
por Redacción
El analista señaló que: "El antecedente de la inundación de La Plata en 2013 tal vez fue lo que motorizó una reacción casi inmediata tanto del gobierno provincial como de Nación, que lograron coordinar el trabajo para no repetir los errores cometidos en la catástrofe de la capital bonaerense. La Casa Rosada dispuso de 10 mil millones de pesos de ayuda, pero el intendente de Bahía calculó que se necesitan 400 mil para paliar la emergencia.
El episodio adquiere singular relevancia dadas las diferencias políticas que existen entre ambas gestiones y porque en el pasado no habían podido articular el trabajo. El ejemplo inmediato son los cruces por la inseguridad en la provincia de Buenos Aires tras el asesinato de Kim Gómez, la nena asesinada durante un robo en La Plata.
Esta vez no hubo golpes bajos. Frente a un saldo provisorio de 16 muertos, más de mil evacuados y decenas de desaparecidos, la Casa Rosada puso a la brigada de la Policía Federal Argentina, Prefectura Naval y Gendarmería a disposición del gobierno bonaerense y de las autoridades locales. Lo mismo aplica para las Fuerzas Armadas, que ofrecieron la colaboración del Comando Conjunto de Protección Civil. Milei en cambio siguió el curso de los operativos desde la residencia de Olivos.
Las FFAA están desplegadas por la zona para realizar operativos de evacuación terrestre y fluvial, que incluyen vehículos Unimog, Robus y BMW junto con botes de la Compañía de Comandos 603 para el traslado de personas afectadas.
La nota negra fueron los saqueos protagonizados por los desalmados de siempre y un incidente de vecinos que obligaron a los ministros Patricia Bullrich y Luis Petri a retirarse de un barrio en medio de los gritos.
El acercamiento forzoso entre los funcionarios de Milei y Kicillof de estos últimos días supone una tregua en las hostilidades entre ambos. Se espera que la campaña política de los próximos meses profundice los cruces y entredichos entre los mandatarios, que se retroalimentan en la polarización. Pero ante la catástrofe, dejaron sus diferencias de lado y se enfocaron en su rol institucional.
El saldo de los gestos de uno y otro lado -aún por necesidad- dejaron en evidencia una premisa que parecía imposible meses atrás: es posible gestionar juntos. Los equipos técnicos, pero también políticos, funcionaron sincronizados desde un primer momento para intentar contener la situación.
Incluso la semana pasada ambos gobiernos se habían acusado mutuamente, luego de la apertura de sesiones del Gobernador, donde había cuestionado la falta de recursos para las provincias y la negativa del Presidente a trabajar en conjunto. Y ese será además el tono de una campaña electoral que no dará inicio formal hasta agosto o septiembre, pero que en los hechos comenzó hace tiempo.
Sin embargo, la sintonía no llegó a tanto y Milei -por ahora- no viajó a la ciudad costera como en diciembre de 2023, cuando se calzó el traje de fajina a poco de asumir para fotografiarse junto al gobernador kirchnerista en otra dañina tormenta bahiense. Sólo decidió suspender el viaje que tenía previsto a Mendoza y quedarse en Olivos hoy y “monitorear la situación”.
Esta vez el Gobierno nacional cambió la estrategia. En contraste, el abordaje de los incendios, el Gobierno había quedado en el foco de las críticas de los gobernadores del Sur por la supuesta falta de colaboración con los incendios en Chubut, Río Negro y Neuquén. Y había sido cuestionado desde el Norte, incluso, por el mandatario K de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, por -supuestamente- ignorar la oferta de un avión hidrante para colaborar con la grave situación.
Esta vez, el ministro de Gobierno de Kicillof, Carlos Bianco, reconoció temprano que había recibido respuesta favorable de parte del jefe de Gabinete nacional, Guillermo Francos y de la belicosa ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
“Hablé con Guillermo Francos, le dije que íbamos a necesitar la colaboración nacional, me pidió que hable con Patricia Bullrich y así lo hice”, dijo la mano derecha de Kicillof en una de las tantas entrevistas que brindó.
En el Gobierno admitieron el giro en el abordaje de la crisis frente al temporal en Bahía Blanca. Pero negaron que el cambio haya sido para evitar más catástrofes políticas como las que pusieron en alerta a la administración libertaria en las últimas semanas, por temas tan disímiles como preocupantes: el revés en el nombramiento en la Corte Suprema de Ariel Lijo, los avances de la Justicia en la Argentina como en Estados Unidos por el tuit de la criptomoneda $LIBRA y el gaffe de Santiago Caputo con Facundo Manes en el Congreso.
En cambio, argumentaron que la relación es distinta con las administraciones de las provincias del Sur: “Con Nacho Torres y con (Alberto) Weretilneck no queríamos superponernos, con ellos sí se puede hablar y consensuar. Con Kicillof, no, así que decidimos avanzar de cualquier forma para hacernos cargo del tema”, argumentaron.
Además, deslizaron que tiene menos riesgos hacerse cargo de una inundación que de un incendio: “Al fuego lo controlás, no podés apagarlo hasta que llueve. Con una inundación tenés mayor margen de acción”, dijeron en Balcarce 50. De todas formas, aseguraron que en los incendios de la Patagónica habían enviado ayuda desde el principio, pero no querían generar una discusión con los gobernadores por el modo de enfrentarlos. “Es potestad de las provincias, si no pedían ayuda, no podíamos mandar agentes porque hubiera implicado un tipo de intervención a su independencia”, sostuvieron.
Además, señalaron las diferencias entre el origen de la crisis de seguridad y la crisis climática: “Con el tema de la delincuencia, Kicillof tiene puestas anteojeras ideológicas, cree que las víctimas son los chorros. No se puede ni empezar a coordinar. En el caso de un temporal así, que no es responsabilidad de nadie y no se podía prever, la predisposición obviamente va a ser distinta”, agregaron portavoces de la gestión nacional.
Patricia Bullrich recalcó la ayuda de la Nación a la PBA en su cuenta de Twitter, desde el vamos: “Estoy al frente del operativo en coordinación con la provincia de Buenos Aires y Bahía Blanca. Desde el minuto cero constituimos el Comando Unificado y desplegamos a la PNA, GNA y la brigada USAR de la PFA”, sostuvo. Kicillof, que acaba de dedicarle la apertura de sesiones ordinarias a criticar a Milei, también hizo un paréntesis en el enfrentamiento político.
Finalmente, el Gobierno informó que el ministro de Economía, Luis Caputo autorizó un desembolso de fondos del Tesoro Nacional de diez mil millones de pesos para ayudar a los vecinos de Bahía Blanca. Una postura distinta de la que sostuvo el gobierno nacional en otras crisis naturales, cuando planteó que cada jurisdicción debía hacerse cargo de los avatares que afectaran sus localidades.