son deshonestos, reemplazaron la justicia social por el clientelismo que se aprovecha miserablemente de las carencias de los postergados, intentaron controlar todo, la justicia, la prensa, las instituciones estatales o no, con una pátina de falso  progresismo de izquierda pusieron los negocios personales por encima de las necesidades de la sociedad, incluso en las relaciones exteriores, controlan el PJ, multiplicaron la pobreza y la miseria...¨

Es por ello que resulta saludable para nuestro sistema democrático la aparición del Partido Hacemos conducido por Schiaretti y Randazzo. Para romper con una polarización extrema y nefasta y para volver a hablar de ideas, a discutir sobre buenas políticas, a pensar el país del futuro, a terminar con la corrupción, a  defender la Constitución, las Instituciones. El partido nace con una indiscutible raíz peronista pero con la certeza de que estamos en un tiempo nuevo y es necesaria la proyección de nuestros principios fundacionales al siglo XXI. Hoy adquieren nuevas dimensiones los conceptos de Unidad Nacional, Estado de derecho, Justicia Social, Comunidad Organizada, Trabajo, Producción, Desarrollo, Federalismo y sobre todas las cosas, nuestra historia es el cimiento que tenemos que seguir fortaleciendo si queremos tener un futuro como Nación. Todo debe ser examinado exprimiendo nuestra formación política y humana bajo el prisma del justicialismo que alumbró nuestra vida.
 
 En cada presente hay un diálogo con los textos rectores de nuestras convicciones. Esto tiene mucha potencia para el futuro, explorar y proyectar esos tesoros de la historia partidaria hacia el presente siglo es un apasionante desafío.

Volver al ser nacional es algo posible. En cada instante de la historia, el  destino común se fue forjando en decisiones complejas que tomaron las mayorías.

Podemos recurrir a la idea de entelequia, que es la actividad dirigida a convertir la potencialidad de un momento concreto, o sea, las piezas que están girando en el sentir colectivo sin combinar aun, en la realidad, en la actualidad. En decisiones que van marcando el rumbo social hacia el futuro.
 Este sano ejercicio intelectual es el que proponemos desde Hacemos.

Y nuestras ideas son compatibles con otros partidos, movimientos sociales, organizaciones de todo nivel. Convocamos a todos por igual, conscientes de que una gran desigualdad social es incompatible con una república sostenible y genuinamente democrática, con una comunidad pluralista, próspera, que ofrezca libertad individual, igualdad de oportunidades y vaya moldeando una infraestructura social que no forme parte del capitalismo corporativo, del socialismo estatal y del estado de bienestar, sino que los supere, que se ubique por encima de esas parcialidades para luchar por nuestro destino en el siglo XXI.
 

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